En alguna ocasión, todos hemos olvidado alguna contraseña: ya sea para acceder a nuestro correo electrónico, algún servicio en la nube, o una red social, tenemos tantas contraseñas, que además nos hemos obligado a volver ‘seguras’, que es fácil perder de vista cuál abría qué.
Pero, por lo general, olvidar una contraseña no pasa de ser un inconveniente menor. Eso es, a menos que Stefen Thomas, un hombre que se olvidó la contraseña para acceder a una memoria USB que almacena -dependiendo del cambio- casi un cuarto de billón de euros.
La USB en cuestión contiene las claves de 7.002 bitcoins. Específicamente, se trata de una IronKey, cuya marca fue "absorbida" por Kingston Technology en 2016. Se puede encontrar con relativa facilidad en tiendas electrónicas, y lo cierto es que no es un dispositivo común y corriente pero tampoco es raro, en absoluto.
Su principal característica es venir configurada de fábrica para borrar todo su contenido después de que se ingresan 10 contraseñas equivocadas.
Hackers al rescate
Al final, la solución podría venir de la mano de un colectivo de hackers que, sin demasiado problema, logró descifrar la clave gracias a un sistema específico para modelos IronKey.
El grupo, llamado Unciphered, no reveló exactamente el sistema que utilizó, pero queda claro que requirió de gran potencia, toda vez que, dijeron, tomó "únicamente" 200 billones de intentos. La clave de lo que no revelaron fue cómo sortearon el obstáculo del límite de intentos.
El grupo informó que ha intentado “por años” romper la seguridad de los pendrives de IronKey. Ayudar a aquellos que tienen memorias de este modelo cuya contraseña han olvidado a acceder a su contenido es la principal motivación, dijeron, que les lleva a hacerlo.
Y si tienes problemas para creer esa afirmación, te va a encantar esta otra: El propietario de la memoria USB dice que no le importa mucho el dinero que hay en su interior y al momento de publicar este artículo no ha dado permiso a Unciphered para abrir su memoria USB.
De acuerdo con el editor de Wired, que reveló la noticia, Thomas había acordado colaborar con otros dos equipos de cracking un año antes y había ofrecido a cada equipo una parte de las ganancias si cualquiera de los dos equipos podía desbloquear la unidad. Sin embargo, ahora dice que pactó con un tercero y no está en libertad de negociar con nadie más.
"Abrimos la IronKey. Ahora tenemos que abrir a Stefen. Esto está resultando ser la parte más difícil". --Nick Fedoroff, director de operaciones de Unciphered.
Así las cosas, Unciphered tiene en sus manos lo que es potencialmente la llave de uno de los cofres más valiosos en el mundo de las criptomonedas, pero no tiene permiso para usarla.