Que la próxima vez que vayas al médico de familia te recete un videojuego es una idea tan extraña como atractiva. Es un paso más allá, pero no un paso cualquiera: desde hace años existe la intuición generalizada que en la evolución de las máquinas recreativas puede esconderse algo realmente potente y transformador.
Y a eso se dedican en Akili Interactive Labs. Es una pequeña compañía de medicina digital que trabaja en desarrollar videojuegos terapéuticos y que, según sus últimos estudios, creen poder conseguir que la FDA apruebe su videojuego contra el déficit de atención. Sería el primero: examinamos qué hay de cierto en todo esto.
Hacia el videojuego terapéutico
El motivo del optimismo de Akili es un estudio con 348 niños de entre 8 y 12 años de edad. Los pacientes, diagnosticados de TDAH, dedicaron media hora al día, 5 días a la semana durante un mes al juego de acción de Akili. Tras el tratamiento, las pruebas objetivas señalaron mejoras significativas tanto en atención como en autocontrol comparado con el grupo control (que usaban otro videojuego distinto a modo de placebo).
“Estamos apuntando directamente a las vías neurológicas clave que controlan la atención y la impulsividad” explicaba el CEO de Akili, Eddie Martucci. La afirmación es algo confusa a nivel clínico, pero sin duda es interesante: el enfoque se centra en desarrollar algoritmos que evalúen la respuesta del niño y presenten tramas narrativas atractivas (y terapéuticas) diseñadas a nivel individual.
Datos preliminares y problemas de fondo
Los datos son muy preliminares. Para empezar, podríamos señalar que el videojuego tiene que demostrar su efectividad frente al mejor tratamiento del que dispongamos y no frente a un placebo. Pero hay más dudas en el aire.
Los resultados señalan que, tanto médicos y familiares, percibían una mejoría independientemente de si los pacientes jugaban a un juego o a otro. Algo, sin duda, curioso. Sobre todo, por la enorme polémica que trae consigo el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad.
Hace unos pocos meses, Matt Omernick (cofundador y director creativo de la compañía) reconocía a The Verge que ”la evidencia [de la efectividad del videojuego] no se ha demostrado claramente aún y eso es lo que estamos tratando de hacer aquí”. "Todos creemos firmemente que es muy cierto. Solo se trata de mostrar los datos", añadía. En términos sustanciales, no ha cambiado nada demasiado. ¿Será el primer videojuego en obtener la aprobación de la FDA? Seguramente, Akili parece la empresa mejor situada.
Un largo camino hacia la aprobación de la FDA
Pero aún queda un camino largo tanto para su aprobación legal como tratamiento, como para saber si el mecanismo terapéutico propuesto (“el algoritmo activa ciertas redes neuronales”) tiene sentido. Y estos anuncios siempre hay que evaluarlos teniendo en cuenta que hace un año de su última ampliación de capital y los procesos de la FDA son largos y costosos como ellos solos.
Sin embargo, se inscribe dentro de un grupo bastante grande de iniciativas que tratan de utilizar los videojuegos como forma de abordar problemas de salud. La Fundación Lovaas o el Proyecto E VO de Akili tratan de usar los juegos y aplicaciones para tratar el autismo. El futuro es prometedor, el presente indistinguible de una estrategia de márketing.
Vía | Stat
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