¿Cuánto dura el ámbar en los semáforos? Depende de muchas cosas, pero sobre todo del país y de su regulación en materia de tráfico. En España no hay un dato específico, y la DGT plantea un rango de entre tres y cuatro segundos, mientras que en Estados Unidos esa duración era hasta ahora de 3,2 segundos.
Esa duración podría ahora pasar a ser de 4,5 segundos, y la culpa la tienen una multa y un ingeniero sueco. A Mats Järlström no le pareció ni medio normal que a su mujer le llegara una multa automática de 260 dólares por pasarse un semáforo en rojo, y al recurrir la multa se dio cuenta de que igual algo fallaba en los semáforos de medio mundo. Y puede que tenga razón.
Con un ingeniero hemos topado
Laurie, la mujer de Järlström, circulaba por las calles de Beaverton (Oregón, Estados Unidos) en 2013. Una cámara situada sobre un semáforo detectó una violación por parte de su vehículo, que pasó el semáforo cuando ya estaba rojo: a los pocos días le llegó una multa de 260 dólares. Su mujer se había pasado el semáforo en rojo cuando habían pasado tan solo 0,12 segundos.
La mayoría de la gente probablemente habría aceptado la multa y la habría pagado, pero Järlström investigó el suceso y se dio cuenta de algo: el intervalo del tiempo que pasa entre el ámbar y el rojo en un semáforo falla cuando contabiliza escenarios como el de un conductor que llega a un cruce y reduce porque no sigue recto, sino que va a hacer un giro.
En esos casos, afirma este ingeniero, el ámbar debería mantenerse más tiempo. Su petición fue rechazada por un tribunal federal de Oregón, que no solo rechazó la demanda sino que además le multó con 500 dólares por representarse a sí mismo como ingeniero cuando no tenía una licencia profesional de ese estado. Eso, decía la sentencia, era inconstitucional.
Afortunadamente el Instituto de Justicia, un organismo de consejeros legales que tiene como objetivo limitar el alcance de las decisiones gubernamentales, apoyó a Järlström. Sus abogados lograron que este ingeniero pudiera defender su causa por sí mismo, lo que le valió para recuperar esos 500 dólares, aunque no el importe de la multa inicial.
Eso hizo que Järlström acabara poniéndose en contacto con el Institute of Transportation Engineers (ITE), un organismo internacional que tiene miembros de más de 90 países y que realiza recomendaciones en todo tipo de escenarios relacionados con el transporte y el tráfico.
Es este organismo el que ofrece por ejemplo consejo sobre los tiempos que deben estar las luces ámbar activas en los semáforos, y de hecho estandarizó la fórmula que se utiliza desde 1960 en muchos países tras la recomendación de varios expertos de la época.
Hay muchas variantes de dicha ecuación -la cosa tiene más miga de lo que parece- pero lo que consiguió Järlström es sorprendente: ha conseguido que la ITE reconsidere sus propios principios y se dé cuenta de que los tiempos han cambiado... y que la fórmula, por tanto, debería hacerlo en ciertos casos.
Los responsables de este organismo parecen estar de acuerdo, porque han respondido a su petición indicando que por ejemplo en las situaciones en las que tras el semáforo el coche va a girar se sugiere que la recomendación de la ITE "se reconsidere adecuadamente".
En caso de aceptarse las sugerencias de Järlström, el tiempo que la luz ámbar se mantiene para los semáforos se extendería de 3,2 a 4,5 segundos cuando estos realizan un giro a la derecha. La recomendación podría aplicarse a semáforos en todo Estados Unidos -y quizás en otros países- si se aprueba por parte del ITE, que se reúne a principios de 2020.
Lo curioso, como señalan en The Register, es que la historia se repite: Alexei Maradudin, uno de los responsables de la recomendación inicial en 1959, contaba que se involucró en dicho estudio porque había sido multado y consideró injusta la multa.
En España no hay recomendación clara (pero sí peticiones de que se alargue)
Hace tiempo que en España se han puesto en marcha los llamados semáforos foto-rojo. En dichos semáforos existe una o varias cámaras que detectan los vehículos que se adentran en el cruce habiéndose activado la luz roja que obliga a esos vehículos a detenerse.
Datos de la fase de prueba que se puso en marcha en Madrid en 2016 dejan claro que son muchos los conductores que no respetaban los semáforos: en tan solo dos meses captaron a más de 4.000 infractores a los que se les avisó de que tras el periodo de prueba se les multaría con 200 euros y la retirada de cuatro puntos del carné.
A pesar de esas amenazas, la sala de lo Contencioso Administrativo número 23 de Madrid invalidó una de estas multas en 2017, lo que ha sentado precedente y ha planteado un dilema sobre la validez de estas multas, que solo son efectivas si se cumplen dos condiciones:
- Que sea un agente encargado de la vigilancia del tráfico quien observe la infracción presuntamente cometida, que así lo denuncie y que más adelante se ratifique en su denuncia. Recurriendo a la presunción de veracidad que asiste al agente en materia de tráfico, la sanción sería válida.
- Que se emplee para formular la denuncia una herramienta válida como medio de prueba, en virtud de lo que exige el Reglamento de Procedimiento Sancionador. Siguiendo esta vía, no es necesario que el agente encargado de la vigilancia del tráfico esté presente en el momento de la infracción.
Entre los problemas de este sistema está que el sistema no es infalible. Ya en 2013 se cuestionó el sistema en uno de estos semáforos en la Av. Islas Filipinas en Madrid, y se alegó que la duración de la fase ámbar "se aleja mucho de los tiempos recomendados por la DGT".
La ausencia del "preceptivo control metrológico" fue otro de los argumentos manejados para invalidar una de las multas impuestas por el sistema automático, aunque el Ayuntamiento de Madrid informó entonces de que "el semáforo de la Avenida de las Islas Filipinas 18 tiene una fase ámbar de 3 segundos, como en toda la villa de Madrid"
La regulación semafórica es también objeto de estudio para la DGT, y puede que las conclusiones a las que ha llegado Mats Järlström acaben teniendo eco en otros países como España.
No es de hecho la primera vez que se sugiere que se amplíe la duración del ámbar en los semáforos: ha habido peticiones ciudadanas que demandan que ese ciclo sea más largo, pero los beneficios de una medida de este tipo no están claros, al menos no en todos los casos.
De hecho frente al argumento a favor -menos ansiedad para el conductor, que podría cruzar a tiempo- estaría el claro argumento en contra: que los conductores no solo no frenen con ese color, sino que aceleren aún más.
Lo cierto es que el caso específico al que se refería Järlström era algo distinto, ya que se refería a los semáforos tras los cuales el vehículo va a girar a la derecha: en esos casos el vehículo frena antes de girar, lo que hace que ampliar el ciclo de ámbar para esos giros sí pudiera aplicarse.
Difícil cuestión, desde luego. Igual ese acaba siendo otro de los problemas de los que podemos ir olvidándonos (o no) si finalmente el coche autónomo se apodera de nuestras calles y carreteras. Mientras tanto, eso sí, conduzcan ustedes con precaución.
Imagen | Unsplash
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