Una mañana tienes piloto automático en tu Tesla Model S, y a la mañana siguiente, sin que hayas hecho absolutamente nada en el coche, no. Es lo que le acaba de suceder al propietario de uno de estos coches a los que el fabricante ha desactivado dicha opción a través de una actualización OTA (Over-The-Air) de su software.
El coche provenía de la venta de un tercero que lo había adquirido en una subasta de la propia Tesla, y según el fabricante pagó por el coche pero no por esa opción de piloto automático. La situación genera un debate acerca del control absoluto que el fabricante tiene sobre el software del coche gracias a esas actualizaciones que confirman esa analogía que cada vez se hace más a menudo: estamos ante un "ordenador con ruedas" con sus ventajas y sus inconvenientes.
Tesla hace y deshace a su antojo a golpe de actualización OTA
La historia publicada en Jalopnik revela que quien compró el coche en la subasta de Tesla el pasado mes de noviembre lo hizo tanto con el "Piloto Automático Mejorado" como con el "Modo de Conducción Autónoma Completo": así lo confirman los documentos de esa transacción.
Ese usuario publicó el anuncio de venta incluyendo ambas opciones, pero Tesla había realizado su propia auditoría del vehículo tras venderlo y desactivó esas mejoras en una actualización que realizó poco después de la venta.
Tesla informó a este propietario de que no había pagado por esa opción y se disculpó "por la confusión", añadiendo que si estaba interesado en esa característica podía "comenzar el proceso para comprar esa actualización". Dichas opciones le costarían 8.000 dólares más a este comprador.
La situación es desde luego polémica puesto que en la subasta inicial no se decía que estas opciones no estuviesen presentes: el comprador contaba con ellas, pero Tesla decidió a posteriori que no había pagado por ellas. La auditoría tuvo lugar después de la venta, no antes, lo que significa que el coche ya no era de Tesla, y ese cambio no se hizo de forma transparente ni se avisó a quienes estaban implicados en la transacción.
El problema no es nuevo: otros conductores parecen haberse visto afectados por situaciones similares. El concesionario que vendió el coche indicaba a Jalopnik que tanto ellos como el comprador vieron que esas opciones ya no funcionaban cuando probaron el coche, pero pensaron que era un problema software que se solucionaría con una actualización. En lugar de eso, obtuvieron esa aclaración de Tesla ante la que aparentemente no han podido hacer nada.
Salvo por ese mensaje, en Tesla no han hecho más comentarios al respecto y la situación deja una lección que los futuros compradores deben aprender, sobre todo en ese mercado de segunda mano que parece ser el afectado por este tipo de sucesos.
El fabricante de coches ahora tiene más control que nunca sobre el coche, y aunque eso permite mejorar prestaciones y corregir posibles fallos enseguida y sin pasar por el taller, también tiene contrapartidas que afectan tanto a este tipo de situaciones como a los riesgos de seguridad que plantea tener un vehículo tan dependiente del software.
Tesla, eso sí, trata de atajar problemas planteando recompensas para quienes encuentras fallos de seguridad: de hecho les regaló un Tesla Model 3 a quienes lograron hackearlo hace unos meses.