Asia ha mantenido un incuestionable protagonismo en el mundo tecnológico: cámaras, computadores, celulares, televisores, robots… ustedes nómbrenlo, ellos seguramente lo producen. El campo de los videojuegos no es una excepción, gracias a marcas como Nintendo y a estudios japoneses a los que se sumó en la última década una constelación de desarrolladores que se han centrado predominantemente en juegos para PC y móviles.
Sin embargo, desarrollos recientes han comenzado a cambiar esta narrativa. Primero fue Stellar Blade de Corea del Sur, un videojuego que se lanzó en exclusiva para PS5 y que ya aseguró su paso a PC, además de expansiones y una continuación.
Y ahora llega Black Myth: Wukong, de China, un juego que -debemos reconocerlo- en su momento descartamos como un exceso publicitario, sin esperar realmente que pudiera ofrecer en el producto terminado el grado de realismo y espectacularidad que vimos en su primer trailer.
Bueno, resulta que sí pudo.
Este título, desarrollado por Game Science, es una de las experiencias visuales más impactantes del año, y aunque es válido decir que quizá no amerite el hype, es sin duda una demostración del potencial del gigante asiático, al que solo pueden seguir productos aún más impresionantes.
El mito
En múltiples publicaciones, autores más especializados que yo no dudan en describir a Black Myth: Wukong como un soulslike, un subgénero de los videojuegos de rol de acción o acción y aventura caracterizado por altos niveles de dificultad y una narrativa de mundo abierto (usualmente en una ambientación de fantasía oscura).
Y, bueno, sin duda su desafiante combate y diseño le dan crédito a esa etiqueta y, de hecho, el juego no disimula a la hora de tomar elementos de Dark Souls y otros juegos de acción.
Y, con todo, su estructura y jugabilidad presentan una experiencia única, más difícil de definir. Las influencias de juegos como Devil May Cry son evidentes, pero Black Myth sigue un camino distinto, y en él, ocasionalmente, tropieza.
Inspirado como está en la clásica novela china Viaje al Oeste, de Wu Cheng'en, Black Myth: Wukong ofrece una narrativa lineal predecible para aquellos familiarizados con la mitología, adaptada en diversas maneras, incluyendo una serie japonesa de 1978.
Los jugadores asumen el papel de un personaje que podría o no ser el legendario Rey Mono y el enfoque narrativo del juego se asemeja en su inicio a una película vieja, quizá menos amigable de lo que podrían esperar jugadores contemporáneos y poco familiarizados con el material original.
Black Myth no se complica y avanza a la manera de una ‘carrera de jefes’. La mayor parte del juego salta de enemigos anónimos pavorosamente fáciles de vencer, que solo ocupan espacio mientras se llega a una serie de jefes diversos, con diversos niveles de dificultad.
Si bien hay elementos de exploración y segmentos de combate menores entre jefes, estos constituyen una parte comparativamente pequeña del juego y, a menudo, son menos atractivos.
El diseño de niveles en estas áreas es frustrante, porque se presenta como un mundo abierto, pero pronto descubres que está plagado de fronteras invisibles y callejones sin salida. La cosa solo empeora si tomas en cuenta que no hay un mapa de juego, si bien hay uno no oficial disponible -solo para PC- a través de un mod.
En cuanto a la mecánica de juego, Black Myth: Wukong adopta un enfoque de RPG tradicional en torno a las habilidades icónicas del Rey Mono, como su bastón que se extiende mágicamente, la inmovilización del enemigo y el cambio de forma en enemigos derrotados.
Este sistema de transformación es un punto destacado del título, ya que agrega una capa de novedad al combate, en el que alternas ataques ligeros y pesados que generan concentración, lo que abre la posibilidad de ejecutar combos y desbloquear habilidades mágicas.
En resumen, un concepto atractivo, pero infortunadamente, no exento de defectos. Los picos de dificultad pueden variar dramáticamente y los jefes finales se acercan al nivel de desafío de Dark Souls, lo cual es intimidante para jugadores casuales, sobre todo si se considera que no hay cómo ajustar la configuración de dificultad.
Es cierto que el juego aprovecha como pocos el potencial de una consola robusta como la PlayStation 5, pero en ocasiones el derroche gráfico se logra a costa de rendimiento.
Y a pesar de todo, en ningún momento Black Myth: Wukong deja de impresionar con sus gráficas de asombro y su narración artística, que ronda lo onírico. Los diversos entornos del juego, que van desde exuberantes bosques de bambú hasta picos de montañas heladas, se representan con un nivel de detalle impresionante, y la paleta de colores evoca la naturaleza calmada pero poderosa de cintas como El tigre y el dragón.
Como esa cinta, una verdadera joya del séptimo arte, Black Myth: Wukong puede ser desafiante, con sus decisiones estéticas y narrativas tan alejadas de lo que nos ofrece de manera habitual el mundo de los juegos más establecidos.
Pero como esa cinta, es de agradecer que exista, porque en él vive la promesa de la floreciente escena de desarrollo de juegos de China, de la que emanan su ambicioso diseño y su intrigante narrativa. Con sus innegables problemas de rendimiento, sienta una base sólida para secuelas y nuevos proyectos. Con el tiempo, las lecciones aprendidas con este título podrían traducirse en una experiencia verdaderamente excepcional.
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