Los aviones son claros protagonistas de la integración de nuevas tecnologías en sus diseños, pero hay un modelo en este campo que era especialmente esperado por los aficionados a los deportes aéreos. Se trata del Icon A5, un hidroavión monoplano de ala alta que se ha convertido en sus primeros días de producción.
Una de sus características más llamativas es el hecho de poder despegar y aterrizar tanto en agua como en tierra, pero a ello se suma su interesante diseño con alas plegables y el hecho de que según dicen es uno de los aviones más fáciles de pilotar del mundo.
Un avión que casi cabe en el garaje
Quienes lo han probado así lo afirman, y de hecho tras 8 años en desarrollo el resultado esa expectación ha generado unos ingresos de 450 millones de dólares en pedidos a usuarios que eso sí, tendrán que esperar un máximo de 3 años debido a esa enorme expectación que ha hecho que el fabricante no pueda afrontar la demanda lo rápido que querría.
Este hidroavión está orientado a pilotos que tienen la certificación para poder volar por debajo de los 10.000 pies en buenas condiciones y siempre de día, algo que facilita la obtención de un permiso: se necesitan la mitad de horas que un permiso convencional, aunque es cierto que aquellos pilotos con mejor preparación y más experiencia pueden usarlo en situaciones más complejas.
El creador de este hidroavión fue piloto de American Airlines y también pilotó F-16 para la Fuerza Aérea. Tiempo después se dio cuenta de que quería ofrecer esa posibilidad a más y más gente, y el resultado es el Icon A5 del que habla como un "democratizador de la aviación", un vehículo que va un paso más allá de los ultraligeros que protagonizan la aviación deportiva y que incluso tiene un precio asumible para lo que se maneja en este ámbito: por 250.000 dólares puede ser vuestro.
Esa facilidad de pilotaje viene reforzada con características como su sistema "anti-spin" que permite a un piloto mantener el control del aeroplano incluso en una caída en pérdida que pueda complicar el vuelo del aparato. Eso se evita con sistemas que por ejemplo bloquean el uso de ángulos de ataque demasiado pronunciados: el avión te alerta del error, aunque lógicamente puedas seguir ascendiendo.
No solo eso: en el avión se incluye un paracaídas de emergencia para casos en los que aun con esas medidas de seguridad hayamos perdido el control del avión. Eso unido a esa capacidad para aterrizar tanto en la tierra como en el agua hacen de este biplaza -sí, además es biplaza- todo un objeto de deseo para los aficionados a la aviación deportiva.
Vía | FastCompany
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