Aunque más de 28.000 asteroides de diversas formas y tamaños han sido identificados en proximidad a la Tierra, 2024 YR4, ha generado un fuerte interés en la comunidad científica debido a su posibilidad de impacto, aunque remota, en diciembre de 2032.
De hecho, su detección ha llevado a agencias como la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a intensificar su monitoreo.
Recordemos que este asteroide fue detectado el 27 de diciembre de 2024 por el sistema ATLAS en Chile. Posteriormente, fue incorporado en la tabla de riesgo Sentry de la NASA y en la lista de objetos cercanos a la Tierra de la ESA.
Además, el interés creció después de que la probabilidad de impacto, del 1.6 por ciento, fue ajustada al 2.3 por ciento. A pesar de este aumento, los expertos señalan que nuevas observaciones podrían reducir la probabilidad de colisión a cero.
Evaluación de su trayectoria

El asteroide 2024 YR4 ha sido clasificado en el nivel 3 de la Escala de Torino, lo que indica que requiere observación adicional. Históricamente, pocos asteroides han alcanzado niveles superiores en esta escala.
En 2004, el asteroide Apophis llegó al nivel 4 antes de que nuevas mediciones descartaran un impacto.
En este caso, 2024 YR4 tiene un diámetro estimado entre 40 y 90 metros, lo que lo hace comparable al objeto que causó el evento de Tunguska en 1908. En caso de impacto, podría generar daños significativos en una región determinada, aunque no representa una amenaza global.
Por ahora, las agencias espaciales continúan analizando su trayectoria para reducir la incertidumbre en las predicciones.
El monitoreo constante permitirá precisar su órbita con mayor exactitud en los próximos años, especialmente en su acercamiento a la Tierra en 2028. En este punto, los científicos podrán determinar con mayor certeza si existe riesgo real de colisión.
¿Estamos preparados?

Si el impacto sigue siendo una posibilidad, se evaluarán estrategias de mitigación, como el uso de misiones de desviación.
En 2022, la NASA demostró la viabilidad de esta técnica con la misión DART, que logró alterar la trayectoria de un asteroide al colisionar una nave con él, un hito para la humanidad.
Esta técnica se conoce como impacto cinético, la cual consiste en redirigir un objeto espacial sin destruirlo, modificando ligeramente su órbita mediante una colisión directa.
Mientras que Agencia Espacial Europea lanzará la misión Hera en 2026 para analizar en detalle el cráter dejado por DART y medir con precisión el efecto del impacto.
Por ahora, los sistemas de defensa planetaria en funcionamiento solamente permiten detectar y analizar amenazas potenciales con anticipación.
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