Es notable, por decir lo menos, lo fácil que es comenzar a pensar en Teggie como un perro real.
No lo es, por supuesto.
Su nombre oficial es Tecno Dynamic 1 y es, en palabras de la compañía china, de la que en Colombia hemos visto una gran variedad de celulares, un sistema de inteligencia artificial con diseño biomórfico de vanguardia, controlado por mando, app o voz.
Eso no cambia la respuesta de la gente cuando lo ve.
Tecno trajo dos unidades de su perro robot a Colombia. El plan no es venderlo -a un precio de más de 16 millones de pesos, no parece haber un mercado demasiado grande- sino enfatizar los alcances de la robótica y el compromiso de la marca con la innovación. A nosotros, la llegada de Teggie nos dio otra oportunidad para imaginar el futuro de la la interacción entre humanos y tecnología.
Caminando con Teggie
Teggie cuenta con su propio sistema de navegación, y en todo momento usa su constelación de sensores de última generación y sus capacidades de aprendizaje autónomo para adaptarse a su entorno.
Eso significa que puede navegar por su cuenta los pasillos de una oficina o el lobby de un edificio. También significa que puede quedarse para siempre en un ascensor si la persona que va delante de él no se mueve y despeja el paso.
También está programado para responder a comandos personalizados, saludar, bailar, correr e incluso decir “I love you”.
Con 15.000 mAh, la batería de Teggie necesita recargarse a menudo y por toda su sofisticación, este perro teme al agua como si fuera un gato. Pero la idea de que por las calles de Bogotá (y por centros comerciales seleccionados) ande este autómata cuadrúpedo con CPU de ocho núcleos, que ‘mira’ el mundo no con dos ojos sino con un sistema binocular de sensores infrarrojos que alimenta un módulo de cámaras Intel RealSense D430, necesariamente habla del avance de un campo que nunca antes estuvo tan cerca del común de las personas.
Y justamente eso es lo que llama la atención: personas que concebiblemente nunca habían visto un robot que no fuera un juguete, descifran a Teggie con un vistazo y proceden a interactuar con él con enorme naturalidad. Si vamos a extraer una lección de tan breves encuentros es que la puerta a los robots domésticos está abierta y si bien no todos los adultos van a querer uno, creo que es seguro decir que los niños lo levantarían y correrían con él si pudieran.
No es, ciertamente, el primer perro robot que hemos visto, y sabe Dios que no se compara con Spot, el espanto de cuatro patas que construyó Boston Dynamics. Pero mientras que este último cuesta 75.000 dólares, este cuesta el equivalente de 4.000.
Y eso no evita que alcance un torque de 45 N.m/kg. En español, eso significa que puede subir y bajar las escaleras, saltar con notable agilidad, pararse de manos y también dar la mano.
Así que: un perro robt, que luce como un perro robot y actúa como un perro robot. El futuro está aquí, y luce adorable, y si se juzga por la respuesta de la gente, es probablemente que la próxima vez no venga solo de visita.
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