Resumen del cuarto episodio de La Casa del Dragón, en Max: la Danza de los Dragones ha comenzado

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El episodio de esta semana de La casa del Dragón es un recordatorio de lo que Game of Thrones nos hizo sentir, de lo que aún nos puede hacer sentir, cuando los realizadores tienen la guía certera de los textos de George R.R. Martin.

El episodio cuatro, titulado ‘El dragón rojo y el dorado’, es un retorno a forma de la franquicia que nos devuelve a las épocas en que cada domingo se jugaban en nuestras pantallas apuestas de vida o muerte, en las que cualquiera de nuestros personajes favoritos podía caer y, a menudo, lo hacían.

-- suspiro ---

Siguen spoilers del cuarto episodio de la segunda temporada de La casa del Dragón.

‘El dragón rojo y el dorado’

Infortunadamente, todo el episodio es una espiral que conduce a un desenlace fatal, con la batalla de Rook's Rest cobrando la vida de, al menos, un Targaryen y, al menos, un dragón. Los libros daban cuenta de lo que iba a pasar, pero el impacto de la secuencia final no es, por eso, menos devastador.

Rhaenys Targaryen

Eso se debe en enorme medida a la interpretación que Eve Best, una monumental actriz y directora inglesa, hace de Rhaenys Targaryen, la ‘reina que no fue’, que encarna la dignidad y la majestuosidad que parece eludir a muchos otros que sí llegaron a sentarse en el Trono de Hierro.

La primera mitad del episodio se va entre las alucinaciones de Daemon y la dura realización de Aegon de que no tiene lo que se necesita para ser un rey que comande más que a sus sirvientes más cercanos. Es tan inútil que ni siquiera puede hablar valyrio.

El diálogo del joven rey con Alicent no tiene cachetada, pero a pesar de ello es el mejor reality-check a un monarca en el universo de Thrones desde las interacciones de Joffrey Baratheon con Tyrion, o con Tywin.

Cole

También presenciamos las discusiones en el bando de los Negros y los avances del ejército de los Verdes. Por un momento parece que Criston Cole avanza hacia Harrenhal, en donde permanece un no muy útil Daemon, pero tras triplicar el numero de sus hombres avasallando a quienes declararon su lealtad a Rhaenyra, cambia el curso y dirige su ejercito hacia Rook's Rest.

Rhaenyra, que acaba de regresar de su escapada a King’s Landing, advierte a su consejo de asesores que se equivocan quienes confunden su cautela con debilidad y, antes de liberar la fuerza destructiva de los dragones, comparte con Jacaerys, su hijo y heredero, el secreto y la responsabilidad de la profecía de Aegon el Conquistador: la Canción de Hielo y Fuego.

La batalla de Rook's Rest

Aunque Jacaerys se ofrece a ir a defender el castillo sitiado, Rhaenyra se niega a permitirlo, herida y asustada como está, aún, por la muerte de Lucerys. Ella misma desea volar a Rook's Rest pero para todos está claro que tal cosa no es prudente para quien porta la corona.

Rhaenys

Es así que Rhaenys se ofrece a ir, montando a Meleys, sin contar conque Criston Cole ha preparado una emboscada.

A la hora del ataque final, Meleys aparece sobre Rook’s Rest. En su lomo, ataviada con una armadura de acero y cobre que reluce al sol, vuela Rhaenys. Su defensa del castillo es efectiva, incluso después de que aparece Aegon sobre Sunfyre.

El primer choque de dragones de la Guerra Civil de los Targaryen es claramente favorable a Rhaenys, que tiene infinitamente más experiencia y monta un dragón más veloz. Pero entonces descubrimos que esos no son los únicos dragones en combate.

Porque el plan de Cole era tener a Aemond sobre Vhagar. Rhaenys se da cuenta de que cayó en una trampa. Y a pesar de ello, regresa una y otra vez con su dragón, a cumplir su misión o caer intentándolo.

Dragon

Lamentablemente, esto último es lo que termina ocurriendo. Aemond ataca con su bestia descomunal a los dos dragones a la vez, claramente consciente de que si el rey muere él es el siguiente en la línea de sucesión.

Asistimos así al fin de la 'Reina que nunca fue' y su dragón. Con Rhaenys muerta, es de esperar una violenta reacción de Lord Corlys Velaryon, que tiene una flota lista para navegar hacia King’s Landing.

Pero por poco vemos también el fin de Aegon. Tanto el rey como su dragón sufren considerables heridas y, aunque el fin del episodio nos sugiere que ambos sobrevivieron, está claro que ninguno volverá a ser el mismo.

No falta a la verdad decir que este es el mejor episodio de lo que va la temporada y no hay que escarbar demasiado para encontrar la razón: la Danza de los Dragones ha comenzado, y los Tragaryen están por chocar de lleno con el único enemigo capaz de postrarlos: ellos mismos.

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