Yo pensaba que sabía lo que era roncar, pero estaba equivocado. Lo aprendí, lo aprendí de verdad, cuando hice el Camino de Santiago en el Xacobeo de 2010. Lo había hecho otras veces y lo haría otro par de vez más después, pero aquellas noches en el camino no se me olvidarán en la vida gracias al Hombre Elefante.
Ese no era su nombre, claro; pero esa era una de las formas en que lo llamábamos. Era un hombre menudo, agradable, con el pelo entreverado de canas y un ronquido tan potente que hacía temblar las paredes de los albergues y convertía los polideportivos en un teaser de lo que deberá de ser el Fin de los Días. Una Dyson humana, alguien capaz de convertir los plafones del techo en lámparas de techo mientras se echa la siesta. Vale, igual aquí me he pasado.
Sea como sea, y en esto podéis creerme a pies juntillas, solo recordando aquellas noches como aquellas lo de la SmartSleep Snoring Relief Band, el nuevo sistema de Philips para 'ayudar' con los ronquidos ya me parece una genialidad. Solo queda ver si tiene sentido.
¿El roncar se va a acabar?
En torno al 40% de los hombres y el 24% de las mujeres roncan habitualmente. Al dormir, la garganta y la lengua, la boca y la nariz se relajan de forma natural. El ronquido, más allá de su poética habitual, surge cuando algo impide que el aire fluya correctamente mientras respiramos. El aire obstruido hace que las paredes de la garganta vibren y el resultado es toda una sinfonía de sonidos que van desde los suaves y entrañables ronquiditos de un niño hasta los ruidos profundos, broncos y ásperos.
Los ronquidos tienen muchas explicaciones. Algunas veces, de hecho, son síntomas de problemas médicos que necesitan tratamiento; pero la mayoría de ellas, sobre todo cuando es ocasional, se trata de lo que denominamos un "ronquido posicional". Por eso, sufridores han desarrollado una técnica formidable para el codazo nocturno o el zarandeo sobre cama viscoelástica. Como el ronquido es producto de la posición, si conseguimos cambiarla, el ronquido desaparece.
En ese principio es en el que se basa la banda de Philips para ayudarnos con el ronquido. Se trata de una banda que se coloca alrededor del tórax y monitoriza la posición del usuario. Así, cuando detecta posiciones problemáticas, vibra hasta que la persona se mueve y cambia de posición.
¿Tiene sentido?
Según nos dicen desde la compañía, porque no hemos podido probarlo, la intensidad de las vibraciones es ajustable para tratar de que no interrumpan el sueño del usuario. Además, utiliza un algoritmo de aprendizaje automático para analizar hábitos de sueño y encontrar las mejores posiciones de sueño. Es decir, teóricamente, un buen uso del SmartSleep Snoring Relief Band ayudaría a ir creando hábitos posicionales menos ruidosos, por decirlo de alguna manera.
Pero, ¿Tiene sentido? Lo cierto es que la "terapia posicional" viene siendo usada con buenos resultados por los médicos en numerosas ocasiones para tratar problemas relacionados con los ronquidos. Es decir, el funcionamiento tiene sentido. No obstante, como avisan las guías clínicas, este tipo de acercamientos pueden tener buenos resultados a corto plazo, pero suelen perder eficacia con el tiempo. Estaremos atentos a los datos que presenten Philips por si, quién sabe, decido llevarme una banda de estas la próxima vez que haga el Camino de Santiago.