Por años, los televisores han sido sinónimos de CES. Aunque el avance de la tecnología ha dado cabida a hologramas, drones y robots, los televisores siguen siendo protagonistas y, a menudo, pueblan los stands más grandes y vistosos.
Pero, por lo general, los televisores son predeciblemente iguales. Aunque deslumbrantes cuando están encendidos, una vez los apagas no hay avance tecnológico que te salve del aburrido rectángulo negro.
O no la había. En los últimos años, hemos visto interesantes opciones para resolver ese tema: Samsung presentó televisores que se convierten en obras de arte, LG mostró televisores enrollables y, este año, por fin comenzó a vender televisores transparentes. Era cuestión de tiempo para que alguien hiciera un televisor que se despliega como un Transformer.
C Seed es una que crea pantallas plegables 4K de gran formato (hablamos de entre 1o3 y 177 pulgadas) que se transforman en obras de arte de aluminio cuando no las estás usando.
Debe decirse: se transforman físicamente. Lentamente. En general, les toma un minuto pasar de su forma recogida a desplegada y otros 25 para alinear los páneles de la pantalla.
La empresa llevó a Las Vegas un televisor de lujo de 165 pulgadas que se pliega en una base de aluminio que, afirma, sirve como escultura y conversation-piece.
De la misma manera, con solo pulsar un botón, la pantalla se pliega en pequeños paneles antes de desaparecer en la base de aluminio, convirtiéndose de nuevo en una obra de arte minimalista. Ese proceso, vale decir, también toma una eternidad.
Pero el N1 no es solo bonito, también es inteligente. Cuenta con un panel mini-LED optimizado por software para una mejor calidad de color y contraste y logra un impresionante brillo máximo de 1.000 nits. Está disponible en tres tamaños: 165 pulgadas, 137 pulgadas y 103 pulgadas y se ofrece en dos colores: champagne y plateado.
Eso sí, no esperes verlo en la sala de tu casa muy pronto. Cada televisor se hace a pedido, y el periodo de espera es de, por lo menos, seis meses.
Y luego está el precio: El modelo de 165 pulgadas cuesta 300.000 dólares, más de mil millones de pesos. El de 137 pulgadas vale 200.000 dólares y el de 103 pulgadas, que en este punto suena a ganga, cuesta 110.000 dólares, que en todo caso es más de lo que vale una casa.
Hay, además, una versión para exteriores de 165 y 177 pulgadas que, si nos preguntan, tiene mucho, mucho más sentido. Lamentablemente, todo indica que sea, incluso, más costosa.