Hay una clase de película que, al terminar, te deja queriendo revisitarla, con deseos de volver a su mundo, a sus personajes, con ganas de hablar. Por otro lado, hay cintas que te dejan frustrado, molesto y, en ocasiones, furioso.
Bueno, Borderlands no es ninguna de esas dos clases de película, porque al final de su proyección sales sin sentir absolutamente nada.
Hablo, por supuesto, desde mi experiencia, pero las razones que la explican son mucho más objetivas: esta cinta del director Eli Roth falla en construir su universo e hilar coherentemente su historia.
Peor aún, en el que es quizás su mayor pecado, falla en traer a la vida a sus personajes, a pesar de tener un reparto más que competente en el que se cuentan Jamie Lee Curtis, Kevin Hart, Ariana Greenblat y Jack Black, por no hablar de la increíble Cate Blanchet.
Lamentablemente, lo único increíble de Cate Blanchet en esta película es que haya aceptado estar en esta película.
Para efectos de ubicación, Borderlands está basada en el videojuego del mismo nombre, un shooter en primera persona, ambientado en un mundo abierto, con algunos elementos de videojuego de rol (RPG) desarrollado en 2009 por Gearbox Software y publicado por 2K.
Su éxito generó cuatro DLC y tres continuaciones y al día de hoy es considerado como uno de los mejores videojuegos de la historia.
Por eso el estudio se tomó su tiempo. En retrospectiva, quizá demasiado tiempo.
Para dar una idea de cuánto lleva Borderlands en desarrollo, esta es una cinta que se rodó antes de que Cate Blanchett hiciera TAR y antes de que Eli Roth dirigiera Thanksgiving. En ese sentido, que esta película haya llegado a salas de cine es un logro. Lamentablemente, es un logro entre muy pocos.
Ver este film es una experiencia constante de identificar potencial desperdiciado. Aunque trillados, los elementos de la historia podrían haber sido explorados para hacer apuestas más osadas en lo narrativo o lo estético. Roth no parece interesado en ninguna de las dos cosas y, si lo estuvo alguna vez, puede que haya perdido el impulso en el larguísimo tiempo que tomó terminar esta producción.
‘Guardians wannabe’
Porque nada de lo que hizo de Borderlands semejante hito en el mundo de los juegos se traslada a la soporífera cinta de Roth, que se descarriló de tal manera durante el rodaje y la posproducción que su guionista original, nada menos que Craig Mazin, el escritor de The Last of Us y Chernobyl, pidió retirar su nombre de los créditos.
En enero del año pasado, la película pasó por un extenso proceso de reshoots, de los que se encargó Tim Miller, el director de Deadpool, ya que Eli Roth estaba rodando Thanksgiving.
Por lo general, ninguna de esas cosas es una buena señal. Las redes las leyeron y asumieron desde hace meses que la película iba a ser un fiasco.. y, tras verla, hay que decir que tenían razón.
Pero a pesar de sus fallas -sus múltiples fallas- hay dos elementos que contribuyen al desastre que es hoy Borderlands, que al momento de esta publicación acumula un demoledor 6% de calificación en el tomatómetro de Rotten Tomatoes.
El primero es que, ya sea que se lo propusieran o no, la cinta se siente como una mala copia de Guardianes de la galaxia, y con frecuencia los críticos lo señalan.
Dan Jolin, de Empire, la describió como "una chapucera aspirante a Guardianes que no es ni la mitad de divertida de lo que cabría esperar de la promesa de ciencia ficción punk".
“La inexcusablemente aburrida y unidimensional tarea de Roth no captura nada del caos creativo, la exploración o la hilaridad llena de acción de los juegos que la inspiraron. La interpretación de Roth es como el libro para colorear de Guardianes de la Galaxia de un niño en edad preescolar”. –IGN
No vamos a redundar, pero en este punto, queda claro, a mucha gente no le gustó. Bueno, tal vez una más: al crítico de Rolling Stone le pareció “un insulto a los gamers, a los amantes del cine y a todas las fortmas de vida basadas en carbono”.
El segundo elemento es que, para bien o para mal, el éxito reciente de cintas como Sonic the Hedgehog y Super Mario Bros, y series como Arcane o The Last of Us, les han mostrado a las audiencias que es posible adaptar videojuegos de manera acertada. El público de 2024 no tiene paciencia para ejercicios inútiles como Borderlands.
Así que nos queda eso, al menos, Borderlands existe para recordarnos que nos merecemos algo mejor.
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