Cómo identificar imágenes creadas por Midjourney, DALL-E y cualquier otra Inteligencia Artificial

Una realidad que difícilmente podíamos pensar hace 12 meses era la explosión en herramientas de IA que hoy son fácilmente asequibles. Algunas como ChatGPT han logrado llegar a millones de usuarios, por lo que sus capacidades en el manejo del lenguaje son ampliamente conocidas. Pero algo parecido podría decirse sobre su uso en el terreno del dibujo, la pintura y la fotografía.

Con apenas una frase sencilla, sistemas como Midjourney, Stable Diffusion y DALL-E pueden generar imágenes en segundos. Pero, justamente por lo vertiginoso del avance en este campo, se hace crecientemente complicado para la mayoría de las personas detectar cuál imagen fue creada por IA y cuál por un humano.

Aunque pudiera parecer difícil, lo cierto es que existen algunos trucos que cualquier persona puede aplicar a cualquier imagen y que no toma más de algunos segundos. Eso sí, en muchos casos es muy difícil identificar una imagen generada por IA, pero por fortuna es posible pedirle ayuda a la IA.

Mirar siempre las extremidades

Una realidad no solamente de la IA, sino también de cualquier artista, es que las manos y los pies humanos son algunos de los elementos más difíciles de aprender a dibujar. Esto se debe principalmente a la fluidez de su forma, que a diferencia de objetos como una mesa o un vaso no tiene un patrón discernible que señale cómo debería verse.

Parte de esto tiene que ver con un conflicto interno, que se produce a nivel cerebral, en donde una mitad dice ‘una mano tiene 5 dedos’, mientras que la otra reporta que los ojos pueden estar percibiendo solamente 2 ó 3 dedos.

Este mismo principio se aplica a la IA, y por eso es a menudo que vemos que muchas herramientas no logran entender completamente el concepto de dedos y músculos escondidos debajo de la piel, lo que lleva a crear casi siempre errores como manos con 6 dedos, sin pulgares, sin uñas, con curvas extrañas y otras aberraciones.

Mirar los ojos... y los dientes

Uno de los aspectos más intimidantes de la IA es que, además de crear arte, también puede crear fotografías falsas de personas que en realidad no existen. Sin embargo, por más fotorealista que parezca, lo cierto es que los ojos de una persona suelen ser un punto débil de la IA.

Los ojos de las personas tienden a ser altamente expresivos y con sentimientos que se sienten ‘vivos’. La IA en muchos casos entiende cómo dibujar los ojos humanos, pero no sabe cómo darle ese componente orgánico.

En muchos casos, los ojos generados por IA tienden a parecer ‘muertos’ o como que no miran a ningún lado. De la misma forma, la estructura de elementos como las pestañas tienden a tener estructuras extrañas. Y todo eso sin hablar que pueden ser las bocas con 50 dientes.

El diablo está en los detalles

Muchos artistas, por naturaleza, tienden a ser perfeccionistas. La IA, en cambio, funciona creando imágenes a grandes rasgos que casi siempre se derrumban cuando un humano se acerca a examinar cada uno de sus detalles.

Un humano, por ejemplo, pasaría horas enteras asegurándose que cada rama de un árbol está conectada perfectamente y parece real. Una IA, en cambio, suele cometer errores como poner ramas que no conectan a ninguna parte.

Algo similar también sucede con ropas que tienen detalles pequeños, joyas y elementos diminutos como cabellos individuales. En muchos casos, la IA tampoco es muy hábil en crear patrones simétricos, como las alas extendidas de una mariposa.

En imágenes de gatos, por ejemplo, también se pueden evaluar la forma de los bigotes, así como errores en el cuello debido a que la IA no puede todavía conciliar la idea de que algunos gatos tienen collares, pero otros no.

La composición importa

Uno de los componentes más abstractos de la detección también puede ser uno de los más útiles. En muchos casos, el arte creado por IA parece más una combinación de elementos aleatorios más que una composición planeada y ejecutada a largo plazo.

La IA, en últimas, no entiende en realidad la idea que se quiere comunicar, sino que interpreta un comando y luego genera una imagen que reúne todos los componentes que se le piden.

En la mayoría de obras de arte, cada elemento existe por algún motivo, e incluso si no es aparente, el cerebro puede entender y ver una cohesión mucho más profunda entre los elementos en las obras humanas.

Cuando todo falla: usar la IA para detectar IA

Así como la IA puede generar imágenes, la misma IA puede ser entrenada para detectar patrones y detalles que a veces pasan desapercibidos por el ojo humano. Mayachitra es una aplicación en línea que puede identificar los rastros que dejan las IAs al momento de generar una imagen.

Sin embargo, no es una tecnología perfecta, y en algunos casos puede fallar al reconocer algunos modelos más modernos o, incluso, producir algunos falsos positivos.

De la misma forma, compañías como Hive o Microsoft también están trabajando en sus propios modelos de identificación de IA para ponerlos a disposición de más personas y ayudar principalmente a reducir las complicaciones éticas que han nacido con la popularidad de las imágenes por IA.

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