En el pueblo de Jelsum, en Holanda, están hartos de "la carretera que canta". Unas bandas rugosas situadas en los laterales de la carretera hacen que al pasar los coches a una velocidad concreta suene una melodía que estaba destinada a amenizar el trayecto de los conductores.
En lugar de eso la canción que se escucha se ha convertido en una pesadilla para los habitantes de este pueblo, que se ven inundados por una cacofonía continua al pasar varios coches por dicha zona. De hecho, han conseguido que se ordene desmontar esas bandas.
Bandas rugosas con ganas de cantar
La idea que los responsables de la región tenían con estas bandas era doble: por un lado, alegrar el trayecto y hacerlo algo más ameno a todos los conductores. Por el otro, tratar de hacer que los motoristas redujesen la velocidad al escuchar esa canción, que no era otra que el himno de la región holandesa de Friesland.
El sonido se producía al pasar los coches a una velocidad de 60 km/h por esas zonas, y aunque un conductor podía percibirlo de forma adecuada, el efecto para los viandantes no era tan agradable: todos los coches acababan generando una cacofonía con las notas de ese himno superponiéndose.
Eso ha provocado que las autoridades de la región de Friesland retiren estas bandas rugosas tan peculiares. El uso de este tipo de elementos en las carreteras es habitual en las líneas continuas de los márgenes para avisar a los conductores de que están demasiado cerca de los límites laterales, pero esta forma de aprovecharlas es desde luego sorprendente... y finalmente demasiado molesta, parece.
Vía | Reuters
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