Ni un pelirrojo en overoles azules, ni una aparición de porcelana en un vestido blanco, la más reciente adición al panteón de muñecos asesinos en el cine es M3GAN, una parábola ambulante sobre el aterrador potencial de la inteligencia artificial fuera de control. Ahora que llega, por fin, a HBO, vale la pena recordar por qué llamó nuestra atención.
Este juguete -que en propiedad se describe mejor como un robot de tecnología de punta con vestido de gala y cabello rubio oscuro- resulta tan determinada en su misión protectora como uno de sus ilustres antecesores lo era en la de asesinar a una tal Sarah Connors. La diferencia es que M3GAN se las arregla para hacerlo con actitud tan altanera y punzante que termina por ser su rasgo más realista.
'This is the part where you run'.
Punzantes también, aunque no por eso particularmente originales, son sus métodos para despachar a quienes se atraviesan en su camino, que se las arreglan para ser violentos pero sin estorbarle a la intención del director Gerard Johnston de mantener la clasificación PG-13 de su película.
Producida por Jason Blum y James Wan, M3GAN es la primera sorpresa de la cartelera 2023, mitad Martes 13, mitad Black Mirror y, en ocasiones, con una pizca de especial de Halloween de Los Simpson.
‘Tu amiga hasta el final’
En caso de que no haya visto el trailer, que debe saber revela prácticamente todas las secuencias de acción de la película, baste decir que M3GAN es la historia de Cady (interpretada por Violet McGraw), una niña de ocho años golpeada por la tragedia, y su tía Gemma (interpretada por Allison Williams), que se convierte en su tutora legal.
'Parte de la familia'
Gemma trabaja convenientemente en un laboratorio de robótica, que no está en una firma de Silicon Valley o en una instalación militar sino en una compañía de juguetes del área de Seattle. Su proyecto estrella, destinado a revolucionar el mundo de la IA, se llama M3GAN.
'Excelente escuchando'.
Ese es el acrónimo de Model 3 Generative Android, una muñeca interactiva capaz de aprender de la interacción con su usuario y maximizar constantemente el cumplimiento de su objetivo primario, que en este caso es la protección física y emocional de Cady.
M3GAN parece una niña pero actúa como un adulto, tiene un conocimiento enciclopédico de los hechos gracias a su conectividad a la red y tiene la capacidad de grabar (como Robocop) e imitar voces (como Terminator). Es, en apariencia, la solución perfecta para las necesidades de Cody… y de Gemma, que en realidad no quiere la responsabilidad que le cayó en la cabeza.
También canta, algo que nunca vimos hacer ni a Robocop ni a Terminator. Además escoge sus canciones con deliciosa intención, de Titanium de David Guetta a Toy Soldiers de Martika.
Un tipo rentable de terror
La trama es predecible en extremo y el final es decididamente inferior al resto de la cinta. Pero si M3GAN funciona es por su humor negro y su corajuda determinación para no tomarse jamás demasiado en serio y para no permitirse enredarse en el aspecto técnico de la IA, que en el pasado mató atrocidades como el remake de Chucky.
Gracias a eso, M3GAN puede unirse Chucky (al original) en la lista de personajes con el potencial de generar muy rentables franquicias... y populares disfraces de Halloween. Para ponerlo en perspectiva, la película terminó el fin de semana de su estreno con 27 millones de dólares en taquilla, muy por encima de los en comparación modestos 12 millones de dólares que costó producirla. Es casi tan buen negocio como el que se propone en la película, en donde 100.000 dólares invertidos en desarrollo llevan al lanzamiento de un producto que se vende a 10.000 dólares la unidad.
Otras películas han explorado antes el temor a la IA desatada que cruza límites éticos en pos de cumplir su misión. Pero M3GAN también explora el papel que los padres de nuestros días le dan a la tecnología en las vidas de sus hijos y cómo su innegable influencia puede tornarse siniestra. Ese hecho, al menos, logra que al regresar a casa uno mire con un poquito más de recelo a su Google Home.