El caos de Boeing con sus 737 MAX está provocando un año desastroso para la empresa, cuyo consejo de administración acaba de anunciar la "dimisión" de Dennis Muilenburg, que llevaba en el cargo desde julio de 2015 y que de hecho había sido privado de su cargo de presidente ejecutivo de Boeing en octubre de 2019 para dividir sus funciones.
Las comillas son necesarias: aunque Boeing afirma en la nota de prensa que ha sido Muilenburg el que ha dimitido, dicho anuncio también señala que "el consejo de adimnistración ha decidido que era necesario un cambio de liderazgo para restaurar la confianza en el avance de la compañía".
Nuevos aires para tratar de encauzar el camino
Muilenburg será sustituido por David Calhoun, que ejercerá como CEO a partir del próximo 13 de enero. Este movimiento en la más alta jerarquía de la compañía está motivado por los acontecimientos que se han producido a lo largo de todo 2019 y que fueron consecuencia de los dos trágicos accidentes que sufrieron dos Boeing 737 MAX el 29 octubre de 2018 y el 10 de marzo de 2019.
Dichos accidentes desvelaron un grave problema en un componente software que Boeing intentó corregir sin éxito. Sus 737 MAX han quedado atrapados en tierra sin poder volver a levantar el vuelo, y no parece que la situación vaya a cambiar a corto plazo.
De hecho Boeing anunciaba recientemente que suspendía temporalmente la poducción del 737 MAX, una medida derivada "de las necesidades de recertificación" para un avión que ha acabado siendo motivo de un año catastrófico para la compañía. Queda por ver si el cambio en el timón sirve para que efectivamente Boeing logre recuperarse de este desastre.