Una de las primeras indicaciones que se dijo con las primeras (y tardías) medidas contra la pandemia del coronavirus fue la de no tocarse la cara con las manos, algo que quizás hacíamos (o hacemos) mucho sin ni siquiera darnos cuenta. Pensando precisamente en esos casos más difíciles, aunque con un perfil bastante techie, en el Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA han tenido la idea de que nos podamos construir nuestro propio wereable para no tocarnos la cara, llamado PULSE.
Se trata de un pequeño dispositivo cuyo chasis se puede imprimir en 3D y que básicamente nos avisa con una vibración cuando detecta que nos vamos a tocar la cara. Algo sencillo que evidentemente no está pensado para sustituir las mascarillas, geles y otros hábitos como el lavado frecuente de manos, pero que puede ser de ayuda si tenemos esta costumbre y si además nos van los proyectos DIY.
Una idea sencilla y pavloviana
Es algo tan básico como lo que hemos descrito: un colgante que nos puede avisar cuando nuestras manos vayan hacia la cara, al más puro estilo condicionamiento clásico de Pavlov. Quizás nos pueda parecer una nimiedad, pero no son pocas las personas que tras esas primeras recomendaciones de no tocarse la cara se dieron cuenta de lo mucho que se hace involuntariamente durante el día (sí, entre ellas quien os escribe).
Así, tres investigadores del JPL de la NASA dejaron por un momento los cohetes y los cálculos de física para pensar algo sencillo, barato y open source que pudiese ser de ayuda para este asunto ya fuese en casa o en el trabajo. El proyecto es bastante sencillo si queremos probar a construirlo a partir de todas las indicaciones que comparten en GitHub, tanto para imprimir la carcasa como para adquirir los componentes y materiales. Esto se necesita para ensamblar el PULSE (en el enlace a GitHub se añaden enlaces de compra):
- Un sensor de infrarrojos
- Un transistor PNP
- Una resistencia
- El interruptor de encendido y apagado
- Un motor de vibración
- Cable y protectores
- Una pila de 3 voltios y un soporte para la misma
- Pintura
Mide unos cinco centímetros, teniendo que quedar entre unos 15 y 30 centímetros por debajo de la barbilla. Explican que PULSE empieza a vibrar cuando la mano de su portador se empieza a aproximar a la zona y que a medida que se acerca la respuesta es más fuerte.
Los investigadores advierten y recuerdan que el diseño no ha sido supervisado o aprobado por la FDA y que en ningún caso debe considerarse como un dispositivo médico o medida de desinfección. Su meta es aportar una ayuda ante el control del contagio en cuanto a este hábito de tocarse la cara, en este caso tirando de tecnología sencilla y económica.
Imágenes | NASA/JPL-Caltech
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