La historia de la primera mujer en casarse con una inteligencia artificial es real, pero tiene más de arte que de tecnología

La rapidez con la que se suceden las noticias sobre inteligencia artificial supera nuestra capacidad para procesarlas. De allí que cuando surgió la noticia de Alicia Framis, que se describe a sí misma como la primera mujer en casarse con un holograma, al que bautizó AiLex, pocos cuestionaran si semejante cuento podía ser verdad.

Resulta que lo es, pero solo en los confines de un proyecto artístico, titulado Hybrid Couple, que busca explorar las nuevas fronteras de las relaciones de los humanos y la tecnología.

"Se trata de una relación romántica entre un humano y una inteligencia artificial. Si bien sabemos que los robots y los humanos pronto se convertirán en parejas sexuales, Framis cree que el siguiente paso importante es conectar emocionalmente a los humanos con la inteligencia artificial. Los hologramas están más cerca de sus emociones que los robots". —En el sitio web de Hybrid Couples

La artista afirma que esta noción de pareja profundiza en el tema de la intimidad y las relaciones afectivas. El proyecto describe a AiLex como “una escultura holográfica interactiva”, pero aunque señala que es “una entidad de IA creada utilizando los perfiles de personas que conoce”, la verdad es que se trata de un simple modelo de lenguaje. Las fotos y los videos del proyecto han sido construidos con programas tradicionales de edición de imágenes y no llegan, tecnológicamente hablando, más allá del uso efectivo de herramientas como Photoshop.

De un maniquí a un holograma

Esta no es la primera vez que Framis explora en su obra la realidad de compartir la vida y las emociones con seres artificiales. En 1995 vivió durante un mes con un maniquí en un gueto francés llamado Villeneuve. Desde entonces, el tema de las “soledades específicas” nunca la ha abandonado.

Este nuevo proyecto, que en efecto tiene contemplado realizar una “boda” es un retorno a la exploración de esos temas desde la perspectiva única del arte. “El propósito de esto es compartir la vida y las emociones, involucrándose en diversos debates contemporáneos como el posthumanismo, la virtualidad y las complejas intersecciones de género dentro de los espacios íntimos y sociales, incluida su disolución”, dice el site del proyecto.

Framis se asoció, para llevar a la realidad su visión, con el Laboratorio de Arte Rabo de Rabobank, una multinacional holandesa de servicios bancarios y financieros con sede en Utrecht, Países Bajos. En la terraza de la azotea de DeDepot Boijmans, se llevará a cabo un "ritual de matrimonio" entre un humano y un avatar.

"Está surgiendo una nueva generación de amor, lo queramos o no, donde los humanos estarán casados y en relaciones con hologramas, avatares, robots y más. Así como practicamos nuevos idiomas con Duolingo, practicaremos las relaciones con estas entidades". —En el sitio web de Hybrid Couples

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