El atropellamiento de decenas de personas en Bourbon Street, en Nueva Orleans, y la explosión de un Tesla Cybertruck frente al hotel Trump de Las Vegas encendieron debates en todo el mundo acerca de los controles a las plataformas de alquiler de autos.
Ambos hechos ocurrieron el miércoles primero de enero y, en una coincidencia aun más inquietante, ambos vehículos, indicaron autoridades, habrían sido alquilados a través de la plataforma Turo.
Turo es una empresa estadounidense de carsharing peer-to-peer fundada en Boston y cuyo logo es, precisamente, skip the counter (sáltate el mostrador). La plataforma permite a los propietarios de automóviles privados alquilar sus vehículos a través de una interfaz en línea en Reino Unido, Australia, Canadá y Estados Unidos.
Que dos actos de violencia hayan hecho uso de esta manera simplificada de hacerse a un vehículo es para las autoridades motivo de preocupación y eso ha puesto bajo la lupa la seguridad y los controles aplicados en las plataformas de economía colaborativa.
Del éxito a la polémica
Turo, conocida como el “Airbnb de los autos” en Estados Unidos, se ha posicionado como líder en el alquiler entre particulares, ya que ofrece desde autos comunes hasta modelos exclusivos como el futurista Cybertruck de Tesla.
Según informes preliminares, el Cybertruck fue utilizado como herramienta en un acto de violencia, lo que pone en entredicho la efectividad de las verificaciones de antecedentes realizadas tanto a propietarios como a arrendatarios.
Tesla, fabricante del vehículo, aseguró su colaboración en las investigaciones, y su CEO, Elon Musk, salió a las redes a aclarar que no se trató de una falla del vehículo y, en un bizarro ejercicio de PR, llegó a sugerir que, de hecho, el Cybertruck "contuvo" la fuerza de la explosión.
Pero incluso Musk se aseguró de señalar a Turo. Aunque la plataforma ofrece cobertura de seguros y protocolos básicos de verificación, este incidente demuestra que dichos sistemas pueden ser insuficientes frente a amenazas intencionales.
Los críticos señalan que la facilidad de acceso a vehículos como el Cybertruck podría ser un punto débil en la regulación de estas plataformas. En contraste, defensores de Turo argumentan que actos similares podrían ocurrir en el alquiler tradicional y que la plataforma no puede anticipar todos los riesgos asociados con el comportamiento humano.
A medida que las investigaciones avanzan, los casos de Nueva Orleans y Las Vegas ponen de manifiesto la necesidad de equilibrar innovación y seguridad en un sector que, si bien promueve la accesibilidad y la economía compartida, enfrenta crecientes desafíos en la protección de sus usuarios y el público en general.
- Foto de inicio: Las Vegas Metropolitan Police Department
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