La vía que conecta a Bogotá con Villavicencio es una de las más importantes del país, ya que además de ser la ruta principal entre dos ciudades principales también conecta el centro de Colombia con los Llanos orientales.
La vía fue cerrada en julio debido a las inundaciones que se presentaron, y solamente duró un par de semanas abierta antes de volver a ser cerrada totalmente como consecuencia del temblor que sacudió al país. Si bien está habilitado el paso con restricción desde el 31 de agosto, la pregunta que queda es por qué hay tantos deslizamientos en la vía.
Primero que todo, el Servicio Geológico Colombiano (SGC) afirma que la vía está construída siguiendo un vale en la Cordillera Oriental que ayuda al Río Negro a desembocar en los llanos de Colombia. Esto es a la vez una ventaja y una desventaja.
Por un lado, seguir el valle natural facilita la construcción de la vía, necesitando solamente la construcción de puentes y túneles en lugares donde no hay terrenos adecuados para carreteras. Sin embargo, también expone la vía a derrumbes y deslizamientos de tierra.
La zona más inestable de la vía al Llano
Un estudio liderado por Wilmar Calderón, profesor de Geociencia e Ingeniería Civil de la Universidad de los Andes, explicó que el kilómetro 58, cerca del municipio de Guayabetal, es la zona más propensa a deslizamientos. Según Calderón, la zona que estudiaron está conformada por rocas de tipo sedimentario, al mismo tiempo que factores como las fallas geológicas y las lluvias hacen que los deslizamientos sean más comunes.
La cordillera oriental es una tierra relativamente nueva que no ha pasado todavía por un proceso de compresión. Esto provoca que muchos de los terrenos tengan una alta concentración de arcillas. Cuando llueve, estas arcillas pierden resistencia y causan la falla del suelo, lo que lleva a deslizamientos.
Julio y agosto de 2023 fueron meses especialmente malos para la carretera, ya que además de haber sufrido por las lluvias y el desbordamiento de los ríos, El Calvario, Meta, fue el epicentro de uno de los temblores más fuertes de la última década en el centro de Colombia.
2019 fue el año que tuvo el panorama más desalentador, especialmente por cuenta de un derrumbe que ocurrió en el kilómetro 58 y obligó a cerrar la vía por varias semanas. Sumadas en total, la vía estuvo cerrada casi 6 meses en todo 2019.
Colombia es uno de los países sísmicamente más activos ya que estamos situados en la esquina noroccidental de Sudamérica. Justamente allí es donde confluyen las placas tectónicas de Nazca y Caribe.
En búsqueda de soluciones, algunos ingenieros proponen integrar modelos en Inteligencia Artificial y Machine Learning para identificar zonas en riesgo de derrumbes. Si bien las pérdidas económicas son gigantes cada vez que cierra la vía, las nuevas tecnologías también podrán ayudar a evacuar y reforzar municipios y poblaciones especialmente vulnerables.