De las smart TV de Vizio hemos hablado anteriormente, pero hoy no son actualidad por ningún nuevo modelo o función, sino todo lo contrario. La fiscalía general de New Jersey y la Federal Trade Commission (FTC) acusan a Vizio de haber estado recopilando datos sin el consentimiento de los usuarios y tendrán que pagar 2,2 millones de dólares.
Según el comunicado del organismo estadounidense, Vizio habría instalado el software que recogía la información en unos 11 millones de smart TVs, tanto en los nuevos como en los antiguos vía actualización de software. Éste no es el único caso de recopilación de datos vía smart TV que se ha dado, pero en esta ocasión ha habido además venta de dicha información a terceros.
Por qué le toca pagar a Vizio
La demanda hacer referencia a dos aspectos: la gestión de la información y los permisos. En primer lugar detallan que la recolección y envío de información a sus servidores no se comunicó de una manera lo suficientemente clara a sus usuarios ni pidiendo permiso.
Pero por otro lado está el hecho de que Vizio recolectase información tanto sobre la visualización de los usuarios como las direcciones IP y la vendiese a terceros. Según la FTC Vizio proporcionó las direcciones IP a agregadores de datos, con lo cual se podían conocer datos personales como la dirección de los usuarios. Y aunque en sus acuerdos Vizio prohibe a los terceros acceder a los nombres de usuario, sí estaría permitiendo acceder a información como la edad, el género, los ingresos o las propiedades.
El sistema por el que Vizio recoge la información sobre la visualización es la recolección de una selección de píxeles de la pantalla, que permite identificar los contenidos mediante gracias a una base de datos de televisión, películas y otros contenidos. De este modo, además, la información recogida podía venir de otros dispositivos conectados, como reproductores de DVD, dispositivos de streaming, etc.
Es decir, en este caso Vizio ha incumplido lo establecido por la FTC y las leyes de New Jersey en lo referente a prácticas comerciales indebidas, como figura en uno de los documentos de la queja. También se especifica que la compañía no ha sido clara en especificar en qué consiste la función llamada "Smart interactivity" confundiendo a los usuarios.
Los casos previos (que se han salvado)
Que las smart TV recogen información de los usuarios no nos pilla de nuevo, con la diferencia del caso actual de que de momento no se ha demostrado que se venda información a terceros. Lo empezamos a ver en 2013 cuando un usuario descubría que su televisor LG enviaba datos de su visualización aún cuando desactivaba la función.
Un año después comprobábamos que las smart TV de Samsung y otros fabricantes aplicaban esas medidas. En un análisis de Which vieron Smart TVs de Samsung, Panasonic, Sony y Toshiba también integraban estas condiciones en sus términos y condiciones y que no aceptarlas significaba perder funciones como acceder al navegador (Panasonic), recomendaciones de contenido (Sony) o incluso las apps (LG y Panasonic). Una documentación que no siempre quedaba clara y que en ocasiones podía llegar a tener más de 40 páginas.
En 2015 Parker Higgins compartía por Twitter ese extracto de la política de las smart TVs de Samsung, que hacía referencia al reconocimiento de voz y a cómo sus usuarios debían tener cierta precaución sobre de qué cosas se conversaba delante del mismo, sobre todo si era información privada. No obstante, el experto en seguridad Bruce Schneier matizaba que descubrir esto no debería sorprender a los usuarios dado que todo está cada vez más conectado y "escuchando" en mayor medida.
Con respecto a esto, Samsung respondía a CNet explicando que el envío de información a terceros se producía durante el uso y no tras almacenarse la información, diciendo también en pocas palabras que ante la intranquilidad el usuario puede desconectar de internet su televisor.
El reconocimiento de voz, el cual permite al usuario controlar el televisor mediante comandos de voz, es una característica de las smart TVs de Samsung que puede activarse o desactivarse. El propietario del televisor puede además desconectar el mismo de la red inalámbrica.
Una lección para la industria
En el comunicado de la FTC explican que Vizio ha aceptado parar el envío de datos no autorizado y pedir el consentimiento de manera adecuada a los usuarios, así como aclarar en qué consiste el mismo. También tendrá que eliminar la mayor parte de la información que ha recogido y pagar la multa que comentábamos.
La FTC además aprovecha para exponer una serie de consejos para todos los fabricantes de smart TV en lo referente a lo acontecido como el exponer claramente las prácticas a los usuarios o pedir el permiso. Y de hecho, en la respuesta pública que Vizio ha hecho mediante un comunicado a Engadget también hacen referencia a que esto debería servir para todos, explicando que han actualizado los métodos de notificación, aunque mantienen que no han enviado información personal como los nombres.
El programa ACR nunca ha emparejado los datos de visualización con datos personales como nombres o información del contacto. [...] Hoy la FTC ha dejado claro que todos los fabricantes de smart TV deben obtener el consentimiento de los usuarios antes de recoger y compartir datos sobre la visualización y Vizio está ahora mismo en ello.
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