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PS5 y Xbox Series X planean dejar obsoletas las teles Full HD, pero Xbox Series S equilibra la balanza con su juego a 1080/1440p

PlayStation 5 y Xbox Series X tienen algo en común que las une más allá de la intensa competencia que sin duda están a punto de librar: ambas máquinas proponen normalizar el juego con resolución 4K UHD. Lo único que separa a la PlayStation 5 que costará 499,99 euros de la versión estrictamente digital que tendrá un precio de 399,99 euros es la ausencia de la unidad óptica, pero ambas consolas defienden con la misma contundencia el juego a 2160p porque su hardware es idéntico.

Dejando a un lago la discusión acerca de la eficacia con la que las nuevas consolas de Microsoft y Sony moverán los juegos más complejos a 4K UHD, especialmente cuando entre en la ecuación el ray tracing, no cabe duda de que para sacarles el máximo partido y disfrutar todo su potencial gráfico será necesario conectarlas a un televisor con esta resolución.

Sin embargo, los usuarios tenemos otra opción: apostar por una consola de nueva generación que nos promete trasladar esa experiencia a los televisores Full HD que aún muchos usuarios tenemos en casa. Y que, además, es sensiblemente más barata.

Xbox Series S tiene un aliado valioso: el parque de televisores actual

No hace falta rebuscar para encontrar argumentos sólidos que respalden la compra de cualquiera de las cuatro consolas que Microsoft y Sony están a punto de colocar en las tiendas. La elección de una u otra plataforma puede verse condicionada por varios factores. Algunos usuarios ya tendrán su decisión tomada por su afinidad con las anteriores consolas PlayStation o Xbox, y otros probablemente decantarán su elección valorando el catálogo de ambas plataformas, la calidad de los servicios que nos proponen, las características de su hardware o la forma en que resuelven la retrocompatibilidad.

Todas estas opciones son absolutamente lícitas. Sin embargo, el televisor al que vamos a conectar nuestra nueva consola tiene un papel esencial porque también va a tener un impacto profundo en nuestra experiencia. No disfrutaremos la misma calidad de imagen enviando la señal de una Xbox Series X o una PlayStation 5 a un televisor 4K UHD de última hornada con conectividad HDMI 2.1, HDR y panel de 120 Hz que a un modelo con panel Full HD de 60 Hz que acarrea unos cuantos años sobre sus espaldas.

Es muy difícil estimar cuántos usuarios están decididos a aprovechar la llegada de las nuevas consolas para renovar su televisor y hacerse con uno que sea capaz de sacarles el máximo partido posible, sobre todo si tenemos presente la inestabilidad económica que se cierne sobre todos nosotros.

Por esta razón, en un contexto en el que no podemos mantenernos al margen de la incertidumbre global la posibilidad de elegir una consola que en teoría nos permite disfrutar los juegos de nueva generación a 60 FPS sólidos en un televisor Full HD o un monitor QHD, y que, además, es sensiblemente más barata incluso que la edición digital de PS5, adquiere relevancia.

Xbox Series S es 200 euros más barata que Xbox Series X y PlayStation 5, y 100 euros más económica que PlayStation 5 Digital Edition

Sobre el papel el hardware de Xbox Series X y PlayStation 5 debería permitirles afrontar el renderizado de los juegos a 1080p con una mayor suficiencia que a Xbox Series S, por lo que estas consolas también deberían permitirnos disfrutar mucho los juegos que están por llegar en los televisores Full HD.

Pero su precio en las circunstancias actuales juega en su contra porque Xbox Series S es 200 euros más barata que Xbox Series X y PlayStation 5, y 100 euros más económica que PlayStation 5 Digital Edition. Este gráfico de barras fue elaborado a finales del pasado mes de agosto por la consultora Statista y refleja la cuota de mercado mundial de los televisores agrupándolos por la resolución de su panel:

Esta gráfica refleja con claridad lo que todos podemos sospechar si nos damos una vuelta por las tiendas físicas u on-line: los televisores Full HD están perdiendo cuota de mercado año tras año. De hecho, desde hace varios años los paneles con esta resolución han quedado relegados a los dispositivos de pequeño tamaño.

Aun así, según Statista en 2017 el 62,9% de los televisores que se vendieron en el mundo tenía un panel HD (720p) o Full HD (1080p), mientras que los televisores 4K UHD se conformaron con el 37,1% restante (es razonable asumir que ese año el peso de los televisores 8K en esta estadística fue nulo porque el primer televisor con esta resolución llegó a las tiendas a finales de 2018).

En 2018 los televisores 4K UHD siguieron ganando terreno hasta consolidarse con el 45,5% de las ventas totales, y en 2019 por primera vez se vendieron más teles 4K UHD que Full HD y HD, aunque no muchas más, como podéis ver en la gráfica. Parece razonable aceptar que en 2020 se estará manteniendo esta tendencia, por lo que los televisores 4K UHD seguirán ganando cuota de mercado.

Sin embargo, estas cifras delatan con mucha claridad que el parque de televisores Full HD instalado en nuestras casas es inmenso si además tenemos en cuenta que el televisor es un dispositivo que los usuarios no solemos renovar con frecuencia. Este caldo de cultivo, unido a su moderado precio y a la incertidumbre económica actual, parece beneficiar a Xbox Series S.

El televisor es una pieza fundamental en la experiencia

Las estrategias de Sony y Microsoft son muy distintas. La primera parece haber apostado la mayor parte de sus cartas a favor de la resolución 4K UHD y tiene como principal aval un catálogo repleto de franquicias con mucho tirón.

Microsoft, sin embargo, nos propone ante todo unos servicios muy sólidos reforzados por varias franquicias muy potentes, y todo ello queda confinado en dos consolas que tienen un enfoque muy diferente, como acabamos de ver. Solo el tiempo confirmará cuál de estas dos estrategias encaja mejor con las necesidades que los usuarios tenemos actualmente.

Probablemente, como he mencionado en las primeras líneas de este artículo, muchos usuarios ya han decidido por afinidad cuál será su próxima consola. O por su catálogo. O por sus servicios. Pero es posible que haya también muchas personas que aún no tienen claro qué plataforma resuelve mejor sus necesidades. En este contexto a los usuarios puede ayudarnos valorar el rol que nuestro televisor va a ejercer en nuestra experiencia, así como nuestras previsiones a medio plazo.

Ninguna de las opciones que hemos barajado es infalible. Somos los usuarios los que debemos ejercer la libertad de elegir aquella máquina que encaja mejor con nuestras necesidades y presupuesto

A un usuario que actualmente tiene un televisor Full HD pero está esperando la llegada de las nuevas consolas para comprar un modelo 4K UHD probablemente le encaje una Xbox Series X o una de las dos PS5. Sin embargo, para quien tiene una tele Full HD y no contempla la opción de renovarla a medio plazo podría ser interesante apostar por una Xbox Series S por la que pagará mucho menos, y que, en teoría, le ofrecerá una experiencia equiparable a la de las otras consolas en su actual televisor.

También podemos contemplar la posibilidad de elegir una Xbox Series S aunque tengamos un televisor 4K UHD. La resolución de renderizado de esta consola es 1080p o 1440p, pero podemos estar seguros de que recurrirá a alguna tecnología de reconstrucción de la imagen o escalado para que sus fotogramas luzcan bien cuando la conectemos a un televisor 4K UHD.

Ninguna de las opciones que hemos barajado es infalible. Todas ellas tienen bazas y puntos débiles, por lo que somos los usuarios los que debemos ejercer la libertad de elegir aquella máquina que encaja mejor con nuestras necesidades y presupuesto. Por fin todas las cartas están sobre la mesa.

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