Xbox Project Scarlett tiene un as en la manga: reducir al mínimo los tiempos de carga para no esperar al jugar

Si sois usuarios de una Xbox One (como un servidor) seguro que las sufrís en silencio. Las esperas, digo. Son continuas, y todo parece obligar a pequeños (o no tan pequeños) lapsos que nos obligan a estar ahí, mirando la pantalla hasta que por fin podemos disfrutar de ese videojuego o aplicación que habíamos seleccionado.

Eliminar esas esperas es uno de los claros objetivos de la futura Xbox que se desarrolla con el nombre de 'Project Scarlett'. En el tráiler de lanzamiento de la consola varios de los responsables de Microsoft mencionaban ese apartado, y puede que en 2020 por fin podamos contar con un sistema que nos permita una interacción casi instantánea con todo lo que hacemos en él. Solo por eso el salto habría merecido la pena.

Adiós casi total a las interminables pausas

La presentación de la futura Xbox nos dejó con muchas más incógnitas de las que desearíamos, pero en ese vídeo de presentación en el que aparecen varios directivos de esta división un mensaje quedaba especialmente claro: los tiempos de acceso y lectura se verán reducidos de forma notable.

Es lo que afirmaban varios de esos directivos. Entre los primeros comentarios aparecía uno en el que se afirmaba que "una de las cosas por las cuales los jugadores y los desarrolladores están increíblemente ilusionados es por los tiempos de carga reducidos".

Entre los objetivos para esa consola, destacaban además, es que "con los juegos no tengas que aguantar esas pausas" tradicionales que se experimentan en la actual generación de consolas de Microsoft.

La unidad SSD es la clave de todo

En esa reducción de tiempos el secreto parece estar en la unidad SSD que Microsoft integrará en sus consolas. En el vídeo comentaban como "hemos creado una nueva generación de SSDs y de hecho estamos usando el SSD como RAM virtual".

Esa afirmación es especialmente llamativa porque hacer que esas unidades se comporten como módulos de memoria convencionales es algo habitual en los sistemas operativos —los linuxeros lo saben bien, para eso está la legendaria partición swap o de intercambio- pero que no se ha usado de forma extensiva en el ámbito de los videojuegos.

Ahora ese concepto podría realmente cambiar las cosas en este escenario. Según Microsoft este tipo de unidad y esa forma de utilizarla logra "multiplicar por 40 el rendimiento logrado en la generación actual" de consolas, y para el equipo de desarrollo la combinación del SSD con el SoC (el procesador personalizado de AMD con arquitectura Zen 2) marcará la diferencia y permitirá "darte una experiencia totalmente nueva".

¿Cómo puede ser esa expeirencia? Una de las responsables del equipo afirmaba que "con los rápidos tiempos de carga vas a poder experimentar los juegos como si chasquearas los dedos", algo que parece prometedor y que efectivamente podría cambiarlo todo en un segmento en el que los tiempos de carga han acabado siendo una pequeña condena.

La otra clave potencial se llama PCIe 4.0

En Microsoft no mencionaron una opción que puede ser también fundamental para cumplir esa promesa: el soporte de la especificación PCI Express 4.0 (PCIe 4.0) que de hecho fue una de las opciones estrella del lanzamiento de la familia de procesadores Ryzen 3000 de AMD en el reciente Computex.

Esta nueva especificación, anunciada de forma preliminar en 2011 pero que no llegó a su versión final hasta junio de 2017, se caracteriza por ser un salto notable respecto a PCIe 3.0, doblando sus prestaciones en casi todos los apartados.

Los nuevos procesadores de AMD basados en la arquitectura Zen2 ofrecerán 24 pistas PCIe 4.0. De ellas 16 estarán reservadas a la GPU o a otras tarjetas PCIe, cuatro al sistema de almacenamiento y otras cuatro al chipset.

Ancho de banda

Gigatransferencias por segundo

Frecuencia de reloj

Codificación

PCIe 1.0a (2003)

8 GB/s

2,5 GT/s

2,5 GHz

8b/10b

PCIe 2.0 (2006)

16 GB/s

5 GT/s

5,0 GHz

8b/10b

PCIe 3.0 (2010)

32 GB/s

8 GT/s

8,0 GHz

128b/130b

PCIe 4.0 (2017)

64 GB/s

16 GT/s

16,0 GHz

128b/130b

PCIe 5.0 (2019)

128 GB/s

32 GT/s

32,0 GHz

128b/130b

Dado que la CPU de AMD en las Xbox 'Project Scarlett' es una versión personalizada, puede que parte de esas 16 pistas PCIe 4.0 queden reservadas también para el almacenamiento, aunque en principio contar ya con 4 pistas con ese ancho de banda dará mucho (muchísimo) margen de maniobra para las unidades M.2 que use Microsoft.

Durante la feria Computex vimos las primeras unidades SSD con soporte PCIe 4.0 y los resultados realmente eran para dejarnos a todos asombrados. Las mejores unidades PCIe 3.0 M.2 NVMe es lograr tasas de unos 3.500 MBps en lectura y unos 2.500 MBps en escritura (es el caso de las Samsung 970 Pro), pero las primeras unideades de fabricantes como Patriot llegaban a los 4.800 MBps en lectura y 4.000 MBps en escritura, pero varios fabricantes aseguran que revisiones de la tecnología permitirán superar los 5.000 MBps.

¿Qué almacenamiento tienen las Xbox One actuales? En 2016 los chicos de iFixit destriparon una de las (entonces) nuevas Xbox One S y revelaron que contaba con un disco duro Seagate Spinpoint M9T ST2000LM003 2 TB 5400 RPM con 32 MB de caché.

Ese tipo de unidad ya deja claro solo con sus 5400 RPM los rendimientos que podemos esperar, pero es que si echamos un vistazo a análisis como el de Storage Review de esta unidad en 2014 descubrimos que el rendimiento es modesto: 124 MB/s en lectura y escritura secuencial, cifras que no están mal para la época pero que están a un mundo de los 4.800 o 5.000 MB/s que prometen las unidades PCIe 4.0.

De hecho si nos fijamos en esos datos vemos como esa afirmación que hacían los responsables de rendimientos que se multiplicaban por 40 todo cobra sentido. Así pues atentos, porque las futuras Xbox se verán muy beneficiadas por esta nueva especificación y esas prometedoras unidades SSD. Igual sí que podemos decir adiós a esos interminables y espantosos tiempos de carga. O casi.

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