Las imágenes estaban llamadas a causar impacto en redes sociales: un bosque ardiendo, con llamas más altas que los árboles dominando la escena, mientras un grupo de bomberos, reducido a siluetas, trata de combatirlas, o un venado de espalda a la cámara parece contemplar la destrucción de su hábitat.
Pero aunque circularon por perfiles de redes sociales, e incluso llegaron a portales de noticias, las dramáticas escenas en cuestión no son, en realidad, imágenes captadas por la lente de un reportero gráfico, sino simples construcciones del motor de inteligencia artificial Dall-E2.
Así lo pudo confirmar EFE Verifica, que reveló que las escenas fueron creadas con inteligencia artificial y propagadas, según dijo el usuario que las subió en un principio, como parte de un por lo demás cuestionable “experimento”.
«Muy triste lo que pasa en los cerros orientales. Los animales sufren por las llamas. Tremenda foto de @Nikoleto_92», afirma uno de tantos mensajes en X que reproduce el material.
'Lo más antiético posible'
La mayoría de los mensajes que hicieron eco del bulo atribuían la autoría de las imágenes a un sujeto llamado Nicolás Caballero, identificado en la red social X con el alias @Nikoleto_92. Desde ese perfil se hicieron varias publicaciones sobre el tema.
Específicamente el martes, esa cuenta colgó una serie de imágenes que fue muy replicada en internet y que se divulgó junto a la leyenda: “Fotografías del Incendio en los Cerros Orientales en Bogotá – 23 de Enero (Parte 2)”.
La entrada no aclaró en ningún momento que se tratan de imágenes fabricadas con inteligencia artificial y, como suele ocurrir, correspondió a los mismos usuarios poner el tema en los comentarios.
EFE Verifica indicó que contactó al administrador de @Nikoleto_92, quien corroboró que las imágenes no son reales.
Es algo que reporteros gráficos como César Melgarejo encuentran alarmante. El también docente universitario, que de hecho ha cubierto la emergencia para el diario El Tiempo, dijo:
“Me parece un acto bastante peligroso e irresponsable a la par. Desde la fotografía periodística, lo más antiético posible. Difundir una imagen sintética con la intención de confundir a una audiencia, y hacerlo basada en una emergencia actual y local, es un acto irresponsable, y más de una persona que dice ser fotógrafa. Es algo muy delicado, que nos pone en alerta, y que nos recuerda que en el oficio siempre hay que verificar”.
Lo más preocupante es que, apenas días después del episodio de Geraldine Fernández y su ‘embuchado’ sobre El Niño y la Garza, el autor de las mentirosas imágenes explicó a los fact-checkers que aunque sus creaciones llegaron a varios medios masivos, nadie lo había localizado previamente para confirmar la naturaleza de las mismas.
Los comentaristas, una vez más, fueron quienes se pronunciaron para pedirles a esos medios no presentar como verídicas imágenes que no corresponden a la realidad.