No podemos obviar el crecimiento del fabricante chino, de los pocos que trabajan el mercado global con la misma intensidad que lo hacen en su casa, con aspiraciones de pillar a Samsung y Apple. Buena prueba de ello son las cifras de venta del último año, la elección de Google para que les cree el Nexus 6P, o la imagen de marca que van consiguiendo mantener en cada producto. En este artículo nos enfrentamos a analizar el Huawei Mate 8.
Tuve ocasión de conocer muy bien al primer Mate, hace un par de años, y aunque se mantiene la filosofía de producto - phablet y gran autonomía -, el salto en positivo en los principales apartados de un dispositivo móvil lo debemos calificar de gigante. Ahora nos encontramos estrenando un hardware interno muy especial, además de una subida importante en la calidad de materiales.
Es bonito, potente y pasa de cargadores: a ver quién es el guapo que le gana en autonomía
Teniendo en cuenta el nivel tan alto en especificaciones que tiene su primo Nexus, nos hubiera gustado que se le pareciera un poco más, pero considero que en todos los apartados está a buen nivel, especialmente en autonomía. Intentaré que os quede una idea muy clara del producto, para que valoréis si merece la pena sobre un terminal de gama alta consolidado, ¿qué tal si empezamos conociendo su aspecto y principales especificaciones?
Especificaciones técnicas
Dimensiones físicas | 157,1 x 80,6 x 7,9 mm, 185 gramos |
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Pantalla | LCD IPS-Neo 6 pulgadas |
Resolución | 1920x1080 píxeles (367ppp) |
Procesador | HiSilicon Kirin 950 |
RAM | 3 GB |
Memoria | 32GB, se puede ampliar (versiones mayores se quedan en China) |
Versión software | Android 6.0 Marshmallow - Emotion UI 4.0 |
Conectividad | LTE Cat 6, Bluetooth 4.2, NFC |
Cámaras | 16 megapíxeles. Frontal de 8 megapíxeles |
Batería | 4.000mAh (no extraíble) |
Precio | Huawei: 599 euros / Amazon: 545 euros |
Mate 8, análisis en vídeo
Mucha calidad en un diseño reconocible
Como siempre que evaluamos el diseño de un producto, hay dos caminos bien diferentes a tener en cuenta, que te guste su aspecto y la calidad del mismo. Lo primero es subjetivo, y ahí tengo que decir que me parece correcto, no me enamora en ninguna de sus líneas, pero he de valorar que Huawei está consiguiendo crear un lenguaje de diseño reconocible. El Mate 8 es un Huawei.
En cuanto a la calidad, pues también podemos valorar materiales o dimensiones conseguidas, y en ambos casos estamos ante un terminal muy bueno. La construcción y elementos empleados son de primera, la marca china lleva tiempo trabajando el metal - aluminio - y en este sentido estamos contentos de pagar por un producto un precio acorde con lo que nos dan.
Con respecto a las dimensiones, aquí hay que darle un diez a Huawei. Se nos olvida que estamos ante un teléfono con pantalla de seis pulgadas, en la mano parece más pequeño, echad un vistazo a la imagen comparativa, nos permite ver en escala cómo es su frontal con respecto a teléfonos grandes y famoso del mercado:
Esto se consigue con unos marcos mínimos en sus cuatro posiciones frontales, un grosor bastante contenido, y una ligera curvatura en trasera y frontal que lo hacen si cabe más agradable de coger que el modelo al que sustituye. También es muy ligero para su tamaño: 185 gramos.
Entrando en detalles de diseño, podéis comprobar como el aluminio se extiende por todo el equipo sin dejar un espacio para incómodas - de ver - líneas de plástico para las antenas. A mi me ha tocado probar el Space Gray, que es el que elegiría, pero reconozco que el Mocha Brown es el más personal - o diferente - de la propuesta. Para completar la propuesta hay un dorado y un plateado.
Probablamente sea el teléfono con pantalla de 6 pulgadas más compacto del mercado, el 83% del frontal es pantalla
Un cambio llamativo está en la trasera, todos los elementos que eran creados en base a cuadrados, ahora se dibujan con círculos: cámara, flash y sensor de huellas. Siguiendo la línea marcada con los últimos móviles, el altavoz pasa a la zona inferior, con unas rejillas dobles en las que solo sale sonido por uno de los lados.
Para la parte frontal vemos que han introducido el sistema 2.5D - muy extendido en los nuevos móviles chinos - que crea una curvatura en la zona de la pantalla que llega hasta los laterales, y se aprecia en la siguiente imagen. Nos parece algo raro el marco de 2,5 milímetros que hay justo alrededor de la pantalla (se nota más en modelos con frontal con tono claro).
Los altavoces pasan a estar a los lados del conector, que todavía sigue siendo microUSB 2.0. El sensor de huellas lo prefiero en el frontal
Preferiría que el sensor de huellas estuviera delante, y aunque está en una posición natural, muchas veces usamos el teléfono con fundas o sobre la mesa, y no podemos acceder a él. No es un botón, es una pequeña y plana hendidura con forma circular. Es muy rápido, tanto como el mejor que podamos ponerle delante, y la tasa de fallos en el reconocimiento es mínima.
Seis pulgadas con mucho brillo
Querer comprar un Mate es elegir una de las pantallas más grandes en un teléfono, siempre ha sido así en esta familia de teléfonos, y con ello se ganan y pierden cosas. En primer lugar, decir que es imposible crear una pantalla perfecta en estas dimensiones, y encima querer tener un buen precio de mercado.
Una pantalla notable ideada para mantener precio y autonomía, el año que viene esperamos una evolución mayor
Total, que nos quedamos con las mismas características que funcionaron bien en el Mate 7, pero que en su renovación esperábamos una evolución mayor. Debemos ser realistas, una pantalla OLED de 6 pulgadas, o una LCD con resolución QHD subirían el precio final de forma significativa, y no aseguran que se mantenga otro de los puntos fuertes de los Mate: la autonomía.
Si nos paramos a evaluar la resolución en sí, pues es justo decir que en este tamaño ya se puede notar que la densidad de píxeles no es la mejor, especialmente si tenemos a mano algún teléfono de Samsung de última generación. Pero no nos engañemos, por precio y tamaño, pocas pantallas hay mejores que las que nos propone Huawei.
El frontal es todo pantalla, y la calidad de sonido que sale de sus circuitos es muy buena. Un dispositivo ideal para consumir multimedia
Entrando en detalles para los más curiosos, podemos decir que la pantalla es de tipo IPS-Neo, de las que hace JDI. Es prácticamente la misma que montaba el Mate 7, moviéndose en unos parámetros muy parecidos - arregla el tono verdoso, pero podría estar mejor calibrada -, y mejora especialmente en el tema de brillo (por encima de los 490 nits, 522 cd/m²).
Esta potencia extra en el brillo me gustaría que hubiera podido controlarse mejor, ya que cuando bajamos al máximo este valor, sigue siendo bastante fuerte. Lo digo por aquellos que les gusta leer en la oscuridad, y no molestar con tanta intensidad en la pantalla. Sí es muy positivo en la visualización en exteriores, uno de los puntos flacos en Huawei, que aquí se mitiga.
Los colores se muestran vibrantes por esto, también parece que se salen de la pantalla - la podría comparar con un iPhone 6 -, el efecto es algo así como si no hubiera mucho grosor en los elementos intermedios hasta la superficie. La pantalla cuenta con protección Gorilla Glass 4 de Corning, puede que algo tenga que ver en esto.
Kirin 950 es el hardware que necesitaba Huawei
Mucho que contar sobre el hardware interno del Huawei Mate 8, y es que la firma china desarrolla sus propios chipsets, es de las pocas que hace realiza este proceso al completo, y también por ello es muy interesante comprobar en qué estado están cada vez que presentan una nueva solución.
Ahí dentro hay un hardware nuevo que se llama Kirin 950, lo diseña la empresa HiSilicon perteneciente al grupo Huawei, y en él se depositan muchas esperanzas. La empresa china pasa de comprar chipsets a otros, prefiere la capacidad de diseñar a su gusto el producto, pero también corren el riesgo de quedarse atrás en rendimiento. Algo así le estaba pasando con los anteriores Kirin, especialmente en la parte gráfica.
El Kirin 950 es un portento en trabajos de CPU y ha mejorado en el punto flaco de la familia, la GPU
Pasando todo tipo de pruebas nos encontramos con que es una unidad gráfica mucho mejor que lo que tenían antes, y que al asociarla con una pantalla Full HD, la cosa sale bastante bien parada. El problema es que no le vemos mucho recorrido si tuviera que vérselas con un panel QHD. Por esto, se espera el Exynos 8890 use la misma GPU, pero en su configuración MP12, con el triple de núcleos gráficos.
Pero el cambio más importante lo tenemos en los núcleos del procesador principal, es el primero en utilizar los diseños Cortex-A72 de ARM. Concretamente son cuatro los que se emparejan en una configuración big.LITTLE con otros cuatro Cortex-A53.
¿Qué pasa cuando nuevo procesador pasa por los típicos benchmarks? Pues en aquellos que se mide el rendimiento de CPU - single y multi -, bate a todo lo que hay en el mercado. Cuando se meten gráficos, pues el nivel es mucho mejor que en el Mate 7, pero un pasito por detrás de los Exynos, Apple AX, y Snapdragons más potentes. Parece estar al nivel de un Snapdragon 808, quizá algo mejor.
En cuanto a consumo y calentamientos, el nuevo chipset es mucho más eficiente al haberse empleado tecnología de fabricación de 16nm. Los anteriores Kirin se quedaban en 28nm. Siento salirme del análisis de Huawei, pero es importante reconocer que esos núcleos A72 van a dar mucho que hablar, especialmente en hardware de la competencia: Snapdragon 820 y Exynos 8890.
Si Huawei no cambia de opinión, a España solo llega el modelo con 32GB de memoria y 3GB de RAM
Para un nivel increíble de detalle sobre Kirin 950, os invitamos a echar un vistazo al análisis de los especialistas de Anandtech.
Conectividad
Uno de los fuertes de Huawei está en las redes, ya que es una empresa que se encarga de montar infraestructuras de redes y domina la tecnología en todos los niveles. Por esto los Huawei suelen tener muy buenos modems, en el caso del Mate 8 conecta con LTE Cat 6.
El sistema de bandeja para la doble SIM es peculiar, ya que uno de las nanoSIMs es el espacio para una microSD, así que tenemos que elegir entre una cosa u otra.
No faltan las típicas conectividades en dispositivos de gama alta: WiFi 802.11a/b/g/n/ac dual-band 2.4 & 5GHz, Bluetooth 4.2, o NFC. Sí es más novedoso encontrarnos con un sistema Dual SIM, que no es habitual en su segmento (OnePlus 2 es de los que lo ofrece). Funciona de forma que ambas tarjetas están activas al mismo tiempo, pueden recibir llamadas.
Sonido
La salida de sonido es muy buena en este Huawei Mate 8. Podemos utilizarlo como fuente de sonido hacia un amplificador, o colocarle unos buenos auriculares, tendremos mucha calidad y claridad de sonido. Hablando de auriculares, los que trae de serie no están nada mal.
También tenemos radio FM, que siempre suma. En cuanto a la calidad de llamada, es sobresaliente y cuenta con modos como ‘loud voice mode’ que potencia el sonido cuando el volumen es bajo. No nos parece tan destacable el altavoz, se escucha bien pero no tiene mucha potencia y en un dispositivo tan agraciado para ver vídeos, no vendría nada mal.
Sin rival en autonomía: batería y Kirin hacen buenas migas
Nos vamos a aburrir de esperar si queréis ver ese pilotito en rojo. El teléfono vive dos días días sin ningún problema, dándole bastante uso
La batería es el punto fuerte de los Mate, viendo que aquí han metido 4.000mAh (15.2Wh), que la pantalla no es una burrada en píxeles, y que el hardware Kirin 950 es más moderno y eficiente que lo que vimos en el Mate 7, nos esperábamos un teléfono de record.
Siempre hablamos de teléfonos que nos aguantan bien el día de combate, con el Mate 8 podemos cambiar el baremo y hablar de dos jornadas
La batería no se puede sacar del cuerpo, y repasando el mercado, nos encontramos que en lo más granado hay un Nexus 6P con 3.450mAh, un Mate 7 con 4.100mAh, ambos confeccionados por Huawei.
Fuera de esa familia tenemos un Oppo R7 Plus con 4.100mAh, un Lumia 950 XL con 3.400mAh, un Note 5 con 3.000mAh, o un iPhone 6s Plus con 2.750mAh. A todos les gana en autonomía, y con el Mate 7 anda bastante parejo, aunque le sobrepasa en potencia de proceso.
Gestor de batería
Es la referencia que tomamos siempre, vemos si al terminar el día el teléfono está respirando, algo que aquí es una broma, ya que fácilmente tenemos a la mitad esperando por ser consumida. Los ingredientes están muy bien dispuestos para eso, pero es que también tenemos Android 6.0, que saca mejor provecho de los recursos.
En la parte software Huawei también tiene cosas que aportar con Emotion UI 4.0. Hay un gestor de batería muy completo El sistema te dice que aplicación están utilizando más memoria de la cuenta, recomendándote cerrarlas para extender la autonomía, en definitiva, optimiza los recursos en base a lo que hacemos.
Podemos hacer un testeo del estado actual con un botón optimizar, a partir de ahí hacerle casos en los cambios que propone. Los tres modos de funcionamiento cambian mucho las posibilidades: Rendimiento, Inteligente y Ultra.
Carga rápida
Tenemos carga rápida en el chipset de Huawei. La firma china se lo guisa y se lo come, y aunque en potencia bruta no es la referencia del mercado con los Kirin, sí que lo es en conectividad. En cosas como sistemas de carga, también anda bien posicionada.
El cargador es de 9V/2A (18W) y carga un 37% de la batería en 30 minutos, el porcentaje no parece alto, pero recordemos que hay 4.000 mAh que rellenar. A la mitad llegamos en 40 minutos, y completo lo tenemos en unos 90 minutos de carga.
Para rematar la jugada hubiera estado bien un puerto reversible, como en el Nexus 6P, pero nos tenemos que contentar con un micro USB normal y corriente. Tampoco hay carga inalámbrica de serie.
Cámaras notables, todavía a un paso de las mejores
Todo el diseño trasero pasa a utilizar elementos circulares. La cámara tiene una base muy buena, y en una primera actualización ya ha mejorado mucho. Si no se olvidan de ella, la cosa promete
Sobre el papel, la cámara está repleta de novedades con respecto al Mate 7, con unos ingredientes más que apetecibles: se sube a 16 megapíxeles, hay estabilización en la óptica - 3 ejes, tenemos enfoque por detección de fase, el sensor tiene un tamaño de 1/2,8 pulgadas - 1.12µm -, y hay un flash LED con doble tono.
El sensor es nuevo y es de Sony, concretamente un IMX298 que saca las fotos a máxima resolución en formato 4:3. El sensor trabaja de forma diferente a los del P8 o Mate S, que contaban con una configuración de píxeles RGBW, ahora se vuelve a una Bayer RGBG, que se porta mejor en todo tipo de escenarios. La lente es de 27 milímetros con una apertura máxima f/2,0.
En el móvil me gustan las cámaras que son sencillas y eficaces, el Mate 8 tiene una así, que en buenas condiciones saca resultados notables
La apertura máxima a la que trabaja la lente de 26 milímetros es f/2,4. El modo más llamativo es el Beauty, con hasta 10 niveles de mejora sobre nuestro rostro.
Elementos para crear un teléfono con una cámara especial, pero que a la hora de la verdad queda como un dispositivo por encima de la media, notable. Es especialmente bueno en algunos aspectos, como la simplicidad y rapidez en la que opera todo, el funcionamiento de modos como las panorámicas, o la definición y colorido de las tomas cuando hay buena luz.
Cuando se marcha la luz, el teléfono pierde calidad a un nivel que no lo hacen las propuestas de Samsung o Apple, así que ahí queda algo más cojo. Huawei mete algunos modos que mitigan el asunto y nos ayudan a jugar con el teléfono: super night - alarga tiempo de captura - y light painting, también podemos tirar de manual. La estabilización de imagen es algo que no puedo puntuar con claridad, pero según mi experiencia, creo que LG o Samsung tienen mejores sistemas.
Hay un modo rápido para arrancar la cámara con teléfono apagado: doble toque en volumen
El vídeo es su apartado más débil, ya no por la ausencia de la grabación 4K tan presente en cada equipo de la competencia - posiblemente Kirin 950 no se lleve bien con tanta información -. La grabación máxima se queda en unos suaves 1080p a 60 imágenes por segundo (47MBps), que podemos cambiar por un modo lento con 720p y 120 imágenes por segundo.
La grabación de vídeo no es para tirar cohetes, se queda en 1080p/60fps, posiblemente por no poder lidiar con el 4K. Me gusta la calidad de sonido que registra
Si bajamos a 30 imágenes por segundo se obtiene bastante calidad (24Mbps) sin ocupar tanto espacio, además se le puede colocar estabilización, pero el tratamiento y recorte que se hace sobre la imagen no me gusta demasiado. En todos los casos los resultados son decentes, pero ninguno nos va a sorprender. En resumen, cortita en definición, buen enfoque automático y mejor en sonido.
En cuanto a manejabilidad, debemos de tener en cuenta que esto es un teléfono bastante grande, por lo que no será tan cómodo de usar que otros. En la parte software, muy sencillo todo, con clara influencia por parte de iOS, pero con muchos más modos (tenemos uno manual para el que quiera sacar mayor partido).
De lo que no cabe duda es que la cámara está al nivel del teléfono - gama alta a buen precio -, y que es mejor que la que Huawei colocaba en modelos anteriores. Para mi gusto hay modelos mejores desarrollados por Samsung, Apple o LG, pero las distancias no son muy grandes, y los precios sí.
Un software muy bien optimizado al que cambiaría el aspecto
El primer teléfono de Huawei en llegar con Android 6.0 Marshmallow, vestido para la ocasión con la conocida personalización de la casa, Emotion UI. En su versión 4.0 no cambia demasiado en aspecto, y sigue jugando a presentar una mezcla entre iOS y Android. Del primero toma la idea de eliminar un lugar para las aplicaciones, ya que aparecen directamente en el escritorio. De Android toma lo demás, como los widgets.
Sinceramente, no es la personalización que más me gusta desde el punto de vista estético - le coloco Google Launcher y punto -, aunque reconozco que ya es reconocible y que funciona muy bien - nada de cuelgues y lags -. Se agradece que la interfaz cambie a modo horizontal al girar el teléfono, sin ningún tipo de añadidos.
Nos encontramos con las personalizaciones y gestos habituales en Android, entre las que destacamos la posibilidad de colocar hasta 30 iconos en pantalla, un nuevo modo de mostrar la multitarea, la completa gestión de la batería - de ello hablamos en otro apartado -, o el hecho de utilizar los nudillos para interactuar con la pantalla.
No me agrada demasiado el diseño de la interfaz, pero hay que reconocer que en el Mate 8 vuela, uno de los teléfonos más fluidos
Lo de los nudillos tiene su gracia, con un golpe sobre la pantalla y realizando dibujos sobre ella, conseguimos cosas. Con una línea horizontal habilitamos el modo de dos ventanas, que en 6 pulgadas tiene bastante sentido. También podemos capturar porciones de pantalla, o lanzar aplicaciones (una “s” hace un screencast). Tiene su periodo de aprendizaje, y la verdad, no me quita el sueño.
Existe la posibilidad de colocar un botón flotante en el que se puede acceder a las teclas de navegación Android, cerrar todas las aplicaciones, o dormir el teléfono. Ese botón lo podemos dejar en cualquier lugar la pantalla, y aparece dibujado encima de las aplicaciones.
Terminamos con el sensor de huellas, que reconoce hasta cinco dedos diferentes. Siempre está ‘conectado’, y nos sirve para despertar el teléfono. Muy rápido y útil, pero no me gusta que hayan eliminado la función touchpad, con ella nos podíamos mover por la interfaz con ligeros movimientos sobre el sensor.
La opinión de Xataka
El crecimiento de Huawei no es por arte de magia, cada vez hacen mejores productos, prácticamente en todos los segmentos de mercado. A medio plazo podemos decir que son los únicos con razones para coger a Apple y Samsung en esta carrera loca y saturada por vender móviles. Huawei Mate 8 es un buen ejemplo de ello.
Mate 8 es un excelente ejemplo de lo que tiene que ser una “Phablet Premium”: pantalla grande en cuerpo compacto, buenos acabados y una autonomía sin rival
Otra cosa es intentar destacar en la gama más alta, donde el nombre y la presencia de marcas como Apple o Samsung tienen bastante trabajo hecho, y cuando hay que gastar tanto dinero, es más fácil apuntar hacia lo conocido. También es cierto que la marca se va haciendo con una imagen, y ya no cuesta tanto elegir un Huawei, incluso en estos niveles.
En cuanto a rendimiento el teléfono podría presentar dudas al no emplear el hardware que todos los que no crean el suyo utilizan, es decir, Qualcomm. Pero no, el Kirin 950 funciona con garantías en todo tipo de situaciones, incluso podemos decir que sus núcleos son más eficientes y rápidos que la mayoría de alternativas actuales. En la parte gráfica sí que anda un poco más débil, pero tampoco es algo preocupante.
La cámara es uno de los aspectos que se debe cuidar en un teléfono de este precio, y que quiere no palidecer ante la competencia, que ha puesto el listón muy alto. La realidad es que no es tan buena como la que podemos encontrar en un Samsung Galaxy S/Note, o un iPhone, pero es notable y en la mayoría de las circunstancias, nos dejará satisfechos. La parte vídeo es la más débil de la propuesta.
¿Recomendaría un Mate 8? Me gustan más otras opciones de mercado - también son más caras -, pero si para mi fuera muy importante la autonomía y el tamaño de pantalla, subiría muchos puntos en mi ranking. También va a depender de la forma de pago u oferta que tenga a mano.
Os recuerdo que el teléfono está disponible en España desde ya, por 599 euros. Por ese precio nos llevamos la versión de 32GB, única disponible en nuestro mercado (las de mayor tamaño se las quedan los chinos).
8,4
A favor
- La autonomía del teléfono, interminable
- Pantalla de 6 pulgadas en un teléfono bastante compacto
- Rendimiento del nuevo Kirin y optimización, la interfaz vuela
- Excelente calidad de construcción y materiales
- Tenemos carga rápida
- Dual SIM
En contra
- La personalización no me parece atractiva
- Algunos modos de la cámara, como el vídeo
- En este tamaño hubieran estado bien mejores altavoces
- A España solo llega el modelo de 32GB y 3GB de RAM
El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Huawei. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
En la realización del vídeo tenemos a Pedro Santamaría.