Superman tiene a Lex Luthor; Linterna Verde a Sinestro y Batman… ¿al Pingüino?
Claro que no. Aunque sepas su nombre, lo cierto es que el Pingüino no ocupa el lugar del Guasón en el universo de Batman. Es, y todos lo saben, un miembro de una liga comparativamente menor, y la noción de que Max le dedicara una serie es sorpresiva, por decir lo menos.
Como lo es, también, que dicha serie termine siendo una de las mejores de la televisión de este año.
Por si hiciera falta, algo de contexto: el Pingüino es un supervillano ficticio que aparece en los cómics de DC y es, de hecho, uno de los enemigos más antiguos de Batman, creado en 1941 por el duo de Bob Kane y Bill Finger.
Aunque no menos caricaturesco que el Guasón, el Pingüino se diferencia de este y de la mayor parte de la galería de enemigos de Batman por estar en absoluto control de sus acciones.
Al estar perfectamente cuerdo, sirve a menudo como interlocutor del Caballero Oscuro. Es un papel que, de hecho, cumple en The Batman, la cinta de 2022.
El protagonista es, por supuesto, el irreconocible Colin Farrell, quien interpretó bajo capas de maquillaje al villano Oswald Cobb -en lugar de ‘Cobblepot’, como en el comic- en la película de Matt Reeves.
La serie centra su atención en el notorio pasado de quien es, básicamente, un mafioso de poca monta que desea trazar su ascenso al poder en Gotham. HBO escogió a Craig Zobel para dirigir los dos primeros episodios de su esperado spin-off.
--Siguen spoilers del episodio 1 de El Pingüino--
'After Hours'
La serie da inicio a su primer episodio durante los momentos posteriores a los hechos del final de The Batman, en los que El Acertijo inundó gran parte de la ciudad. Los afectados, nos enteramos, fueron mayoritariamente los barrios más pobres, mientras que las zonas más ricas permanecieron mayormente intactas.
La ciudad vive una ola de saqueos y, aunque no lo veamos, es de suponer que Batman esté bastante ocupado. Sin la figura de poder que representaba Carmine Falcone, el elemento criminal de Gothman vive un vacío de poder, si bien su hijo, Alberto Falcone, surge como la opción lógica para sucdederlo.
La primera vez que vemos a Cobb, a quien llamaremos, como todos, ‘Oz’, parece, de lejos, la personificación de su alter ego. Lleva una gabardina y un paraguas, y exhibe la forma particular de caminar que, junto a su apariencia general, le valió su cruel sobrenombre.
Pero pronto descubrimos que nada puede ser más lejano de la verdad: Oz no tiene el respeto de los suyos, es visto por todos como un ser taimado y tramposo y su apodo inspira burla en lugar de temor.
Mientras trata de robar las joyas del fallecido capo, Oz es descubierto por Alberto, que lo confronta primero a punta de pistola pero termina bebiendo junto a él y contándole su plan para dominar el tráfico de drogas en la ciudad. Alberto no concibe que un ser débil y roto como Oz pueda ser una amenaza para su nueva posición y comete, así, el error de subestimarlo.
En una escena que anticipa el derroche actoral que desplegará Colin Farrel en esta serie, Alberto humilla y ridiculiza a Oz, que responde de manera visceral y lo acribilla a balazos.
En el proceso de disponer del cuerpo, Oz conoce a Víctor Aguilar, uno de tantos huérfanos de Gotham que acudió al crimen para sobrevivir. Lo sorprende tratando de robar los rines de su Maserati, la misma situación en la que Batman conoció, en el cómic, a Jason Todd, el segundo Robin.
Pero Oz no es Batman, y Víctor haría bien en recordarlo.
‘Indomables’
El episodio dedica el resto de su tiempo a presentar personajes que serán relevantes más adelante y a perfilar entre ellos relaciones de poder y de lealtad.
Los más relevantes son, por supuesto, los Falcone, y entre ellos, Sofía Falcone, que interpretada por Cristin Milioti, está destinda desde ya a ser la MVP de la temporada.
Los mandos medios de la familia convocan a Oz como su lugarteniente para informarle que moveran fuera de la ciudad la operación de la que deriva su sustento. En esa reunión el mafioso se reencuentra con Sofía, que descubrimos es, en esta serie, una versión femenina de The Hangman.
Es claro que hay una historia por revelar entre estos personajes, pero hay una línea de diálogo que podría dar una pista. Sofía le dice a Oz: “Todos te subestiman, pero yo no. Siempre supe que eras capaz de más”.
Otro personaje importante resulta ser la madre de Oz, que él mantiene en secreto, presumiblemente para protegerla de su entorno criminal. En este punto hay ya varios puntos que conectan a El Pingüino con The Sopranos y la figura de la madre del capo, envejecida y no totalmente en sus cabales, es una muy fuerte.
Finalmente está Salvatore Maroni, poderosamente interpretado por Clancy Brown, un capo rival de los Falcone que cumple una condena en la prisión de Blackgate. En los cómics, Maroni es el criminal que desfiguró, arrojándole ácido, a Harvey Dent, dando inicio así a la historia de Dos Caras.
Maroni no tiene más afecto o respeto por Oz que los Falcone, pero el Pingüino logra transmitirle un contundente mensaje: “tal vez soy más de lo que crees”.
Y lo es. Por eso, aunque antes de termine el episodio enfrentará desnudo una pistola en la boca y un intento de amputarle un brazo, Oz logra sobrevivir a la fría furia de Sofía y, contra todo pronóstico, salir adelante una vez más.
El primer acto de esta temporada pone las fichas en el tablero y, así ninguno de ellos le dé el crédito que se merece, todos están exactamente donde El Pingüino quiere que estén.
Esta es una de las series del año. No cometas el error de subestimarla.
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