El nombre lo dice todo: La pantalla azul de la muerte (o BSOD, por sus siglas en inglés). Se trata de un monstruo digital que ha perseguido a los usuarios de Windows durante casi tres décadas y que alguna vez osó enfrentar públicamente al mismísimo Bill Gates.
Es un miedo primario, arraigado en la mente de cualquiera que se haya atrevido a hacer clic en "reiniciar" en una máquina con Windows. En los días felices de Windows 95, cuando Internet estaba en su infancia y un módem de 56k era considerado un dispositivo de vanguardia, la BSOD golpeó con la aterradora eficiencia de un fallo fatal en una actualización rutinaria.
De seguro tú también lo viviste: En un momento estás navegando por la superautopista de la información con tu nueva y reluciente conexión por cable, y al siguiente tu mundo explota en un estallido de azul eléctrico. Los crípticos mensajes de error bailan por la pantalla como una cruel burla del destino: el incomprensible "SYSTEM_SERVICE_EXCEPTION" o el siempre odioso "KERNEL_DATA_MISALIGNMENT".
A diferencia de los mensajes de error de hoy que son comunes hoy en día, la BSOD era una sentencia ominosa, una señal de que de esta no ibas a salir con facilidad.
Por lo general le seguían golpes frenéticos en el teclado y clicks desesperados en el ratón, los iniciados acudían a hechizos arcanos como "CHKDSK /F C:", pero la BSOD tenía su principal fortaleza en el hecho de que su origen podía ser tan variado como aleatorio. Un controlador dudoso podía activarla, un módulo de memoria defectuoso podía activarla. A veces, parecía que sencillamente los dioses digitales estaban teniendo un mal día.
Fue lo que pasó en 1998, nada menos que en la presentación en público del todavía sin lanzar Windows 98. Bill Gates acudio al Comdex de Las Vegas para presentar una visión del futuro, pero en medio de la presentación Chris Capossela, que debía demostrar para el millonario -y centenares de asistentes- las virtudes del sistema Plug & Play, conectó un escáner al PC y allí fue Troya.
El equipo se bloqueó y en pantalla apareció la infame pantalla azul de la muerte. El público rompió en un aplauso y una silbatina que, pese a todo, tenía un tono afable. Y la ocasión le sirvió a Gates para mostrar su genio cuando dijo: "esa debe ser la razón por la que todavía no estamos vendiendo Windows 98". El cofundador de Microsoft salvó el momento y el video se convirtió en parte de la historia de internet.
La BSOD: 2024
El episodio del viernes 19 de julio de 2024 demuestra, una vez más, que en lo que toca a la BSOD, ningún sistema es inmune. La influencia del ecosistema Windows llega a lugares y procesos en los que la mayoría de nosotros ni siquiera repara y es solo cuando un fallo catastrófico ocurre que nos sorprendemos pensando que dependemos de él para tareas tan mundanas como usar un cajero electrónico o para registrar nuestra maleta en un aeropuerto.
Se trata, en últimas, de una experiencia aleccionadora, que les recuerda incluso a los usuarios más expertos en tecnología que hasta las PC más poderosas son bestias delicadas, susceptibles a un solo error si ese error está bien ubicado.
Como incontables usuarios antes que ellos, los afectados por este episodio sobrevivirán y aprenderán, en el proceso, una valiosa lección: No olvides tener siempre una copia de seguridad de tus datos.
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