¡Que pague todo el mundo! Los planes de Elon Musk para X -antes, Twitter- incluyen un pago mensual por tener una cuenta

Primero fueron los filtros de moderación, luego las marcas de verificación azul y luego la noción de que no debería ser posible bloquear a nadie. Pero si se creen sus más recientes declaraciones, lo que Elon Musk verdaderamente desea para X -la otrora Twitter- es volverla una plataforma en la que absolutamente todos paguen por el solo hecho de tener una cuenta.

Musk planteó la idea de hacer de X una plataforma completamente basada en suscripción durante una conversación con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el lunes. En un momento de la charla, centrada sobre todo en el avance de la IA, el hombre mas rico del mundo dijo: "Nos estamos moviendo para tener un pequeño pago mensual por el uso del sistema X.

Según reportaron los asistentes al encuentro, el millonario afirma que esa es la única manera que puede pensar para combatir lo que describió como "vastos ejércitos de bots".

Una vieja idea

La idea no es nueva, no en realidad. Desde el momento de su adquisición de Twitter, forzada por una causa judicial luego de que Musk trató de arrepentirse de su oferta inicial, el empresario dio a entender que una red como la que se propone manejar bien justificaría el pago de quienes la usan.

Musk no ha sido claro en cuándo podría comenzar a cobrar por el uso de su red, ni dijo exactamente cuánto costaría. Lo más que llegó a elaborar fue un comentario en el que señaló que una tarifa mensual de "unos pocos dólares o algo así" disuadiría a aquellos que a diario acuden allí para crear cuentas de bots.

Pero lo cierto es que la plataforma de microblogging necesita ingresos, así sea de "unos pocos dólares o algo así", con sus anunciantes abandonándola en estampida y su cotización en caída libre. Según informó el propio Musk, las ventas de anuncios de X / Twitter se han desplomado un 50% desde que compró la compañía y despidió al 75 por ciento de sus empleados.

La compañía que Musk adquirió tiene hoy un flujo de caja negativo y vale, según analistas, un tercio de lo que valía antes de que la comprara el hombre más rico del mundo.