Muchos fans (más y menos de libro) de 'Star Wars' tenemos en la cabeza aquel mensaje de ayuda que la Princesa Leia mandaba en forma de holograma, y este grupo de científicos ha creado un sistema de proyección 3D audiovisual que, salvando las distancias, recuerda bastante a aquello. Pero lo que llama la atención es que además llega a ser táctil.
Se trata de un intento de crear un nuevo sistema de proyección que vaya más allá de los actuales al poder crear la sensación táctil y con la esperanza de que pueda ser una experiencia multisensorial más inversiva que la realidad virtual. Por ahora han logrado crear hologramas relativamente sencillos, pero los resultados ya son bastante llamativos.
El aleteo de una mariposa o un globo terráqueo y una brisa en la palma de nuestra mano
Se trata del proyecto del equipo de Sriram Subramanian, Diego Martinez Plasencia y Ryuji Hirayama, investigadores en la Universidad de Sussex (Reino Unido), publicado en Nature. Este holograma se fundamenta en la levitación acústica, la cual se logra por la proyección de luz en un pequeño plástico en movimiento gracias a ondas sonoras.
Es un plástico muy pequeño que hace las veces de cursor (haciendo una analogía a los softwares de dibujo). Mide más o menos de 1 milímetro de diámetro y puede moverse en un espacio equivalente al de una taza de café, aproximadamente.
¿Cómo se mueve esa pequeña gota de plástico flotando? Con ultrasonidos, los cuales comprimen y descomprimen el aire en su desplazamiento creando así regiones de mayor y menor presión. De ese modo, con un conjunto de altavoces controlados por ordenador consiguen moverlo continuamente a unos 90 metros/segundo.
El efecto 3D se consigue gracias a que la luz rebota en el plástico más deprisa de lo que tarda la visión en producirse, de modo que tenemos la sensación de que estamos viendo objetos en tres dimensiones y en movimiento. Lo que vemos en el vídeo es que han podido crear imágenes que pese a su sencillez aparente son complejas teniendo en cuenta el proceso, llegando a ver un globo terráqueo o una mariposa aleteando.
Añadir sonido no era muy complejo. Teniendo altavoces para los ultrasonidos se bastaron con hacer que éstos pudieran emitir ondas de sonido dentro del espectro audible por los humanos (los ultrasonidos quedan por debajo, por eso no podemos oírlos).
Para añadir el tacto, los investigadores han optado por un sensor de infrarrojos que apunta a la mano del usuario que trate de interactuar con la proyección. No es tacto al uso, no lo podríamos tocar literalmente, pero de este modo se proyectan las ondas de sonido a la mano creando una presión que puede percibirse por los receptores de la piel.
"La gente lo describe como un soplo de aire en tu piel o un cosquilleo" Diego Martinez Plasencia
En ScienceMag recogen los comentarios de Asier Marzo, de la Universidad de Navarra (en Pamplona, España), cuyos trabajos sirvieron de base a lo que ahora han conseguido. Lo que hizo Marzo y su equipo fue una especie de casco de realidad virtual que proyecte una secuencia de imágenes variadas buscando engañar a nuestra percepción de la profundidad, pero sin incluir sonido y tacto.
De hecho, han logrado potencial esa idea inicial de Marzo multiplicando la velocidad de desplazamiento de la partícula de plástico hasta diez veces. No en vano, además de añadir esas propiedades de tacto y sonido han utilizado 512 altavoces de ultrasonido, en comparación a los 60 del proyecto de Marzo, y han añadido pantallas 3D mejoradas así como nuevos algoritmos.
La imagen en la cámara parpadea, pero en vivo la percepción es distinta según lo describen. No hay un parpadeo y la sensación de tacto es ésa, la de una brisa o algo similar.
No es nuestra única esperanza, pero tiene sus posibles usos en la vida real
Marzo no ha trabajado en el proyecto, pero lo ve con muy buenos ojos. Además de alabar la labor de sus colegas en su opinión puede ser algo potencial en el diagnóstico por imagen en oncología, pudiendo dar una visión de tumores internos más precisa y útil o bien dar pistas a los soldados de qué hay a su alrededor.
De momento, la técnica creada por el equipo de investigadores de Sussex tiene, entre otras limitaciones, que necesita altavoces en ambos lados de la pantalla, con lo cual la interacción con el usuario queda algo restringida y se limita el tamaño. Pero Subramanian subraya que con las futuras mejoras será posible usar otro tipo de onda acústica para que puedan crearse imágenes con altavoces en un solo lado.
Imagen | Eimontas Jankauskis/Univ. Sussex