Consolas next-gen en aprietos: 'Call of Duty: Black Ops Cold War' necesitará 135 GB de espacio en disco en las PS5 y Xbox Series S/X

Hace unos días supimos que el juego 'Call of Duty: Black Ops Cold War' iba a necesitar la friolera de 250 GB de espacio en disco en su versión para PCs y si querías jugar en calidad 'Ultra RTX'. Esa cifra es un (discutible) nuevo récord para una saga que es también famosa por los recursos de disco que consume en sus distintas entregas, y muchos se preguntaban qué pasaría con su versión para consolas.

Ahora lo sabemos: este juego ocupará cerca de 135 GB en la instalación inicial en las PS5 y las Xbox Series S/X. Ese dato pone a temblar las avanzadas unidades SSD de estas consolas, que son ultrarrápidas pero que tienen una capacidad ciertamente limitada para los tiempos que corren. Los que tengan una Xbox Series S con una unidad de 500 GB se enfrentan a un problema aún mayor.

Un juego que pone en aprietos a las unidades SSD de las PS5 y las nuevas Xbox

Activision ya "nos asustó" con esos 250 GB que serán necesarios para poder aprovechar el juego al máximo en PCs súper potentes, pero las necesidades de almacenamiento en consolas aún no habían sido publicadas.

Ahora conocemos ese dato, y este es el espacio que será necesario para instalar 'Call of Duty: Black Ops Cold War' en las distintas consolas en las que estará disponible el próximo 13 de noviembre:

  • PlayStation 4: 95 GB
  • PlayStation 5: 133 GB
  • Xbox One: 93 GB
  • Xbox Series X/S: 136 GB

La cifra es algo más baja para las consolas actuales, pero sube de forma notable en las consolas de nueva generación, que precisamente andan un poco cortas de almacenamiento, al menos en lo que a capacidad se refiere.

En todas estas consolas la capacidad real disponible para el usuario es de hecho menor, y este juego se comerá el 18% del espacio en una PS5, el 17% de una Xbox Series X y, atención, el 37% de la capacidad disponible en las Xbox Series S si nos fiamos de los datos que se han ido publicando sobre el espacio disponible en cada una de las consolas next-gen.

Es precisamente la Xbox Series S la que más sufre al tener una unidad de tan solo 512 GB (en la que el usuario, insistimos, solo tendrá disponible parte de ese espacio), y eso deja claro que en estas consolas lo de tener muchos juegos de última generación instalados al mismo tiempo puede ser un problema.

De hecho la cosa se puede agravar en el futuro, porque en juegos como 'Call of Duty' lo normal es ir recibiendo parches, DLCs y actualizaciones que hacen que ese espacio sea aún mayor. Ays.

El almacenamiento de las next-gen tiene un problema claro

Es algo que ya habíamos avisado al hablar de los sistemas de almacenamiento de las nuevas consolas. Las tasas de transferencia de estas unidades son alucinantes y permiten llegar a los 9 GB/s en el caso de la PS5 (4,8 GB/s en las Xbox) en lectura de datos comprimidos, pero todas las ventajas de estos sistemas se ven comprometidos por una limitación: el espacio del que dispondrán los usuarios.

A estas unidades les pasa lo que a cualquier disco o unidad SSD que se publicita y se vende online y en tiendas: a la capacidad que muestra el fabricante hay que restarle una fracción respetable. Como comentamos, eso se debe a la forma en la que se publicita el prefijo "giga", pero también al uso de particiones ocultas y el espacio que ocupa el espacio operativo.

Las consolas de nueva generación tendrán aquí un problema claro, porque esas unidades SSD, por rápidas que sean, cuentan con un espacio disponible para el usuario que es claramente inferior a la capacidad que se menciona en todos los materiales de prensa y en los datos que se muestran al comprar las consolas:

  • PS5 (825 GB): el usuario tendrá acceso a 768 GB
  • Xbox Series X (1 TB): el usuario tendrá acceso a 802 GB
  • Xbox Series S (512 GB): el usuario tendrá acceso a 364 GB

La solución aquí es la de utilizar unidades externas como "trasteros" en los que guardar juegos a los que no jugamos de forma temporal pero queremos tener disponibles rápidamente.

Dado que los juegos de nueva generación que quieran aprovechar las prestaciones de estas consolas solo podrán funcionar si residen en la unidad SSD principal o en tarjetas auxiliares (pero no en unidades USB), la idea aquí es tener el juego en la unidad principal mientras jugamos a él, y si necesitamos espacio en esa unidad para un nuevo juego, mover juegos como el último 'Call of Duty' a esa unidad externa.

Eso nos permitirá no tener que descargar el juego de nuevo cuando queramos disfrutarlo, y volver a reinstalarlo en la unidad principal será bastante más rápido que volver a descargarlo. En las Xbox también podemos optar por comprar las tarjetas de expansión SSD de 1 TB, pero con el coste que tienen quizás muchos prefieran la primera opción.

El problema es evidente para las next-gen, sobre todo ante una era en la que los videojuegos cada vez ocupan más y ya es bastante normal ver cómo esos juegos superan los 100 GB de espacio necesario en disco. Habrá que acostumbrarse.

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