No tienes por qué preocuparte si aún no has visto el tercer capítulo de la última temporada de 'Juego de Tronos'. En este texto no hay spoilers. El punto de partida de este artículo es la avalancha de comentarios que la entrega de esta serie que recoge la esperada batalla de Invernalia está propiciando en las redes sociales y los medios de comunicación. Y con razón.
Muchos fans de 'Juego de Tronos' esperábamos la emisión de este capítulo con impaciencia a sabiendas de que tendrá mucho peso en el desenlace de la serie, pero estas expectativas se han visto en cierto modo frustradas por la oscuridad que impregna la mayor parte de las secuencias. Y es que en algunos momentos es tan difícil seguir la acción e identificar lo que estamos viendo que nuestra experiencia puede irse a pique. Afortunadamente, tenemos cierto margen de maniobra para evitarlo. Esto es lo que nos interesa saber para disfrutar más tanto este capítulo de 'Juego de Tronos' como cualquier otro contenido con una fotografía intencionadamente oscura.
El problema empieza con la fotografía y la compresión
El revuelo que se ha montado desde la emisión del último capítulo ha sido monumental, pero, curiosamente, la fotografía de 'Juego de Tronos' se ha ido oscureciendo más y más a medida que iban sucediéndose las temporadas. Tanto es así que Robert McLachlan, uno de los directores de fotografía que trabajan en la serie, aseguró hace dos años en una entrevista publicada por Insider que el oscurecimiento paulatino que estaban experimentando las imágenes de muchos capítulos responde a la necesidad creativa de perseguir la máxima naturalidad posible.
No tenemos por qué ponerlo en duda porque, efectivamente, la ambientación medieval de la serie puede resultar más realista si se respetan en la medida de lo posible las fuentes de luz que se usaban en la Edad Media. Esto es lo que defiende McLachlan, y es razonable desde ese punto de vista, pero el problema aparece cuando las imágenes que nos ofrecen son tan oscuras que los espectadores no podemos disfrutar el contenido cinematográfico como esperábamos.
En cualquier caso, hay otra razón que puede explicar por qué en algunas producciones los cineastas optan por rodar algunas secuencias complejas con escasa luz, especialmente las batallas. Cuando se filma una batalla intensamente iluminada, al margen de que la luz sea natural o artificial, el maquillaje y los efectos especiales tienen que estar mucho más cuidados para que resulten creíbles. De lo contrario, los espectadores percibiremos sus carencias y lo que estamos viendo nos parecerá falso y poco verosímil. El problema es que unos efectos especiales muy cuidados, al margen de que se lleven a cabo mediante CGI o no, y un maquillaje de calidad son caros.
Una fotografía oscura puede responder a preferencias creativas, pero también es una forma de ajustar el coste económico de las secuencias más complejas y, por tanto, caras
La conclusión a la que podemos llegar es evidente: es más barato rodar una batalla recreada por la noche y con muy poca luz ambiental que hacerlo en un espacio perfectamente iluminado o a plena luz del día. Los cineastas no tienen por qué preocuparse por todas las carencias que quedan enmascaradas por la ausencia de luz y que, por tanto, no son percibidas por los espectadores. De hecho, es muy probable que la oscuridad que envuelve a muchas de las batallas que hemos presenciado en 'Juego de Tronos', aunque no a todas, no responda únicamente a preferencias artísticas, sino también a imposiciones presupuestarias.
Como hemos comprobado, la fotografía de una película o serie puede tener un impacto profundo en nuestra experiencia, pero hay otro parámetro que condiciona seriamente la calidad de imagen de los contenidos, y que, por tanto, no debemos pasar por alto: la compresión. Los algoritmos de codificación utilizados por las plataformas de streaming suelen aplicar una compresión bastante agresiva con el propósito de que los contenidos no requieran un ancho de banda excesivo cuando el medio que se utiliza para publicarlos es Internet.
La llegada de las conexiones de fibra óptica ha hecho posible que podamos recibir en nuestra casa contenidos con resolución 4K UHD y una calidad de imagen que a menudo da la talla. Sin embargo, precisamente son las secuencias con poca luz ambiental las que salen más perjudicadas cuando la compresión es medianamente agresiva. En estas condiciones el nivel de detalle suele salir malparado, por muy bueno y sofisticado que sea nuestro televisor. A veces incluso aparecen artefactos de compresión que se manifiestan bajo la forma de conjuntos de píxeles con un tono uniforme que tienen aspecto de manchas, y que pueden arruinar la calidad de imagen.
Aquí no es mejor el negro más profundo: lo importante es recuperar más detalle en regiones oscuras
Muchos medios de comunicación están defendiendo la superioridad de los televisores OLED a la hora de reproducir contenidos tan oscuros como el capítulo que recoge la batalla de Invernalia de 'Juego de Tronos'. Sin embargo, sus argumentos suelen estar condicionados por una simplificación excesiva que no siempre responde a la realidad. Los televisores con panel OLED, efectivamente, nos ofrecen los negros más profundos y un contraste nativo altísimo debido a que la naturaleza de los diodos orgánicos que utilizan permite a cada celda del panel, o cada píxel, emitir su propia luz.
Estas cualidades son irrebatibles. Y en este frente los modelos OLED aventajan a los televisores LCD LED con claridad. Sin embargo, cuando nos enfrentamos a un contenido con una fotografía tan oscura como la que tiene el capítulo de 'Juego de Tronos' que ha dado brío a esta polémica un negro intenso no lo es todo. De hecho, es más importante la capacidad que tiene el televisor a la hora de recuperar información en las regiones más oscuras de cada fotograma que la intensidad de los negros. Y la extracción de detalle no responde únicamente al tipo de panel que estamos utilizando; otros ingredientes que también marcan la diferencia en esta receta son los algoritmos de procesado de las imágenes, la capacidad de entrega de brillo y la calibración del televisor.
El nivel de detalle que el televisor recupera en las zonas más oscuras tiene un impacto directo en nuestra experiencia
La primera conclusión a la que podemos llegar es que en este frente en particular no es razonable sentenciar una tecnología a la ligera. De hecho, a pesar del altísimo contraste nativo de los paneles OLED muchos televisores de este tipo arrojan un nivel de detalle en sombras inferior al que nos ofrecen los mejores modelos LCD LED Full Array. Es importante que tengamos en cuenta que no estamos hablando de cualquier televisor LCD, sino de los modelos más sofisticados que incorporan un panel VA de calidad (su contraste nativo es más alto que el de los paneles IPS) y, sobre todo, un esquema de retroiluminación FALD (Full Array Local Dimming).
Me: Oh cool, HBO on my LG tv. Finally no need to start up the PS4 every time I want to watch GoT.
— Matti Sironen (@Barael_) 30 de abril de 2019
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Me: What the everliving f...
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This has been a PSA.
#gameofthrones #HBO #OLED pic.twitter.com/m0GmYRKhSA
Las celdillas de los paneles LCD no pueden emitir su propia luz, lo que obliga a los fabricantes de televisores a instalar una matriz de diodos LED bien en los márgenes del panel, bien detrás de este componente. Ambas tecnologías de iluminación han mejorado mucho durante los últimos años, pero el esquema Full Array, que es el que requiere colocar los diodos LED detrás del panel, permite controlar la atenuación de la retroiluminación con más precisión que la solución que apuesta por colocar los diodos en la periferia del panel. Y, por tanto, nos ofrece un contraste más alto y también una capacidad de extracción de detalle en regiones oscuras mayor.
El procesado que lleva a cabo cada televisor también tiene algo que decir a la hora de extraer detalle, ajustar el color y mantener bajo control el ruido. Los paneles OLED de la mayor parte de los televisores que podemos encontrar actualmente en el mercado los fabrica LG Display, sea el televisor de la marca que sea. Y, sin embargo, no todos tienen la misma calidad de imagen. Ni el mismo nivel de detalle. Y la razón es que es el procesado que pone a punto cada marca tiene un impacto muy importante en la calidad de imagen.
A la hora de extraer detalle en las zonas oscuras los paneles OLED tienen la ventaja de contar con un contraste nativo altísimo, pero también cuentan con una desventaja: su capacidad de entrega de brillo es inferior a la que nos proponen los mejores modelos LCD LED. Estos últimos no tienen un contraste nativo tan alto (aunque los mejores paneles VA destacan por un contraste sobresaliente), pero su superior capacidad de entrega de brillo, si va acompañada por una atenuación de la retroiluminación precisa, puede provocar que un televisor LCD LED FALD consiga recuperar más detalle en zonas oscuras que un modelo OLED similar.
No hay una tecnología globalmente mejor que la otra; tanto OLED como LCD LED tienen fortalezas y debilidades
Es importante que tengamos en cuenta que no estamos posicionándonos ni a favor ni en contra de ninguna tecnología. Tanto OLED como LCD LED tienen ventajas e inconvenientes, pero en el contexto que nos ocupa, que no es otro que la reproducción de imágenes muy oscuras, es razonable poner «en cuarentena» la superioridad de la tecnología OLED que algunos medios defienden con cierta ligereza. Sí, OLED tiene los mejores negros y el mejor contraste, pero algunos televisores LCD LED FALD, los más sofisticados, consiguen recuperar más detalle en zonas en sombra que los modelos OLED gracias a la combinación de ingredientes que he descrito en los párrafos anteriores.
Tampoco podemos pasar por alto la importancia que tiene la calibración. Un televisor correctamente calibrado, sea OLED o LCD LED, nos ofrecerá una experiencia más satisfactoria en todos los frentes. Restituirá los colores de una manera más fidedigna, recuperará más detalle, tendrá un nivel de ruido inferior, sus imágenes serán más profundas… Y no todos los televisores salen de fábrica con una calibración atinada. Normalmente todas las marcas se esmeran en sus modelos de las gamas alta y premium, y, aun así, casi siempre los usuarios tenemos margen de maniobra para adecuar el acabado estético de sus imágenes a nuestras preferencias. Afortunadamente, incluso tenemos cierto margen de maniobra cuando se trata de recuperar más detalle en las regiones oscuras, que es lo que nos interesa en este artículo.
La calibración no hace milagros, pero puede mejorar nuestra experiencia
Nuestro objetivo en este terreno es recuperar todo el detalle posible del contenido cinematográfico, pero sin inventar nada. Por muy sofisticados que sean los algoritmos de procesado de la imagen con los que cuenta un televisor difícilmente podrá extraer información allá donde no la hay. Algunos procedimientos llevan a cabo algo parecido a una interpolación más o menos «inteligente» que puede ofrecernos la sensación de que hay más detalle en las imágenes, pero, en realidad, esa información no está en el contenido original.
Los parámetros que pueden ayudarnos a recuperar más detalle son el brillo, el contraste y la luz de fondo
Es importante que no confundamos los algoritmos de escalado que permiten a los televisores adaptar las señales con resolución estándar o 1080p a los paneles 4K UHD con la extracción de detalle en las zonas oscuras. Muchos televisores llevan a cabo el escalado con una precisión asombrosa, especialmente cuando la señal que reciben es 1080p, pero fracasan estrepitosamente al recuperar información en las regiones en sombra. Es un desafío diferente. En cualquier caso, no tenemos margen de actuación sobre estos algoritmos, pero sí sobre otros parámetros del televisor que pueden ayudarnos a recuperar un poco de luz en las secuencias más oscuras.
Si nos ceñimos a todo lo que hemos visto hasta este momento podemos intuir que los ajustes de nuestro televisor sobre los que nos interesa actuar son aquellos que inciden en el contraste y la entrega de brillo. Normalmente el modo «cine» o «película» suele ser un buen punto de partida porque ya viene con los ajustes necesarios para recuperar detalle en las zonas oscuras. Si, aun así, tenéis problemas para ver con claridad secuencias con una fotografía muy oscura puede ser beneficioso incrementar ligeramente el contraste, el brillo y la luz de fondo o la intensidad de la retroiluminación.
Estos tres parámetros están presentes en los ajustes de calidad de imagen de la mayor parte de los televisores, por lo que no debería resultaros difícil encontrarlos. Sin embargo, es importante que antes de manipularlos tengamos en cuenta que a medida que incrementamos la entrega de brillo del televisor los colores adquirirán un aspecto «lavado». Tendrán menos intensidad y estarán menos saturados, pero también podremos ver detalles que posiblemente pasarán inadvertidos si la luminosidad de la escena es muy baja.
Si incrementamos mucho el brillo los colores adquieren un aspecto «lavado» y pierden su intensidad
Una manera sencilla de modificar estos ajustes consiste en reproducir una escena especialmente oscura, como alguna de las de la batalla de Invernalia de 'Juego de Tronos', y detener la reproducción en un fotograma en el que la ausencia de luz provoca la pérdida de detalle. Tomándolo como referencia podemos incrementar ligeramente la luz de fondo, y, si llegamos al valor máximo y la mejora no es perceptible, podemos hacer lo mismo con el brillo y el contraste, pero en estos casos de forma sutil y gradual.
Es probable que aplicando este procedimiento consigamos recuperar más información en las zonas más oscuras, y el contenido cinematográfico será más satisfactorio, pero cuando volvamos a reproducir contenido bien iluminado tendremos que deshacer lo andado. Los ajustes que habremos introducido para las escenas más oscuras posiblemente dañarán el color y reducirán el detalle en las zonas más iluminadas de los contenidos que no están aquejados por la falta de luz, por lo que es importante que apuntemos los valores originales de los parámetros que vamos a modificar para poder recuperarlos a posteriori.
La mejor calidad de imagen, sin duda, nos la ofrecerá el Blu-ray Disc
Nuestro margen de maniobra cuando tropezamos con una película o una serie que nos parece excesivamente oscura no se limita a los ajustes que nos permite llevar a cabo nuestro televisor. Como hemos visto, el nivel de detalle en las regiones en sombra puede verse lastrado por una compresión agresiva, por lo que optar por una fuente de vídeo que nos ofrezca la mínima compresión posible puede ser interesante si lo que queremos es disfrutar la máxima calidad de imagen a nuestro alcance.
No tengo la más mínima intención de hacer apología de la compra de películas en Blu-ray Disc, pero «al César lo que es del César». Y es que este formato físico, gracias a la alta capacidad de los discos, actualmente nos ofrece la menor compresión y la mejor calidad de imagen global. A medida que nuestras conexiones a Internet continúen mejorando y ofreciéndonos mayores velocidades de transferencia la ventaja que este soporte físico tiene en términos de calidad de imagen frente a los servicios de streaming se irá desvaneciendo. Mientras tanto es probable que cuando salga la octava temporada de Juego de Tronos en Blu-ray Disc la compre para utilizar el capítulo de la batalla de Invernalia en los análisis de televisores que llevamos a cabo en Xataka.