Google lo sabe todo. Confiamos en el motor de búsqueda más popular del planeta para responder a todo tipo de preguntas y para investigar sobre lo que nos interesa y nos rodea. Google es un reflejo de nuestra realidad... o eso creemos. Porque esas búsquedas no son infalibles, y hay quien está logrando moldear esa realidad engañando a Google y, de paso, a toda la humanidad.
El ejemplo perfecto lo encontraban en The Guardian, donde una simple pregunta al buscador en inglés, "Did the holocaust happen?" ("¿Ocurrió el Holocausto?") ofrece un sorprendente primer resultado: las 10 razones por las que el Holocausto no ocurrió. Que ese primer resultado de la búsqueda (aquel en el que todo el mundo acaba pinchando) puede convertir una mentira en verdad para mucha gente, y vivecersa. Qué peligro.
Google cambia nuestra Historia
El diario británico ya hacía un primer acercamiento al comportamiento de Google hace unos días, y allí ya quedó claro que Google no es un reflejo de nuestra realidad, sino de una realidad paralela. El motor de búsqueda trata de anticiparse a lo que necesitamos y completa frases según lo que otros usuarios han preguntado, para además ir presentando resultados de búsqueda lo antes posible.
Los resultados de esas búsquedas predictivas son de lo más dispar: si uno empieza a escribir "los hombres son unos" o "las mujeres son unas" obtiene resultados ofensivos, pero a medida que uno elige términos más concretos de búsqueda el motor también es capaz de afinar mejor.
El problema es que ante preguntas genéricas no hay filtro: Google, el motor de búsqueda más importante del planeta, falla como una escopeta de feria, mostrando resultados engañosos y enlaces en los que a menudo existen intereses comerciales: sitios web montados exclusivamente para atraer el clic por publicidad o —y esto es lo peligroso— aquellos en los que se propagan mentiras con efectos colaterales que pueden llegar a ser mucho más profundos de lo que podría pensarse.
Trampas peligrosas
Esa realidad que nos muestra Google conforma nuestro punto de vista y perspectiva sobre diversos temas. Puede que eso sea menos peligroso en alguien con una formación y experiencia más amplias, pero la cosa cambia cuando quien está preguntando sobre el Holocausto —por mantener ese ejemplo de referencia— no tenga muy claro qué ocurrió o dejar de ocurrir.
Ese primer de la búsqueda en inglés resultado enlaza a Stormfront, un sitio web que analiza las 10 razones por las que el Holocausto nunca ocurrió y que niega todo lo que sabemos y conocemos. Niega que en aquel cataclismo provocase la muerte de seis millones de judíos, por ejemplo, y hace que de repente nuestra realidad se convierta en otra distinta y que además condicione nuestro punto de vista sobre ese u otros temas.
Los responsables de Stormfront no son precisamente la Wikipedia. En su sitio web se describen diciendo: "Somos una comunidad de realistas e idealistas raciales. ¡Somos la voz de la nueva y acosada minoría Blanca!" El problema es que uno no llega a esa definición a no ser que navegue por un foro de discusión que ha logrado convertirse para Google en el resultado más relevante en la pregunta sobre si el Holocausto existió o no.
El efecto es sensiblemente distinto en español. Aunque los dos primeros resultados enlazan a la Wikipedia, es el quinto el que nos habla de "55 preguntas acerca de la farsa del holocausto". Los resultados son por tanto menos discutibles que los de la búsqueda en inglés. De hecho es en este caso donde afortunadamente el motor parece funcionar de forma mucho más coherente, mostrando en primer lugar la entrada de la Wikipedia sobre el Holocausto y luego otra más que habla precisamente del "Negacionismo del Holocausto".
No creas todo lo que diga internet
El problema es que este ejemplo se repite una y otra vez con temas en los que uno esperaría poder confiar en Google en los resultados y acaba encontrándose con peligrosas trampas para aquellos que no tienen una opinión formada o la suficiente información sobre un tema. "Si lo dice Google..."
El problema es que el motor de búsqueda de Google no es perfecto. Ni mucho menos. Danny Sullivan, responsable de SearchEngineLand, advierte de que en estos casos es donde queda claro que "hay algo que funciona terriblemente mal con el algoritmo de Google".
Esa ambición de Google por contestar rápidamente a todas nuestras preguntas es elogiable, pero eso no significa que características como Direct Answers funcionen bien, algo que otra editora de su equipo ya analizaba en este blog hace más de un año. Google va corrigiendo esos resultados incorrectos, polémicos o extraños sobre la marcha, pero eso no impide que el peligro esté ahí.
En este peligroso ejemplo Google se convierte de forma directa en responsable de difundir propaganda racista y antisemita, y esta plataforma, como el resto de servicios que teóricamente deberían ofrecernos información neutral, acaba posicionándose y lo que es peor, posicionándonos.
La amenaza no solo proviene solo de Google, sino de cualquier sitio y servicio web que acaba sirviendo para el mismo propósito. Los que han logrado moldear Google a su gusto con técnicas SEO también tratan de hacer lo mismo con redes sociales como Twitter o Facebook para moldear también nuestra realidad.
Lo hemos visto recientemente con el escándalo de las 'fake news', las noticias falsas que según los expertos han acabado siendo una de las claves de la victoria de Trump en la campaña electoral a la presidencia de los Estados Unidos. Joshua Benton, de Nieman Lab, criticaba duramente a Facebook por ese papel informativo que ha asumido y sobre el que debería tener una actitud mucho más responsable:
Facebook se ha convertido en una cloaca de desinformación. Parte de ella está motivada por la ideología, pero mucha está motivada por el incentivo económico que Facebook ha creado: las cosas falsas, cuando conectan con las nociones preconcebidas o el sentido de la identidad de un usuario, se propagan como un fuego descontrolado (y son mucho más baratas de hacer que las noticias reales).
Aquí Facebook tiene un comportamiento discutible. Mark Zuckerberg afirmaba este verano que su empresa "es una compañía tecnológica, no una compañía de medios de información". Y sin embargo ahí tenemos iniciativas como Instant Articles que refuerzan el papel de Facebook como una de las formas más extendidas que tiene la gente para informarse de lo que está ocurriendo. O más bien, de lo que Facebook les dice que está ocurriendo. Si no son una empresa de medios, ¿por qué tanto empeño en convertirse en uno?
Tanto Google como Facebook han reconocido el problema y hace apenas un mes anunciaron su intención de luchar contra los sitios de noticias falsas con diversas medidas, sobre todo dirigidas a las líneas de flotación de esos negocios: no permitirán que esos sitios web con noticias falsas puedan aprovechar sus sistemas publicitarios.
Es un buen primer paso, pero hace falta mucho más que eso. Lo decía Spiderman: "un gran poder conlleva una gran responsabilidad". Si eres Google y eres capaz de moldear la perspectiva, opinión e información de 7.000 millones de personas en todo el mundo, quizás deberías tener mucho más cuidado con los resultados que muestras en tus búsquedas para que fueran más neutrales. Para que como mínimo fueran resultados que pudieran ser considerados efectivamente como "responsables". Y el algoritmo de Google no lo es.
En Xataka | ¿Puede Facebook influir en unas elecciones? ¿Y debe?
Ver todos los comentarios en https://www.xataka.com.co
VER 0 Comentario