El rumor lleva años dando vueltas y de cuando en cuando resurge en redes sociales. Por lo general, la aparición en público de un líder político, empresario o celebridad en compañía de una escolta de agentes presumiblemente armados lleva a algunos a concluir que estamos ante una conspiración a plena vista.
La teoría es esta: si te fijas en las manos de quienes integran la escolta del protegido en cuestión, puedes notar que sus manos no se mueven. En absoluto. La única conclusión, sugiere la teoría, es que se trata de manos y brazos falsos que esconden los brazos reales que llevan las armas, listas para disparar.
Un pico en el interés de esta teoría ocurrió cuando el presidente de EEUU, Donald Trump, apareció junto a su esposa, Melania, en compañía de un agente del Servicio Secreto. La inusual posición de sus manos, más parecida a la de Ariana Grande y Cynthia Erivo en el tour de prensa de Wicked que a las de los guardaespaldas en las películas, alimentó los rumores.
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Pero este año fue el rey de Inglaterra -en realidad, su guardaespaldas- quien volvió a encender las teorías. El razonamiento de los conspiranoicos es que una de las manos que ves en el video es real, pero la otra es una "prótesis táctica" que libera a la mano real, que permanece oculta, sosteniendo un arma.
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No se trata de un fenómeno exclusivo de los políticos. Las celebridades, e incluso empresarios como Jeff Bezos, se cuentan entre los señalados de usar guardaespaldas con brazos falsos.
Poco práctico
Pero si bien no meteríamos nuestras manos, que sí son de verdad, al fuego por ninguno de estos caso, lo cierto es que la teoría de los brazos falsos es, por lo menos, improbable.
En diálogo con Metro, Will Geddes, uno de los principales especialistas del mundo en contraterrorismo y fundador del ICP Group, explicó por qué las armas señuelo no se utilizan en el esquema de protección de la familia real.
Dijo: "Definitivamente no son manos falsas; Puedo entender por qué algunas personas podrían haber pensado que lo eran, pero definitivamente no lo son". Según el experto, cualquier ventaja derivada del factor sorpresa de esconder en una mano el arma se ve truncada por la dificultad aumentada en su operación.
Y, además, hay una razón por la cual los cuerpos de seguridad no llevan las armas en la mano, listas para disparar. Esa razón es que es sumamente fácil activar un gatillo por accidente.
Como seas, la teoría vive, y de seguro volverá a asomar, probablemente con la escolta de Beyonce o con Taylor Swift. Pero es posible que esta sea una de esas situaciones en lasque la explicación más sencilla sea, como suele ser, la correcta.
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