Brujas sin aquelarre, en problemas el Camino de las Brujas. Agatha en todas partes llegó a su cuarto episodio con Kathryn Hahn demostrando que Agatha Harkness puede, de verdad, sostener su propia aventura, pero nada garantiza la seguridad de quienes caminan junto a ella.
--Siguen spoilers del episodio 4 de Agatha All Along—
Si no estoy aquí / Mi canto guié en ti
El episodio comienza con una escena lúgubre: el cuerpo de Sharon (aka Mrs. Hart), fallecida en los hechos del tercer episodio. Pero comienza también con un enigmático cruce de palabras entre Agatha y Jovencito. Ella le dice: “No creí que fueras capaz”.
En español, no hay mucho más que analizar, pero en inglés la frase es: “I didn´t thik you had it in you” y la traducción más precisa sería: “No creí que lo tuvieras en ti”.
EN ti. Básicamente me sorprenderá si al final de la serie no descubrimos que este chico ha estado poseído “all along”.
Sea como sea, lo cierto es que tras los eventos del final del episodio 3, al aquelarre le falta un miembro. Es cierto que Sharon no era realmente una bruja cuando Agatha la reclutó, pero los números son lo números y las filas del grupo están, de momento, incompletas.
Pero solo de momento. No acabamos de lamentar la partida -seguimos esperando que temporal- de Sharon, cuando Rio Vidal se une al aquelarre en el Camino de las Brujas.
Desde su presentación al comienzo de la serie, el personaje interpretado por Aubrey Plaza se ha convertido en uno de los más interesantes en la historia. Agatha no la quiere allí, pero sin duda va a necesitar una Bruja Verde en sus tropas.
En el plano personal, nuestra protagonista también acusa el golpe de la primera prueba: Agatha enfrentó a sus demonios durante la prueba del agua y, cuando bebió el vino envenenado, experimentó alucinaciones inquietantes relacionadas con su pasado y, en particular, con su hijo.
Estas visiones revelaron sus miedos y arrepentimientos más profundos. La escena del Darkhold, el poderoso libro de magia que guió sus acciones en Wandavision, en una cuna por lo demás vacía es tan sencilla como poderosa.
Ahora Agatha y los miembros restantes de su aquelarre deben prepararse, aunque golpeados, para las pruebas que les esperan y el más inmediato es uno ambientado en un estudio de grabación místico e innegablemente setentero.
La prueba de fuego
Si la prueba de pociones puso a prueba las habilidades de Jennifer Kale, la que tiene lugar en este escenario está dirigida a probar las de Alice Wu-Gulliver, hija de la estrella de rock Lorna Wu. El sendero no es sútil y esta es, se nos informa, la prueba de fuego.
Es, por tanto, apenas lógico, que la prueba de Alice involucre a su madre, Lorna Wu, y a su éxito inmortal: The Ballad of the Witches Road.
En menos de lo que se dice: “down, down the road”, el aquelarre descubre que una maldición ha caído sobre sus integrantes y, una vez más, la serie se lanza con decisión al terreno del terror.
Se trata de la maldición familiar de las Wu, que se torna más violenta y demoniaca a medida que pasa el tiempo. La única solución es tocar la Balada , en la versión de Lorna Wu.
Porque así, cantada como lo hizo una madre que buscaba proteger a su hija, el aquelarre tiene una oportunidad de usar su hechizo de protección, pasar la segunda prueba y, en el proceso, salvar sus vidas.
Este es, de lejos, el más débil de los cuatro episodios que hemos visto y, sin embargo, acierta en recuperar el papel destacado que ha jugado la música desde ese éxito sorpresa en Wandavision que terminó por darle su título a la serie.
En medio de un incendio, la brujas confrontan una versión alada del mal que las acechaba y logran, de nuevo, salir victoriosas. Pero, de nuevo, uno de los integrantes del grupo paga el precio.
Esta vez es Jovencito, y su predicamento evidencia que Agatha ve algo más en él. La explicación más lógica es que vea a su hijo, del que poco sabemos. Que sea ella quien permaneció a su lado hasta que despertó es muy pero muy diciente.
Como lo es el testimonio de Rio, que sin duda está relacionado con el misterio de Agatha y su hijo. Por eso, le bastan cinco palabras para sacudirla: “Ese chico no es tuyo”.
Cuanto más lejos lleguen en el Camino de las Brujas, más alto será lo que está en juego para los personajes de la serie, que con este episodio se acerca a su punto medio.
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