Al hablar de la teoría del Valle Inquietante lo hemos hecho refiriéndonos a esos robots que se acercan espeluznantemente a una apariencia humana, pero aunque éste no ha sido ideado para pasar por persona puede acercarnos un poco a ese valle. Se trata de un robot contratista, capaz de hacer tareas como montar paredes de madera.
Su estructura sí imita a la de un ser humano, disponiendo de un cuerpo, brazos, piernas y cabeza, aunque como ahora veremos sus articulaciones van un poco más allá con el fin de que pueda cumplir con sus tareas. A su ritmo, pero HRP-5P hace bien su trabajo, según nos enseñan.
Fácil, sencillo y para mucho más que bricolaje
Esto nos lo muestran sus creadores, unos investigadores del instituto japonés AIST (Advanced Industrial Science and Technology), con el objetivo de lograr posibles reemplazos autónomos para ciertos puestos en la construcción de estructuras como edificios, aviones, casas o barcos, según trasladan en TechCrunch. Lo que nos enseñan es una muestra de una tarea, donde vemos que el robot se mueve bastante lentamente (se percibe incluso estando el vídeo cortado), pero al fin y al cabo logra instalar la pared.
También se observa la estructura de HRP-5P, viendo la rotación de las muñecas o que es capaz de agarrar y usar herramientas como un destornillador eléctrico. Primero mapea su entorno, recurriendo para ello a la inteligencia artificial y a unos marcadores de alta precisión (con los que además detecta todos los objetos) y posteriormente planifica los movimientos que requerirá la tarea que le ocupe.
HRP-5P mide 1,82 metros de altura y pesa 101 kilogramos. Sus articulaciones tienen** entre dos y ocho grados de libertad** y puede manejar objetos grandes como placas de yeso (ponen de ejemplo una placa de yeso de 18,20 × 9,10 × 1 centímetros y 11 kilogramos), y aunque tiene menos grados de libertad que un ser humano de carne y hueso es capaz de realizar trabajos en varias posturas, como agacharse profundamente o torciendo su cuerpo.
Para el movimiento dispone de varios motores (en algunas articulaciones), y dispone de un sistema de refrigeración que sobre todo actúa con las tareas de alto rendimiento. El esquema de procesos que sigue es éste a grandes rasgos (usando el ejemplo de la placa de yeso):
- Creación de mapas tridimensionales y detección de objetos del entorno circundante.
- Aproximación al banco de trabajo.
- Apoyo en el banco de trabajo y desplazamiento de la placa de yeso.
- Levantamiento y transporte la placa de yeso a la pared mientras se realiza el reconocimiento el entorno circundante.
- Bajada de la placa de yeso y posicionamiento frente a la pared.
- Reconocimiento y recogida de las herramientas usando marcadores de alta precisión.
- Fijación de la placa de yeso en la pared con el tornillo mientras se asegura la estabilidad (sujetando el borde del listón).
La idea es que HRP-5P sea un primer paso para lograr autómatas que opten a ocupar los empleos que puedan quedar por cubrir a causa del envejecimiento de la población o las bajas tasas de natalidad, o bien los puestos que tienen un riesgo mayor. Explican además que el motivo de hacerlo con una estructura humanoide es que no haya ningún impedimento en cuanto a espacio para que el robot pueda realizar la tarea, ya que según ellos en ocasiones el volumen es un problema para la instalación de los robots actuales en cierto emplazamiento.
Esto choca con el debate de si la automatización eliminará demasiados empleos o al mismo tiempo creará otros, aunque al menos en este caso no se habla de sustitución, sino de proveer candidatos para puestos que puedan quedar vacíos o que puedan implicar un riesgo demasiado alto. Por otro lado están los exoesqueletos, que buscan ser una ayuda para los seres humanos a la hora de mejorar las condiciones de trabajo, como los que probamos en Ford o los que idearon en LG, capaces de comunicarse con otros robots.
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