El futuro de la automoción parece claro: a los coches con motor de combustión les queda poca cuerda, y todo el segmento parece apostar por los coches eléctricos. Los fabricantes tradicionales han tardado en reaccionar y se están moviendo con cautela, pero lo han hecho solo tras ver el impacto y éxito de una Tesla que con sus luces y sus sombras ha impulsado el sector como ninguna otra empresa.
Precisamente esos logros han inspirado a otras muchas empresas a intentar lograr el éxito. Revolucionar el mundo de la automoción es mucho más complicado de lo que parece (y ya parece complicado), y lo han comprobado numerosas empresas que lo han intentado y han fracasado -o van camino de ello-. Aquí tenéis algunos de los casos más destacables en los últimos años.
Aptera
A finales de la década de los 2000 había varias empresas que quisieron revolucionar el mundo del motor y trasladarnos a un futuro en el que el coche eléctrico dominaría las carreteras.
Tesla fue una de esas empresas, pero también estaba Aptera Motors, que prometió un vehículo en dos versiones, uno completamente eléctrico y otro híbrido que presumía de un consumo de 0,78 litros a los 100 km.
Aquella promesa jamás llegó a cumplirse, y sus responsables cerraron las puertas del proyecto en 2011, aunque algunos se preguntaban algo más tarde si sería posible resucitar a esta empresa. No lo fue: Aptera desapareció para siempre.
Fisker
Más similar a Tesla era Fisker, una empresa que nació también en la misma época y que mostraba diseños atractivos pero más convencionales que los de Aptera para plantear esa revolución del coche eléctrico.
La empresa no obstante no logró cuajar en un mercado que demandaba constantes inyecciones de capital. Fisker fue hundiéndose gradualmente hasta declararse en bancarrota en 2013, pero lo hizo tratando de buscar un comprador y, por tanto, una salida.
Lo encontró: la firma china Wanxiang Group compró a Fisker en 2014 y cogió el testigo para desarrollar una evolución de aquel Fisher Karma llamado Karma Revero. Se espera que este coche se ponga a la venta antes de que acabe el año, y ya hay proyecto de construir también un hiperdeportivo llamado Karma SC1.
Coda
Coda Automotive empezó con un proyecto más modesto y menos ambicioso que los que planteaban Tesla o Fisker. Sus coches eran prácticos y menos llamativos, pero también ofrecían prestaciones claramente más modestas con autonomías de unos 100 km y velocidades máximas que rondaban los 130 km/h.
Aquel sueño terminó pronto: Coda sobrevivió apenas un año de vida y vendió 117 coches que acabaron siendo devueltos para demostrar una vez más que plantear una alternativa en el mundo del automóvil, incluso con esa filosofía más modesta, es tremendamente complicado.
Lucid Motors
En 2017 pudimos conocer el Lucid Air, un coche eléctrico de lujo que quería batir a los Tesla con una potencia asombrosa de 1.000 CV y con 640 km de autonomía, unas cifras de escándalo que según Lucid Motors, su fabricante, se harían realidad en 2018.
La cifra luego se retrasó para situarla en 2019, pero a estas alturas seguimos sin disponibilidad del coche. Las promesas son muy bonitas, aunque en este caso tienen algo más de margen de maniobra gracias a la ronda de inversión de 1.000 millones de dólares que recibieron de un fondo de capital riesgo de Arabia Saudí.
Eso ha permitido que Lucid Motors ponga en marcha el plan para la construcción de una planta de producción de coches eléctricos que estará situada en Arizona (Estados Unidos) y que costará 700 millones de dólares.
Faraday Future
Más complicado es el futuro de esta empresa que también se puso como reto ganarle la partida a Tesla. Su fundador, Jia Yueting, acaba de declararse en bancarrota, pero espera que sus inversiones en Faraday Future y en su otra gran apuesta, LeEco, acaben dando resultado.
El plan de Yueting es el de lograr que Faraday Future logre tener éxito en el mercado de los eléctricos, salir a bolsa y poder pagar las deudas. Teniendo en cuenta que en Faraday Future ya han perdido 2.150 millones de dólares desde que se inició la aventura y ha protagonizado algunos pufos importantes, parece complicado.
De momento prometen que su SUV eléctrico, el FF91,e stará en producción a finales de 2020. Una proyección difícil de cumplir si como dicen los analistas a Faraday Future ya casi se la da por muerta. Y aunque no lo esté, esperar a 2021 para ver el FF21 en carretera parece mucho esperar a estas alturas.
Byton
Esta empresa fue otra de las muchísimas startups chinas surgidas de la nada que han querido plantear su propia visión del coche eléctrico, en este caso con modelos como el llamativo Byton M-Byte que destacaba por esa pantalla gigante de 48 pulgadas de diagonal que sustituía al salpicadero.
La empresa, creada por exdirectivos de BMW y de Nissan, promete que este coche estará a la venta en Europa en 2021 y tendrá un precio de partida de 45.000 euros, y empresas chinas como First Auto Works han invertido "una cantidad significativa de dinero" en esta startup. Imposible que no surjan dudas, pero podremos disiparlas, si todo va bien, en algo más de un año.
Xpeng
Otra startup china que está aprovechando el tirón de los coches eléctricos y que ha hablado de su Xpeng P7, un coche del que garantizan sus prestaciones como coche eléctrico con una autonomía de más de 600 km según el antiguo ciclo NEDC.
A esa cifra le acompaña la promesa de contar con una autonomía de nivel 3 (Tesla y Cruise tienen nivel 2) o avances como tecnología de reconocimiento facial y AliExpress para comprar desde el coche.
Se prevé que la empresa, fundada en 2014, lance este coche se lance en 2020 en China. Entre sus inversores está Lei Jun, fundador de Xiaomi, así que habrá que seguir este proyecto de cerca. Xpeng no se libra de las suspicacias: empleados suyos fueron acusados de robar documentos confidenciales de Apple y Tesla.
Dyson
El célebre fabricante de aspiradoras y otros pequeños electrodomésticos anunció en 2017 que quería revolucionar el panorama del coche eléctrico.
Lo haría no con uno, sino con dos coches eléctricos que teóricamente iban a debutar sin aparentes problemas económicos, pero los 250 millones de dólares invertidos han acabado tirados en la basura.
La firma ha anunciado hace unos días que abandonaba su ambicioso proyecto. Sir James Dyson confesaba que el equipo había hecho un trabajo fantástico, "ingenioso en su enfoque", tenía un problema: "no vemos la manera de hacerlo comercialmente viable". Bien por una sinceridad que parece escasear en este segmento.
BYD, la excepción que triunfa en China y podría hacerlo fuera de allí
Si hay una empresa que esté rivalizando (e incluso superando) a Tesla es el fabricante chino BYD, que en 2018 ya presumió de vender 247.811 vehículos eléctricos por los 245.240 unidades vendidas por Tesla ese año. Es precisamente el contrapunto al resto de ejemplos que hemos dado: mientras que a la mayoría les ha ido (o está yendo) regular o mal, BYD sí ha logrado lo que todas las demás intentaban.
Este fabricante nació en 1995 con una orientación algo distinta: fabricaban baterías recargables, pero poco a poco fueron haciendo la transición a otros mercados y además de ese importante negocio acabaron creando en 2003 la división BYD Automobile.
A partir de ahí sus avances han sido notables desde que en 2006 lanzaron su primer (y exitoso) coche eléctrico, el BYD F3. Hoy en día tiene planes de sobra con 23 nuevos modelos entre eléctricos y de combustión interna, con diseños más deportivos y agresivos. Queda por ver si acaban exportándolos para que esos coches traten de conquistar el mundo.