Los alimentos perecederos normalmente dan pistas visuales (por así decirlo) cuando empiezan a estar en mal estado, pero no siempre se identifican claramente o se identifican a la vista. Para que un consumidor cualquiera pueda comprobar el estado de un alimento, este equipo de investigadores ha ideado un sistema que nos permite saber si un alimento está pudriéndose ya con el móvil.
Se trata de aprovechar los compuestos que las bacterias o el enranciamiento responsables de la putrefacción emiten por su metabolismo y que no podemos oler por el envasado de los productos. Es decir, la idea es que el móvil sea nuestra "nariz electrónica", aunque realmente lo que hace es leer un código de colores que cambia según el estado.
Una app para descubrir si la frescura de un alimento no es tal
Se trata de una idea desarrollada en la Universidad Tecnológica de Nanyang (Singapur). El equipo internacional de investigadores titula su trabajo directamente E-nose (electronic nose), porque según explican su sistema se basa en el mismo principio que el olfato humano.
Pero realmente más que oler, ve. Se trata de que los envases de un alimento integren sensores que reaccionan con las aminas y compuestos volátiles que se producen al perecer la carne o el pescado.
Estos sensores hacen que, según la composición de la atmósfera del envase, el código de barras cambie de color (por el principio del halocromismo). El usuario no ha de identificar el código, sino que es una app para móvil la que hace este trabajo, como si fuese un QR.
El código está formado por 20 barras y está compuesto por celulosa y chitosán (parece que este compuesto no sólo se usa para intentar perder peso, añadiendo una serie de tintes que reaccionan con los compuestos. La reacción da lugar a el código de color que es interpretado por la app del móvil, un software que según los investigadores trabaja con un algoritmo de inteligencia artificial para identificar dicho patrón.
Lo que el usuario vería en el móvil es un indicador de la frescura del alimento, a modo de barra y porcentaje. Y según muestran, tarda 30 segundos en dar el resultado.
Según los resultados que publica este equipo, el E-nose ha sido capaz de identificar los alimentos estropeados el 100% de las veces y los frescos/algo menos frescos con una precisión entre el 96 y el 99%. En total hablando de una precisión del 98,5%.
La aplicación del invento parece clara: que vayamos a comprar y ante la duda pasemos el móvil por los productos envasados para ver si ese reflejo o esa sombra son signo de que el producto empieza a estar en mal estado. Pero implantarlo no sería sencillo, ya que todas las empresas deberían colocar en sus envases esos sensores, cuyo precio desconocemos.
Por su parte, el equipo de investigadores espera patentarlo y sobre todo mejorarlo para que funcione con más tipos de alimento. Desde luego, podría ser de utilidad sobre todo si por el envasado de los productos ni siquiera podemos verlo, dado que en cierto modo sería como olerlo.
Imagen | Nanyang Technological University
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