Hace unos años había una ley no escrita en el mundo de las tarjetas gráficas: el tamaño importaba. Si querías una gráfica potente, tendrías que tener un equipo "voluminoso" para poder instalarla.
Eso ha cambiado con la familia de gráficas GTX 10x0 de NVIDIA, que han ido demostrando cómo las mejores esencias también se guardan en frascos pequeños. La Gigabyte GeForce GTX 1080 Mini ITX 8G es un canto a esa reducción de dimensiones, y los amantes de los PCs de gaming en pequeño formato seguro que quedarán encantados con ella.
Pequeña pero matona
La razón es simple: el tamaño convencional de una de estas tarjetas hace que midan 26,7 cm de largo, pero en Gigabyte han logrado "apretujar" todos esos componentes y hacer que tengamos una GTX 1080 en toda regla en tan solo 16,9 cm de longitud.
Eso la hace ideal para configuraciones en las que usemos placas y cajas Mini-ITX (17x17 cm), y hacerlo además sin comprometer la temperatura de la tarjeta gráfica. Precisamente uno de los secretos de este modelo reside en su sistema de refrigeración, que combina disipación con pequeñas tuberías de un compuesto de cobre con un ventilador de 90 mm con un diseño especial para sus palas.
En Gigabyte prometen también que el nivel de ruido generado es mínimo y apenas audible incluso si estamos dándolo todo en Overwatch, y además seremos capaces de hacer un poco de overclocking gracias al software incluuido.
De momento no se conoce el precio de este pequeño prodigio, pero es de esperar que aunque su tamaño sea pequeño, su precio no lo sea. No obstante, si estábais pensando en construiros un equipo de gaming en pequeño formato, esta atractiva alternativa está a vuestra disposición.
Vía | Engadget
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