Tras meses de rumores y una larga acumulación de malas cifras en cuanto a ventas, hoy Nintendo hace oficial el fin de producción de la Wii U en Japón. La manera de la que hemos conocido esta decisión ha sido al ver que en la página japonesa aparece el aviso de que las ventas finalizarán pronto en los dos únicos modelos que aún se venden en el país.
El aviso lo daban en Kotaku, el cual se veía venir sobre todo tras conocer su último producto, la Nintendo Switch. El producto no había tenido el éxito esperado casi desde los inicios y, aunque aseguraron que seguiría produciéndose a principio de este año y queda saber qué ocurrirá en el resto de países, el ocaso de la Wii U se adivina desde hace tiempo.
Un triste final eclipsado por la novedad
Las ventas ya denotaban que el producto no era una alegría ni mucho menos para la Gran N, con un 53% menos de ventas que en 2015 en el periodo entre junio y septiembre como último dato. Lo recordábamos tras anunciar la Nintendo Switch, recordando también que las ventas de juegos sólo registraban 3,6 millones de unidades y que de hecho la marca ya disminuyó la producción.
El modesto éxito de la consola portátil puede verse también si lo comparamos con el de su hermana mayor la Wii. De esta primera consola Nintendo logró vender 102 millones de unidades, mientras que de la Wii se han vendido 13,36 millones, y causa de ello apuntó a ser una falta de títulos que motivase optar por la consola.
La historia de un producto desenfocado
La Wii U se lanzaba en 2012, seis años después de que Nintendo presentase la Wii original. A finales de ese año llegaba a Europa y de hecho pudimos verla en la edición de los Premios Xataka de ese año.
Y sólo un años después empezaba la pesadilla. En 2013 las ventas de la Wii U mostraban que el producto no estaba siendo de interés para un público que parecía preferir la Nintendo 3DS o la Wii. Cuando para marzo de ese año esperaban vender 5 millones de unidades, meses después sólo habían logrado vender 3,6 millones.
Un año después las cosas no iban mucho mejor a la consola, de hecho iban bastante peor a medida que pasaban los trimestres. 2014 empezaba con el tercer trimestre consecutivo de pérdidas para la empresa, y en mayo daban cifras mostrando que el total de ventas en 2013 era menor que las obtenidas en el primer trimestre tras su lanzamiento en 2012.
Así, Nintendo admitía ya en ese momento que no había sabido enfocar el producto y diferenciarlo de la plataforma Wii de cara al espectador. Ahí el plan era intentar elevar el número de ventas con mejoras del producto mediante actualizaciones y nuevos títulos.
Ese plan pareció funcionar, dado que en 2014 finalmente las ventas aumentaron un 30% a nivel de hardware, pero sobre todo la crecida se notó en los juegos, vendiéndose hasta un 75% más que el año anterior. Los "culpables" sobre todo fueron Mario Kart 8 (1,7 millones sólo en Estados Unidos) y Super Smash Bros. for Wii U (1,3 millones de unidades).
El problema fue que el plan no se prolongó lo suficiente. La falta de títulos hizo que la Gran N desaprovechase la oportunidad que suelen ser las navidades para las ventas y en febrero de 2016 volvió a registrar malas cifras para la Wii U. Mientras Sony vendía 35 millones de consolas, la Wii U quedaba en 1,87 millones de unidades en ese último trimestre (un 2,1% por debajo que durante el mismo periodo del año anterior).
Un futuro de Pokémon y módulos
El horizonte en cuanto a lo portátil de Nintendo ya se visualizaba hace un tiempo, pero con los lanzamientos de Pokémon Go y la Nintendo Switch queda mucho más claro. El éxito del primero ya lo vivimos este verano, y aunque las cifras parecen haber disminuido Nintendo aún intenta mantener ese fuego avivándolo con más Pokémon.
Veremos si la Nintendo Switch logra el éxito que la Wii U no tuvo con su propuesta de módulos y cartuchos. De momento la que ya estamos disfrutando es la NES mini, la apuesta de la Gran N para casa.
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