La primera temporada de The Last of Us está por terminar, pero en su penúltimo episodio, la serie que, a falta de nuevos episodios ambientados en Westeros, tiene todo para marcar el 2023 para HBO, introduce a nuevos personajes, incluyendo al que podría ser su mejor villano.
Luego de una introducción en el paisaje invernal de Silver Lake, que ponen en marcha los eventos que llevarán a protagonistas y antagonistas a cruzarse, el episodio comienza exactamente donde nos dejó el anterior: con Joel seriamente herido y Ellie determinada a salvarlo.
Habiendo ya conseguido como suturar la herida, el enemigo es, ahora, la infección, si bien no ayuda que el dúo esté abandonado en medio de un paisaje congelado, cubierto por un manto blanco, sin alimento a la vista.
Ellie sale a cazar, lo cual sin duda traerá recuerdos a los fans del videojuego, cuando se encuentra con dos extraños: David y James. David es el más importante y, sin embargo, hay que hacer una pausa para hablar de James, porque lo interpreta nadie menos que Troy Baker, quien encarnó a Joel en el videojuego. Si el cameo de Baker era esperado por los fans, la aparición de David lo era aún más, porque pone a Ellie en un peligro mayor que cualquier otro hasta ahora, solo que en este punto ella aún no lo sabe.
Una nueva clase de monstruo
Aunque Ellie no deja de apuntarle con su arma, David se muestra compasivo y le ofrece un lugar en su grupo. Su actitud civilidad es un contraste con la actitud defensiva y hostil de otros lugares, incluso Jackson, antes de que Joel se identificara. Pero incluso después, mientras Jackson está lleno de vida y calidez, hay algo en David y su grupo que emana un frío aterrador.
Podrá presentarse como como un hombre razonable y afectuoso, pero bajo el exterior civilizado David es un maniático sin par en la serie. Sin duda busca hacer lo mejor para su grupo, pero su cruzada no reconoce límites y, cuando las cosas salen como desea, entre las grietas asoma el monstruo.
Como en otros casos, los cambios a la historia y los personajes lejos de molestar, se agradecen. David se alza de inmediato como un adversario verosímil y, por lo mismo, absolutamente temible.
Las razones que lo hacen temible emergen durante su interacción con otros personajes. Primero, mientras espera junto a Ellie a que James vaya al asentamiento para conseguir penicilina, solo tenemos sospechas. Pero entonces comienza a relatar cómo encontró a Dios después del apocalipsis y cómo cree que todo sucede por una razón.
Porque en su causa de encontrar cómo llevar alimento a los suyos, David envió una partida a la Universidad cercana, en donde se encontraron, relata, con un hombre y una niña. Uno de los suyos fue asesinado por este otro hombre. Ellie logra salir del encuentro viva y con la medicina, pero es claro que David tiene un plan.
Ellie llega a Joel y le inyecta la penicilina directamente en su herida. Luego se acuesta sobre él y se queda dormida.
Prisionera
De vuelta en el asentamiento de David, David comienza a dejar salir sus colores verdaderos. Es arrogante y violento cuando alguien le contradice y su determinación de volver a dar con Ellie, queda claro, no nace de un instinto protector.
Pero sean cuales sean los motivos, basta para que vuelvan a encontrarla y es así que ella se ve obligada a huir, por su protección y la de Joel, que no está en condiciones de plantarle cara a nadie. James mata a su caballo - ¿cómo pudiste, Troy? - ella cae al piso, y pronto queda inconsciente. El caballo ahora es comida y Elli, prisionera. Nuevos ecos del juego.
Por fortuna, la esperanza renace cuando Joel recupera el sentido y consigue levantarse. Sus fuerzas no estarán al máximo, pero la que sí lo está es su resolución de no dejar que nada le pase a Ellie. Por eso se abre paso entre sus perseguidores y obtiene de ellos la información que necesita.
Así volvemos al asentamiento de David, donde presenciamos la charla entre este líder demencial y una Ellie desafiante, que entiende con solo ver sus señales, muchos de los horrores que allí tienen lugar.
David le ofrece, en sus palabras, “un nuevo comienzo” y le pide que confíe en él. Pero Ellie le muestra a David que encontró una oreja en el suelo cerca a su jaula y nada de lo que diga podrá convencerla de verlo como otra cosa que no sea un enfermo y un caníbal. Él se dice un pastor cansado de la dependencia de sus ovejas, y solo busca alguien que no lo necesite, alguien que sea su igual. No podría estar más clara la forma aberrante en que esa paridad dibuja a Ellie ante sus ojos.
Pero en algo tiene razón: Ellie tiene, como él, un corazón violento. Y David va a lamentar haberla subestimado.
El duelo final
Ellie le rompe el dedo al predicador y, más tarde, cuando David y James van a matarla, le muerde la mano. Por un segundo hace que nos preguntemos qué efecto puede tener eso sobre David. La respuesta es ninguno, pero es agradable ver a Ellie usando ese temor, revelando que está infectada para detenerlos.
Ellie mata a James, comprobando una vez más cupan peligroso es subestimarla. Así la acción se mueve al bar, en donde tendrá lugar un enfrentamiento final digno de la serie y del videojuego. La dinámica es muy similar, con ella escondida y él gritando mientras la busca.
Un tronco de la chimenea enciende las cortinas y David le dice que las puertas están cerradas con llave. Ellie se acerca sigilosamente a él y, ya con el lugar envuelto en llamas, lo apuñala. Cuando él logra dominarla, la serie nos recuerda el horror que vive en este mundo, incluso detrás de las fachadas más civilizadas. La vida de David termina en un rapto de ira homicida que debería valerle el Emmy a Bella Ramsey.
Cuando Ellie sale del infierno en el que se convirtió el bar, alguien la toma desde atrás y vemos que es Joel. Abrazados, salen como pueden de ese lugar. Separados como estuvieron durante la mayor parte del episodio, Pedro Pascal y Bella Ramsey logran con maestría mostrarnos cuánto se han acercado sus dos personajes. La frase final de Joel es demoledora, por todo lo que significa: "It's OK, baby girl".
Para muchos fanáticos de los juegos, este episodio era uno de los más esperados y en este punto sobra decir que no decepciona. Cualquier inquietud que hayamos tenido sobre cómo se iba a adaptar este momento queda despejada y la serie logra, por increíble que parezca, hace frente a las altísimas expectativas que crearon sus entregas anteriores. Les queda, nada más, cerrar la temporada con broche de oro la próxima semana, cuando salga al aire su décimo y último episodio.