Sobre dopaje tecnológico y mecánico en el mundo del ciclismo ya os hablamos largo y tendido, nos encontramos con una mezcla de rumores y evidencias que no han hecho más que calentar el ambiente, alimentar una polémica que vuelve a subir con la llegada de un nuevo documental. Curiosamente las fuentes de la mayoría de estas informaciones son francesas e italianas, centros neurálgicos del deporte de las dos ruedas.
Emitido en la televisión francesa France 2, por el programa Stade 2, lo que se introduce en el documental es la cámara térmica como herramienta para pillar a los infractores. Esos misteriosos y pequeños motores eléctricos no están a la vista, hay que hacer una revisión en cada carrera para descubrirlos, y así parece que se lo ha tomado en serio la UCI. Pero las fuentes de calor no se pueden esconder.
En el programa, que dura unos veinte minutos, se incluyen muchas escenas ya vistas sobre este tema, involucrando a mecánicos, controles técnicos o ciclistas importantes del pelotón. Pero no se apunta directamente a ninguno, ya que realmente no hay pruebas.
Del documental también podemos decir que es interesante el hecho de que se desplacen hasta los lugares donde se hacen algunos de estos motores eléctricos, y hablan sobre la posibilidad con sus creadores: Alessandro Bartoli en Italia y Istvan Varjas en Hungría. Podéis verlo a continuación, merece la pena verlo si os interesa el tema:
Una cámara de este tipo es capaz de formar imágenes luminosas que nosotros podemos ver, las crea a partir de las emisiones de infrarrojos medios del espectro electromagnético de los cuerpos detectados. Se suelen representar con una escala de temperaturas, donde un color tirando a azul significa poco calor, y si te mueves hacia el amarillo, es que la temperatura va incrementándose.
Según vemos en el documental, los investigadores de France 2 - con la colaboración de Corriere della Sera - se fueron con estas cámaras a dos acontecimientos importantes en el calendario ciclista, dos clásicas: la Semana Coppi-Bartali y la Strade Bianche.
Dicen haber detectado fuentes extrañas en varios participantes, pero ni dan nombres, ni pistas. Cinco de ellos emanaban un calor ‘especial’ desde el eje del pedalier, otro par tenían la fuente en la rueda trasera. Curiosamente esos puntos de calor subían y bajaban de intensidad según llegaban cuestas o descensos.
¿Ruedas electromagnéticas?
El segundo caso citado es el de una rueda electromagnética, que no contemplamos en nuestro anterior artículo sobre el tema. El sistema implica a una serie de baterías escondidas en la rueda, y una bobina en el sillín, con ellas se puede conseguir energía por inducción electromagnética. También fabricada por el húngaro Varjas, puede aportar hasta más de 60 vatios y se activa vía Bluetooth.
Con la investigación no se consigue culpar a nadie, más bien se demuestra que esto no es humo, o al menos es algo que la UCI tiene que tener en cuenta y hacer que los controles sean más duros, al mismo tiempo que se preparan para nuevas tecnologías que puedan ir llegando.