OnePlus repite jugada con respecto a 2019 y ha presentado dos móviles de gama alta en su primera remesa de 2020: uno buscando competir con lo más potente del mercado y el otro siendo más ajustado en prestaciones y precio. El que opta a lo primero es el que vamos a desgranar en este artículo, el análisis del OnePlus 8 Pro, que supone una compensada mezcla entre las actualizaciones y el ADN heredado.
El apellido Pro vuelve a llevar de la mano mejoras en la pantalla y en el apartado fotográfico, buscando así estar a la altura de los rivales más ambiciosos sobre todo en cuanto a resolución y tasa de refresco. El diseño se mantiene aunque aprovechando mejor ese frasco ya utilizado, tratando de compactarlo más. Lo vemos a continuación en detalle.
Ficha técnica del OnePlus 8 Pro
ONEPLUS 8 PRO |
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DIMENSIONES Y PESO |
165,3 x 74,35 x 8,5 mm |
PANTALLA |
Fluid AMOLED 6,78 pulgadas |
PROCESADOR |
Snapdragon 865 |
MEMORIA RAM |
8/12 GB RAM LPDDR5 |
ALMACENAMIENTO INTERNO |
128/256 GB UFS 3.0 |
CÁMARAS TRASERAS |
48 MP Sony IMX689 (1,12 µm, 2,24 µm a 12 MP), OIS, EIS, f/1.78
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CÁMARA DELANTERA |
16 MP Sony IMX471 (1 µm), EIS, f/2.45
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BATERÍA |
4.510 mAh |
SISTEMA OPERATIVO |
Android 10 con OxygenOS |
Conectividad |
5G SA (n41, n78, n79), MIMO, LTE (B1, 3, 41), NR (n41, n78, n79)
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OTROS |
Lector de huellas en pantalla, USB 3.1 tipo-C, dual SIM, botón físico para sonido, sonido estéreo, soporte a cancelación de ruido |
PRECIO |
8 GB / 128 GB: 909 euros |
Diseño: buscando la máxima compactación y despidiendo al pop-up
El OnePlus 8 Pro bebe mucho del diseño y construcción de su antecesor, casi clonándolo. El continuismo no ha de ser algo negativo ni mucho menos: aquí hablamos de un acabado mate (en los tonos azul y verde) pero a su vez con cierto toque metalizado que ya nos gustaba el año pasado, siendo además muy cómodo y sobre todo con la idea de que sea un móvil compacto para una pantalla de casi 6,8 pulgadas.
En la variante que hemos analizado ("verde" o "Glacial Green") no hay un degradado de color, sino que el tono varía según el reflejo. Este juego con la luz hará que el logo destaque más o menos, el cual queda bajo un módulo trasero que sobresale bastante más que en el OnePlus 7 Pro.
Vemos además que la distinta configuración de sensores y cámaras implica que haya algunas diferencias aquí, dado que el teleobjetivo queda fuera del módulo y que uno de los tres micrófonos que integra está sobre el flash). Lo que se mantiene es esa seña de identidad de los OnePlus: el botón físico para los modos de audio, y el tacto y el agarre son prácticamente los mismos que en los Pro del año pasado.
No vemos jack de audio y el USB tipo C queda centrado vertical y horizontalmente en el borde inferior. Le acompañan las ranuras para otro de los micrófonos y y altavoz principal, así como la bandeja de las SIM.
La curvatura de los laterales de la trasera es poco pronunciada en comparación a la del frontal: a diferencia del Huawei P40 Pro el perfil no dibuja el casi semicírculo que veíamos en el de Huawei, pero el borde metálico está integradísimo con los dos cristales (trasero y frontal).
Con eso lo que se consigue es que el móvil sea ergonómico y que el agarre sea cómodo, aunque de esta trasera tenemos una buena y una mala noticia: resiste muy bien a la suciedad y a las huellas, pero parece ser que el poder oleofóbico se paga con la moneda del antideslizamiento porque este OnePlus 8 Pro resbala mucho. Algo que hemos visto en el P40 Pro y en el iPhone 11 Pro, ambos con un acabado en cierto modo parecido.
Con el terminal se entrega una funda que será recomendable poner sobre todo por el agarre, aunque también sirve para suavizar un poco el tacto sobre la zona del módulo de cámaras. Sobresale bastante y, aunque no crea "efecto mecedora", está muy afilado y puede molestar un poco (no corta ni nada, es simplemente la sensación al tacto).
Algo que llama la atención es que en apariencia el volumen es muy parecido al OnePlus 7T Pro y 7 Pro, pero logra ser ligeramente más compacto y ligero con mayor pantalla y mayor batería. Queda de hecho bastante bien en lo referente a grosor y volumen con respecto a otros móviles de pantalla de diagonal similar, sin ser el más ligero o compacto pero aprovechando bastante bien el volumen y superficie.
Altura (milímetros) | Anchura (milímetros) | Grosor (milímetros) | Peso (gramos) | Pantalla (pulgadas) | Batería | Superficie (cm2) | Volumen (cc) | |
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OnePlus 8 Pro | 165,3 | 74,35 | 8,5 | 199 | 6,78 | 4.510 | 122,9 | 104,47 |
OnePlus 7 Pro | 162,6 | 75,9 | 8,8 | 206 | 6,67 | 4.000 | 123,41 | 108,603 |
Huawei P40 Pro | 158,2 | 72,6 | 8,95 | 209 | 6,58 | 4.200 | 114,85 | 102,79 |
Samsung Galaxy S20 Ultra | 166,9 | 76 | 8,8 | 220 | 6,9 | 5.000 | 126,84 | 111,62 |
iPhone 11 Pro Max | 158 | 77,8 | 8,1 | 226 | 6,5 | 3.969 | 122,92 | 99,57 |
Pixel 4 XL | 160 | 75,1 | 8,2 | 193 | 6,3 | 3.700 | 120,46 | 98,78 |
LG V60 ThinQ | 169,4 | 77,7 | 8,9 | 219 | 6,8 | 5.000 | 131,62 | 117,15 |
OPPO Reno 10x Zoom | 162 | 77,2 | 9,3 | 210 | 6,6 | 4.065 | 125,07 | 116,31 |
Sony Xperia 1 II | 165,1 | 71,1 | 7,6 | 181,4 | 6,5 | 4.000 | 117,39 | 89,21 |
Xiaomi Mi 10 Pro | 162,5 | 74,8 | 9 | 208 | 6,67 | 4.500 | 121,55 | 109,39 |
Como decíamos, la curva que dibuja la parte frontal es más pronunciada. Con ello se consigue el efecto visual de que los marcos laterales sean más delgados, aunque en realidad sean iguales que el superior, manteniéndose además la barbilla inferior.
En esta parte frontal vemos una de las principales novedades con respecto a los OnePlus Pro del año pasado: se le dice adiós al módulo retráctil para la cámara frontal y ésta pasa a estar integrada en la pantalla en un agujero. Una solución más invasiva, pero probablemente suponga menos espacio interno y quizás eliminar algo del riesgo de avería al suponer un mecanismo menos (y, todo sea dicho, menos hendiduras donde el polvo puede acumularse).
De cómo impactan la curvatura y el agujero en la experiencia de usuario hablaremos en el siguiente apartado, pero a simple vista vemos que la cámara es más compacta que en el caso del P40 Pro o el Honor V30 Pro, acercándose más a lo que vimos en el Samsung Galaxy S20 Ultra. En esta parte vemos además el altavoz secundario, integrado muy discretamente entre el borde metálico y la pantalla.
Pantalla: el eje de la actualización del modelo Pro, más que nunca
OnePlus hizo el pasado año un salto de calidad en las pantallas en su precisamente diferenciada nueva línea Pro. Un salto que no sólo se mantiene, sino que ha ido algo más arriba este año en cuanto a la tasa de refresco.
Así, el OnePlus 8 Pro dispone de una pantalla AMOLED de 6,78 pulgadas con resolución QHD+ (3.168 x 1.440 pulgadas) y tasa de refresco de hasta 120 hercios. Esta frecuencia es quizás un cambio menos perceptible que los que el usuario medio ve en la estética o la construcción, pero en los móviles que ya hemos podido probar con hasta 120 Hz notamos que hay un salto en la experiencia de uso mucho más notable que el de 90 Hz comparando con los 60 Hz habituales.
Lo dicho, no es algo que pueda apreciarse de manera tan contundente como otros cambios, pero podemos ver sobre todo a nivel del sistema que la fluidez es mayor, dependiendo en juegos y apps de lo que permita cada uno. Posteriormente hablaremos de las repercusiones en autonomía, pero anticipamos que compensa dejar fijas la resolución y la tasa de refresco en su nivel más alto.
La pantalla viene ajustada algo cálida y sobre todo bastante saturada, pero ambos aspectos puede cambiarse con los ajustes de pantalla. En OxygenOS de manera tradicional tenemos una primera opción de elegir la viveza de los colores, de modo que si queremos ir algo más allá podemos seleccionar el modo avanzado y ajustar a nuestro gusto al temperatura tras seleccionar el espacio de color que prefiramos.
En nuestro caso nos parece algo mejor el modo de color natural o bien el avanzado con sRGB y tocando la temperatura. El resto deja una pantalla sobresaturada que da una experiencia algo peor.
Todo esto lo encontramos en el apartado de ajustes avanzados, donde también podemos elegir la resolución, la tasa de refresco, la visualización de apps a pantalla completa y el ocultar o no la cámara frontal. Esto último consiste en "disimularla" al teñir de negro la barra de tareas, pero no es una solución demasiado discreta.
Hay algunos añadidos que no solemos ver en este apartado de ajustes, como los que corresponden a la mejora en la reproducción de vídeo. Eso sí, hasta donde hemos probado no son mejoras demasiado perceptibles, refiriéndonos al suavizado de gráficos en movimiento y al efecto de color intenso.
Lo que en OxygenOS separan es casi todo lo referente a la personalización de la pantalla a nivel de interfaz. Hemos de ir al apartado de personalización para poder ajustar el tema, donde podremos establecer el modo oscuro si lo preferimos.
Es donde también podremos elegir el aspecto de los iconos o la tipografía del sistema. Además, podemos elegir el aspecto de la pantalla ambiente, en este caso en el apartado de "reloj" dentro de esta sección, el cual no puede personalizarse. No obstante, la pantalla ambiente tiene su correspondiente apartado en los ajustes de pantalla, pudiendo personalizarla mínimamente (así como el efecto de iluminación de los lados).
En el apartado de software seguiremos viendo alguna de las particularidades de esta capa con el panel, que son algunas más de lo que solemos ver. Hablando de las características de la pantalla per se, podemos decir que la nitidez es más que suficiente y que en cuanto a contraste y color también suman para que la visualización de cualquier contenido sea una buena experiencia, viendo que el contraste se ha mejorado con respecto al OnePlus anterior.
El brillo máximo, con pico de 1.300 nits según el fabricante, es suficiente para que el panel se vea muy bien aunque el sol incida directamente y con la intensidad del mediodía. El ajuste automático de brillo suele trabajar bien, aunque en ocasiones podría ajustarlo algo mejor y ahorrar alguno de esos nits (sobre todo de noche y con baja luz).
Hablar de sensibilidad táctil es hablar de [redoble] la curvatura de la pantalla. No hay fallos de detección de los taps en ninguna zona, pero esto implica que hagamos innumerables scrolls involuntarios al tocar la curvatura sin querer.
Habría que añadir alguna opción para corregir esto, dado que casi viene a solucionarse únicamente colocando una funda. Es por ello que la curvatura de la pantalla (especialmente cuando tiende a exagerarse) nos parezca cada vez más un recurso cuestionable en cuanto a la interacción con la interfaz, dado que suele jugar en contra.
Podemos hablar también sobre el cambio en la interfaz que implica el agujero en la pantalla. La barra de tareas del OnePlus 7 Pro tenía la libertad que ésta no para estrecharse y nos quedó en cierto modo como una referencia o un estándar al no tener que albergar ni notch ni agujero, como ocurre con la del 8 Pro.
En este caso la barra mide 6,75 milímetros, viendo que el agujero en la pantalla apenas ha hecho más grande la del frontal despejado del OnePlus 7 Pro (6,17 mm). No llega a lo que de momento tenemos como récord (los 4,58 mm del Galaxy S20 Ultra, una barra de tareas finísima para tener cámara insertada) pero el texto no se pierde tanto como en los 7,73 mm del Honor View30 Pro o los casi 8 mm del Huawei P40 Pro.
Es decir, dentro de lo que cabe la cámara frontal no resulta tan invasiva como otros casos en lo referente a que el texto y los elementos de la barra de tareas “se pierdan” en la altura de la misma. Tampoco hemos visto que interfiera en ninguna app a pantalla completa, como suele ocurrir en los juegos, de modo que más allá de lo que nos guste o no el agujero no ocasiona ningún problema en la interacción.
Rendimiento: sin renunciar a lo máximo en conectividad y en potencia
OnePlus sigue centrando sus lanzamientos en la gama alta de procesadores de Qualcomm y hay igualdad de condiciones también entre los OnePlus 8 que de momento conocemos. Hablamos pues en este caso del Snapdragon 865, el último SoC del fabricante estadounidense que viene de la mano del módem Snapdragon X55 que le da el soporte al 5G.
Hay dos modelos de OnePlus 8 Pro según su memoria RAM y el que hemos probado en este análisis es el de 12 GB (es decir, el superior), siendo además LPDDR5 en los dos OnePlus 8 (la memoria más reciente). Una memoria que casi garantiza sobre el papel que no se quedará corta para nada teniendo en cuenta la buena experiencia que se tiene ya con 6 GB en un móvil Android, pero como siempre vamos a profundizar un poco más.
En la práctica es así: no hay lag, cierres repentinos o parones a la hora de ejecutar apps exigentes como videojuegos o la edición de vídeos. Independientemente de qué tasa de refresco o resolución tengamos establecidas, procesador, gráfica y memorias dan para que nada falle.
El estado de madurez del software parece el adecuado en cuanto a rendimiento, aunque después entraremos en esto. Lo que sí comentamos ahora ahora es que no notamos tampoco un aumento preocupante de temperatura cuando lo ponemos a trabajar más: sobre todo percibiremos que el borde metálico se calienta muy ligeramente así como el módulo de cámaras, pero nada fuera de lo esperado tanto a nivel de percepción como de temperaturas internas.
En cuanto a los benchmarks, os dejamos los resultados de los tests que hemos podido pasar al OnePlus 8 Pro. Nos sirve para ver cómo queda el Snapdragon 865 frente al Exynos 990, los cuales aún no habíamos podido comparar a este nivel, así como con otros procesadores rivales de la generación anterior.
OnePlus 8 Pro | OnePlus 7 Pro | Huawei P40 Pro | Samsung Galaxy S20 Ultra | Nubia Z20 | LG V50 ThinQ | OPPO Reno 10x Zoom | Honor View30 Pro | iPhone 11 Pro | |
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Procesador | Snapdragon 865 | Snapdragon 855 | Kirin 990 | Exynos 990 | Snapdragon 855+ | Snapdragon 855 | Snapdragon 855 | Kirin 990 | Apple A13 Bionic |
RAM | 12 GB | 12 GB | 8 GB | 12 GB | 8 GB | 8 GB | 8 GB | 8 GB | 4 GB |
AnTuTu | 570.630 | 376.968 | 465.493 | 522.873 | 361.365 | 315.066 | 361.293 | 463.513 | 409.070 |
Geekbench 4.4/5.0 (single/multi) | 885 / 3.136 (5.0) | 720 / 2.698 (5.0) | 943 / 2.527 (5.0) | 819 / 2.315 (5.0) | 753 / 2.539 (5.0) | 3.507 / 10.948 (4.4) | 3.153 / 11.143 (4.4) | 758 / 2.894 (5.0) | 5.475 / 13.232 (4.4) |
3D Mark (Sling Shot) | 8.726 | 7.388 | 4.074 | 8.184 | - | 6.492 | 7.161 | - | - |
PCMark Work | 9.991 | 9.476 | 10.426 | 8.948 | 9.364 | 8.649 | 8.712 | - |
Software: la personalización y la fluidez de OxygenOS vuelven a conquistarnos
De manera histórica este fabricante ha apostado por un software propio, de una manera más fuerte y corporativa cuando se desligó de Cyanogen para ser una ROM propia. De este modo, Android 10 en este OnePlus 8 Pro se encuentra bajo Oxygen OS 10.5, con todos los añadidos que eso supone.
En esos orígenes que citábamos hablaban de que OxygenOS se mantendría libre de bloatware y así ha sido hasta ahora, teniendo algún “invitado especial” en este OnePlus 8 Pro. Vemos que Google pone más de sus apps (incluyendo Podcasts y One, una suite que reúne varios de sus servicios) y que se instala Messenger de Facebook, Instagram, Facebook y Netflix, por lo que parte de las apps del reino Zuckerberg vienen ahora preinstaladas en los OnePlus.
Las apps de Google no se podrán eliminar, si nos molestan mucho tendremos que inhabilitarlas desde las opciones de cada app. Las de terceros sí podremos eliminarlas directamente, así como las propias de OnePlus.
Los ajustes se presentan de manera ordenada y clara, con alguna sección diferencial con respecto a la mayoría. Eso lo vemos en la personalización, encontrando ahí opciones que en otros software vemos dentro de la sección de pantalla (y que ya hemos comentado).
Hay un tercer apartado de ajustes para aspectos de la interfaz y la pantalla si accedemos desde la personalización del escritorio (pulsando y manteniendo sobre el fondo del mismo), no encontrándolo si lo buscamos en el menú de ajustes generales. Aquí podremos cambiar la distribución de apps, que por defecto nos viene en cajón y escritorio, el diseño de la pantalla de inicio y otros aspectos como la configuración de las notificaciones.
También podremos ajustar si queremos que aparezca la pestaña Discover. Se trata de esa página accesoria que aparece si deslizamos hacia la derecha en el escritorio, siendo un acceso directo a tarjetas de noticias tal y como si abriésemos la app de Google Discover.
La sección de Botones y gestos en los ajustes generales es otra que resulta interesante para ajustar a nuestro gusto la interacción con la pantalla, el sistema y los botones físicos. Veremos que la navegación por gestos evoluciona con respecto a lo anterior con el gesto de atrás deslizando de cualquiera de los lados (y gracias, porque si se hubiese mantenido deslizando desde abajo como en los OnePlus 7 con la curva hubiese sido a todas luces algo caótico), pudiendo esconder la barra inferior y así aprovechar mejor la pantalla.
Es interesante el apartado de gestos rápidos, sobre todo de cara a hacer capturas de pantalla ya que el método con los botones físicos suele estar accidentado si no añadimos funda. Además, aquí activamos el doble toque para despertar pantalla y los controles de música en pantalla apagada, los cuales hacen que la experiencia sea bastante cómoda y además se ahorre algo de energía al no necesitar que se encienda la pantalla.
Tenemos también el habitual apartado de Bienestar digital y control parental, que permite mostrarnos de una manera clara en qué pasamos las horas del día en términos de uso del móvil. Ya no hay modo zen, pero sí panel de control, modo descanso y sin distracciones, los cuales nos permiten desactivar notificaciones de apps o bien aplicar un perfil específico para favorecer la desconexión de noche y que el smartphone no sea una distracción a la hora de dormir.
El espacio de juegos es un apartado que encontramos en forma de aplicación y que permite activar unos preajustes a nivel de hardware y software para que los recursos (y nuestra atención) se centren en las partidas. Los juegos que vayamos instalando se incluirán automáticamente, pudiéndolos sacar de este espacio y con la opción de activar o no el modo Fnatic.
El modo de juego tal cual optimiza teóricamente CPU, GPU y RAM para jugar, pudiendo activar también la optimización de gráficos. El modo Fnatic añade además optimización de la conexión y que el rendimiento se centre tanto en el juego que puedan verse otras apps afectadas, así como la aplicación de un modo no molestar avanzado en el que sólo recibimos las notificaciones de batería, alarmas y temporizador.
En nuestra experiencia no hay demasiada diferencia entre activarlo o no. Sobre todo nos favorecerá si realmente queremos abstraernos al jugar de manera que no nos lleguen notificaciones y nos aseguramos de que gran parte de los recursos del móvil se usen en el juego.
De los ajustes y opciones a nivel de batería y opciones de sonido hablaremos en los correspondientes apartados. En resumen podemos decir que OxygenOS es una capa poco cargada, de estética minimalista y fluida, que no parece ser exigente a nivel de recursos y que tiene muchas opciones de personalización.
Cierto es que siempre hay algo que mejorar y aquí podríamos comentar que algunos aspectos no quedan muy claros a nivel de ajustes en un primer momento por su ubicación y nombre (por ejemplo, el modo oscuro). Ahora veremos también que podría haber alguna mejora de cara a la activación del reconocimiento facial (que quizás nos suene), hablando de las opciones biométricas.
Biometría
El OnePlus 8 Pro mantiene los sensores responsables de la lectura de huellas en pantalla y del reconocimiento facial. El lector de huellas sigue siendo de tecnología óptica y la velocidad de lectura se mantiene con respecto al año pasado, pero como veremos en el apartado de batería se ha conseguido reducir su tamaño conllevando así ciertas ventajas a nivel estructural.
Hablando del reconocimiento facial, el registro del rostro se produce de manera rápida y sencilla, pudiendo establecer tanto el desbloqueo automático después de encender la pantalla o la iluminación auxiliar para cuando escasee la luz. No funcionará en oscuridad total, pero sí lo hace en baja luz o en interiores de noche y con poca iluminación, y bastante rápido.
Aunque no nos permite establecer distintos perfiles según llevemos o no gafas, etc., el sistema reconoce nuestro rostro las llevemos o no en el momento en el que lo registramos, e incluso no es necesario ponerse el móvil completamente frontal a nosotros dado que incluso actúa teniéndolo en la palma de la mano. Eso sí, sería estupendo que funcionase con la pantalla ambiente y no tener que activar la pantalla, bien sea con doble toque o con el botón físico.
En cuanto a la lectura de huellas, la experiencia se mantiene con respecto a lo anterior y esto es bueno, porque funciona muy bien. Aquí se da algo que estamos viendo en ocasiones, y es que el reconocimiento facial es tan rápido que muchas veces no hace falta ni siquiera aproximar la huella, pero cuando lo usamos no da problemas ni resulta exigente a la hora del área de huella que apoyamos.
Cámaras: esto no lo hemos entendido, OnePlus
Evolución cuantitativa y cualitativa la que plantea el OnePlus 8 Pro en sus cámaras traseras, pasando de tres a cuatro sensores y añadiendo un sensor de filtro de color a la tríada por excelencia hablando de versatilidad en fotografía: teleobjetivo, gran angular y lente estándar con un sensor grande. En este caso se mantienen los 48 megapíxeles, extendiéndose esta resolución al gran angular, y se pasa a un zoom híbrido de tres aumentos.
- Sensor de 48 megapíxeles Sony IMX689 (píxeles de 1,12 µm, de 2,24 µm disparando a 12 MP), con establización óptica y electrónica (OIS y EIS) y lente con apertura f/1.78.
- Sensor de 48 megapíxeles con lente ultra gran angular de 119,7 grados con apertura f/2.2.
- Teleobjetivo con sensor de 8 megapíxles (píxeles de 1 µm), OIS y apertura con valor f/2.44.
- Sensor de 5 megapíxeles con filtro de color y lente con apertura f/2.4
Hay algunas mejoras centradas en el vídeo, que puede dar tomas hasta en 4K a 30 y 60 frames por segundo, como el HDR y el Audio Zoom (que actuará al hacer zoom, “acercando” el sonido). De hecho, dispone de tres micrófonos para este Audio Zoom que además se usan para tratar de eliminar el ruido ambiental.
En cuanto a la cuarta cámara, según OnePlus proporciona “efectos artísticos y filtros para dar un estilo único”, pero más adelante veremos si esto se nota o no. La cámara frontal dispone de un sensor de 16 megapíxeles Sony IMX471 (con píxeles de 1 µm), EIS y lente con apertura f/2.45. Puede grabar en 1080p.
Hay otras mejoras interesantes como el detector de parpadeo (o “flickeo”), que hace que la velocidad de obturación se ajuste automáticamente según la frecuencia de este parpadeo que detecte en el ambiente, con lo cual se pueden evitar esas franjas negras que aparecen al fotografiar una pantalla o un tubo fluorescente. Añaden además algo simpático: que el enfoque automático reconozca a mascotas para que trabaje mejor.
App de cámara
La app de cámara de OxygenOS va experimentando cambios según las lentes que va añadiendo, pero esta vez nos encontramos alguna sorpresa que no está relacionada tanto con esto como con la experiencia. Cuando hablamos con ellos en su laboratorio fotográfico nos comentaron que su enfoque de cara a la inteligencia artificial no era el de “enfatizar el uso de AI” (de ahí que en parte no tengan un botón de “AI” como Xiaomi o Huawei entre otras) y que se iban a centrar en “mejorar el HDR+”, y quizás hayamos visto el fruto de la intersección de ambos enfoques.
En la app de los nuevos OnePlus no hay control manual del HDR: va a ser siempre automático y podremos desactivarlo si queremos desde los ajustes. De este modo, que se aplique o no dependerá siempre del sistema, quizás buscando así el mejor rango dinámico en cada toma, incluyendo un nuevo modo HDR en vídeo.
A parte de esto, la interfaz mantiene la estructura y estética que hemos visto anteriormente, con la navegación en pestañas (editables, algo que no suele ser muy común) y con accesos rápidos para Google Lens, el temporizador, el flash, la elección de la resolución (si 12 ó 48 megapíxeles), el modo supermacro (que funciona con la lente gran angular) y los filtros de color.
En el modo Pro podemos ajustar el disparo para obtener el RAW o bien elegir el tamaño del JPG, además de lo que habitualmente hemos visto aquí: ajustar parámetros y poder guardar una configuración determinada de los mismos. El modo noche, llamado aquí Paisaje nocturno, nos permite dispara tanto en la lente estándar como en la de gran angular, pero no podemos hacer ajustes manuales (hay un ajuste para poder disparar con el modo noche hasta con 30 segundos de exposición, pero no hemos logrado que se produjese esta exposición en dicho modo).
El modo retrato tampoco dispone de ningún ajuste manual, dependiendo del software y de la distancia a la que estemos. Como veremos sigue sin ponerlo fácil, aunque algo que no nos esperábamos es que pese a que en la galería se nos marca qué fotos se han hecho con bokeh (y el nombre de archivo) no podemos editar el desenfoque.
Para el vídeo tendremos accesos directos para la superestabización, el HDR, el flash y los filtros. La resolución la elegimos en los ajustes, aunque no queda claro en el caso de la frontal ya que no cambian (y no puede grabar en 4K, por mucho que lo podamos seleccionar).
La app mantiene la opción de mostrar todos los modos a la vez al hacer swipe desde abajo, de modo que podemos ir directamente al que nos convenga. Los ajustes son claros y los justos para que un usuario novel no se pierda en ellos, pudiendo desactivar el sonido del disparo o aplicar el HDR, la corrección de curvatura de la lente gran angular y otros aspectos.
La app funciona correctamente, fluida y sin cierres repentinos o lag. Eso sí, podría haber alguna mejora en cuanto a dejar más clara la resolución en el vídeo frontal, la larga exposición con trípode o que el modo retrato fuese más manejable.
Cámaras traseras
Con esta renovada app de cámara tenemos una experiencia tan nutrida como variopinta. En general son fotografías aceptables cuando la iluminación ayuda (en exteriores e indirecta), con buena colorimetría, contraste equilibrado y exposición compensada, pero no tanto en detalle.
Veremos que tiene más problemas con los contraluces y algo que nos ha parecido interesante: los 48 megapíxeles normalmente no van a suponer demasiado cambio (salvo tener recortes mucho más grandes sin perder detalle), pero en los contraluces y en exteriores en general nos da tomas mucho más equilibradas a nivel de contraste y exposición. Por ello quizás nos compense disparar a 48 cuando vayamos a usar la lente estándar o la gran angular (el sensor del tele no tiene esta resolución).
Eso sí, el enfoque puede fallar en la resolución del 48 megapíxeles en un mismo encuadre donde el disparo a 12 megapíxeles o el modo Pro no tienen problema. Ocurre cuando son fotografías de primer plano o estilo macro (sin extremar distancia mínima de enfoque).
La activación automática del HDR es cuanto menos curiosa. Dado que tenemos las manos atadas en este sentido hemos intentado forzarlo buscando situaciones donde normalmente viene bien este aumento del rango dinámico fusionando tomas (como un contraluz), pero no siempre asistía cuando lo esperábamos (en general con más facilidad en interiores o contraluces muy marcados).
De noche la calidad desciende bastante y el ruido ayuda a eliminar definición. Aunque el balance de blancos es correcto y también hay unos colores realistas, son tomas muy poco definidas, por debajo de lo que cabría esperar en un móvil de esta gama.
Esto hace que podamos valorar más el modo noche o Paisaje nocturno, dado que veremos que aunque recurre al “viejo truco” de aumentar el contraste conseguirá tomas más definidas, pudiendo también mejorar el rango dinámico. Sobre todo veremos que actúa muy bien de noche en exteriores, no dando buen resultado si recurrimos a él en interiores, normalmente por poder disparar con mayor estabilidad y menor ISO.
El zoom nos da unos buenos resultados de día en exteriores, con poca pérdida y sin que haya modificaciones de color, exposición o contraste con respecto a la lente estándar. De noche será cuando ese OIS no actúa como esperábamos y hay una pérdida bastante acusada, quedando por debajo de lo que esperábamos tras ver las incursiones en zoom 3x de otros fabricantes.
El gran angular tiene un desempeño correcto en lo referente a la iluminación favorable y la corrección de la curvatura por la lente, manteniendo el color y la exposición. Pero se echa en falta nitidez, sobre todo hablando del disparo nocturno.
El modo supermacro, recordamos, utiliza la lente del gran angular. Esto no significa que no podamos tener buenos resultados y se tienen, dependiendo siempre de las condiciones de luz, pero pudiendo acercar muchísimo la lente (más que en modo Pro con enfoque manual) y con un muy buen trabajo del enfoque automático.
El modo retrato ha sido una pequeña decepción porque no sólo no ha experimentado mejora, sino que aún parece más inestable y menos eficiente que antes. Es muy complicado que se active aún estando en la distancia que exige el mismo en la propia interfaz, y cuando lo hace hemos de ir con sumo cuidado para que no se vuelva a desactivar.
Los resultados son bastante irregulares, a veces con buen recorte y equilibrados y otras con tomas demasiado contrastadas, subexpuestas y muy pobres en nitidez donde otros móviles no tienen tanto problema. Es un modo que sigue requiriendo mejora, mucha, sobre todo teniendo en cuenta los resultados que tiene la competencia desde hace tiempo.
Lo que no acabamos de ver es la utilidad de la cuarta cámara. Según nos explicaron en OnePlus se trata de dar esa opción de añadir filtros de color, lo cual vemos con un icono en la interfaz, pudiendo aplicar los filtros en directo.
Hasta ahí todo claro, pero hemos probado en numerosas ocasiones a tapar este objetivo y ver qué ocurría tanto con el color de las fotografías en general como con los filtros, pero no hemos visto cambios salvo en uno de ellos. Es como si esa cámara sólo actuase para ése (si tapamos la lente no se aplica) y para nada más, y tampoco es que nos parezca muy atractivo. Lo mostramos en ejemplos en los que mostramos el resultado con el objetivo de color libre y tapado.
Cámara frontal
Como hemos visto con las traseras, hay una buena experiencia con la cámara subjetiva si gozamos de luz favorable (como suelen ser exteriores de día y con luz indirecta). Buen detalle, colorimetría y balance de blanco, quizás con una ligera sobreexposición en alguna toma pero fácilmente editable si no nos convence.
En interiores puede tener más problemas a nivel de nitidez, sobre todo si optamos por el modo retrato, lo cual resuelve bien con iluminación favorable. En un entorno de luz natural media-baja ya nos la puede jugar, con tomas que rozan la acuarela o problemas con el enfoque.
De noche es donde veremos que tenemos disparos con menos detalle, pero tampoco se alejan demasiado de lo esperado. Veremos en el recorte que pierde con respecto a las condiciones favorables y el retrato sufre algo más, pero hay un buen trabajo en los colores, la exposición y el contraste.
El modo retrato suele recortar bien de día y sobre todo es mucho más estable que el de las traseras (se va a aplicar sí o sí). Lo que hemos de tener más en cuenta es vigilar el enfoque, sobre todo si hacemos instantáneas con nuestro rostro muy cercano al móvil.
Vídeo
En OnePlus han apostado por salpimentar las opciones de grabación de vídeo con varios tipos de formato y opciones de HDR y superestabilización, aunque no hay un modo pro. Vamos a ir viendo qué está disponible en cada resolución y lente, porque no todos los modos dejarán que alternemos. Os ponemos algunos ejemplos de tomas iguales activando y desactivando la superestavilización.
En los modos estándar podremos cambiar de lente o bien hacer zoom gradual. En este sentido veremos que el salto de un objetivo a otro se nota, pero tampoco es demasiado brusco.
El teleobjetivo y el gran angular van a trabajar muy bien con luz abundante en exteriores. Se mantiene la nitidez y no hay variaciones en la colorimetría o la exposición, además con una buena corrección de la curvatura natural de la lente en el caso del gran angular.
El telefoto sacará más ruido y perderá más detalle en interiores, aunque éste no es un uso demasiado habitual para esta lente en términos generales. En todo caso, como veremos de noche y en interiores vamos a ver que el vídeo sufre bastante, incluso en 4K.
La activación del HDR va a suponer que no podamos cambiar de lente y que tengamos que grabar únicamente con la estándar. Podemos hacer tomas en 4K o 1080p y salen en 4:3, a diferencia del modo Cine (en 16:9).
No hay un cambio sustancial en el rango dinámico: se va a notar más en tomas que normalmente requieren el HDR como exteriores a contraluz, pero tampoco va a suponer una diferencia demasiado drástica. De hecho, hemos notado que tiene algún problema con el enfoque, por lo que según en qué tomas será mejor no optar por él.
El modo Cine puede ser de nuestro interés si queremos obtener estas tomas en 16:9. Nos permite grabar en 4K o 1080p y cambiar de lente, pero no supondrá ningún cambio a nivel de textura, color, exposición u otros parámetros (al menos perceptibles)
La captura de sonido es muy buena, siendo muy sensible y sin aberraciones o carraspeos aún estando el sonido cerca de los micrófonos. No hemos podido probar bien el audio zoom por las circunstancias en las que estamos, lo tendremos que probar en futuros análisis, pero se activará automáticamente al saltar al teleobjetivo.
De noche el descenso de calidad es bastante acusado, sobre todo si aplicamos el modo de superestabilización en 1080p, en el que no compensa para nada el plus de estabilización (que no es tanto) dado que la nitidez se esfuma. Bastante ruido y pérdida de detalle, sobre todo si tiramos de gran angular, que como es habitual sale perdiendo con baja luz.
Buen resultado de la cámara lenta con la iluminación suficiente, como suele ocurrir, con tomas que aunque no son tan nítidas como la grabación estándar quedan bien. Podemos grabar clips de la duración que queramos y sin tener que depender de la detección de movimiento, aunque siempre será mejor hacerlas con luz abundante para que la pérdida de calidad no sea acusada ni se noten demasiado los frames por segundo.
En cuanto a la cámara frontal, las tomas pueden ser hasta 1080p y conserva muy bien el detalle del primer plano de día, con colores realistas y un balance de blancos bastante correcto, sin pecar de contraste. De noche, como ocurría con la fotos, la calidad baja bastante.
Sonido: el estéreo siempre es bienvenido
Sonido estéreo para este OnePlus 8 Pro, que sigue la estela de mantener el aún más discreto altavoz frontal para acompañar al principal en la base del móvil. Lo que no encontramos es mini-jack de audio ni se incluye adaptador para poder conectarlo al USB, así que nos tocará tirar de Bluetooth o adquirir lo necesario si no disponemos de auriculares USB tipo-C o del adaptador.
El desempeño de todo esto es muy correcto y la experiencia es bastante buena. Cualquier tipo de contenido se disfruta a nivel auditivo, con un sonido nítido y bien preajustado a nivel de bajos y agudos.
El rango dinámico en altavoces está también dentro de lo correcto, sin alardes pero dando el suficiente matiz y compensando los sonidos bien. De potencia tampoco va mal, logrando hasta 117,4 decibelios a la salida del altavoz principal (que quedan en unos 80 dB ambientales) hablando del máximo volumen, aunque como suele ocurrir la calidad disminuye a tal nivel y es mucho mejor dejarlo como mucho en torno al 80% del volumen disponible (que queda en unos 70 dB ambientales, suficiente para ambientar una estancia).
El ajuste del Dolby Atmos sirve tanto para auriculares como para altavoces, aunque también hay algunos ajustes añadidos cuando conectamos unos auriculares. Nos da opciones para activar unos preajustes de manera automática en función del tipo de audio (música o películas).
Con altavoces la identificación de qué tipo de sonido estamos escuchando por parte del sistema va bien (ocurre si lo dejamos en dinámico), percibiendo que hay un efecto u otro según seleccionamos música o película. En el caso del estéreo externo vemos que el ajuste para películas aplica una compensación de la emisión según el sonido, emitiendo por un lado u otro según de lo que se trate, algo que no favorece a una escucha de música normal.
Probando con auriculares el ajuste dinámico actúa bien en cuanto a identificar el tipo de contenido, aunque a diferencia de lo que ocurre en los altavoces la separación de canales según qué suene en el ajuste de películas da una sensación de profundidad y un matiz que resulta más agradable que el de música, menos compensado y sobre todo menos envolvente.
En cuanto a los ajustes específicos para auriculares, son bastante sutiles sobre todo hablando del equilibrado. El sonido cálido emite unos bajos menos nítidos, dando al final algo menos de calidad del audio en nuestra opinión, y el matizado da algo más de rango dinámico, pero tampoco un sonido más definido.
Autonomía: una compensación ajustada a la mejora de la pantalla
Este OnePlus 8 Pro ve en su interior una batería con una mayor capacidad que en sus antecesores pese a que llega a medir y pesar algo menos que éstos. Esto se ha conseguido gracias a que el sensor de huellas es una pieza más pequeña que en los anteriores modelos, y también por haber eliminado el mecanismo pop-up, lo cual como ya comentamos deja bastante espacio (que puede ocupar la batería o las antenas para el 5G).
Hablamos de una pila de 4.510 mAh, unos 500 mAh más que sus antecesores directos que siempre van a venir bien de cara al consumo en general y especialmente cuando la pantalla va pidiendo más, por tamaño o especificaciones. ¿Se nota este aumento? La media que nos da entremezclando usos de 60 y 120 Hz (una frecuencia con cada carga, alternando) es de unas 24 horas, que son unas cuántas menos que lo que obteníamos en el 7T Pro.
La carga más duradera nos ha dado para 26 horas (con 120 Hz pero un uso menos exigente), también por debajo de las 30 horas que nos llegó a dar su antecesor más inmediato, pero no hace que estemos tampoco dependientes de un enchufe. Lo que más exige es el multimedia, e independientemente de que lo configuremos a 60 o a 120 Hz se nota cuando hemos estado más tiempo jugando o con vídeo en streaming.
Que configuremos modo claro u oscuro parece tener poca influencia en la autonomía. Sí se nota más si aplicamos restricciones en segundo plano a alguna app (algo que puede hacerse de manera independiente tanto para aplicaciones como para servicios del móvil) o el modo de ahorro de batería.
Hablando del tiempo de carga, el tiempo es el mismo tanto con el cargador por cable como con la base inalámbrico, siendo ambas cargas hasta 30 vatios. En total se tarda 1 hora y 10 minutos, que aunque no es de récord no está nada mal y es un tiempo que permite despreocuparnos bastante de tener la carga planificada. Soporta además carga inversa, pudiendo cargar otros dispositivos (lo hemos probado con un Huawei P30 Pro pero puede ser cualquier dispositivo que lo soporte).
OnePlus 8 Pro, la opinión de Xataka
La filosofía de OnePlus ha ido variando más allá de sus eslogans, viendo que con la evolución de sus terminales son cada vez más prolíficos por año y han abandonado la idea de vencer por precio. Es el precio que se paga por incrementar la calidad y es algo que ha ido en ascenso en los últimos años, con la cima alcanzada el año pasado al apostar por mejorar la pantalla.
El OnePlus 8 Pro es una evolución contenida de los Pro del año pasado, materializando ciertas apuestas por parte del equipo fotográfico, actualizándose para ofrecer el máximo rendimiento y 5G y conservando el estilo propio a nivel de construcción y estética. Y esto nos gusta: lo conservativo a nivel de diseño no es negativo si se hereda de un pasado correcto y convincente.
OxygenOS sigue dando lecciones de fluidez que esta vez llevan a un nivel superior de la mano de los 120 Hz: parece que la pantalla sigue siendo el eje de innovación en la industria del móvil (junto a las cámaras, el eje permanente) y que más allá de las distintas inserciones de la cámara frontal la lucha ahora está en la tasa de refresco. Los 120 Hz dan buena experiencia sobre todo si lo acompañamos de una resolución acorde a la de un buque insignia de 2020.
Lo que no ha experimentado demasiada progresión es la fotografía: aquí nos falta ver un golpe en la mesa a nivel interno que nos convenza más, que nos haga dudar con más fuerza de que puede carraspear a otros rivales. Hay trabajo por hacer, y puede que el camino no esté en desviar esfuerzos a una cuarta cámara de utilidad más que cuestionable en vez de a mejorar el zoom, el gran angular o el desempeño en general, sobre todo en fotografía nocturna y retrato.
9.1
A favor
- La pantalla, salvo las curvas, es un referente para la alta gama de 2020 en muchos aspectos.
- El diseño y la construcción son muy buenos de cara a la comodidad y a la suciedad, además de que eliminar el módulo pop-up ha beneficiado a nivel de espacio de componentes internos.
- Puede con todo y reina la fluidez siempre, incluso a 60 Hz. Y la carga rápida inalámbrica es tan rápida como la de cable.
En contra
- No entendemos la adición de una cuarta lente. En nuestra opinión ha sido en detrimento de lo que podría haber sido una mayor evolución en las tres que ya había y en su rendimiento.
- O curvas o buena experiencia: los scroll accidentales son inevitables incluso con funda, aquí hay que mejorar en sensibilidad táctil (que discrimine los toques involuntarios) o volver a un panel plano (ojalá).
- Resbala bastante, quizás algo inevitable con estos acabados.
El terminal ha sido cedido para el análisis por parte de OnePlus. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.