Explicado: Trini, la youtuber fantasma que incendió las redes, es una mentira que enseña valiosas lecciones

¿Dónde está Trini? O mejor: ¿QUIÉN ES Trini? O, como diría Drax: ¿POR QUÉ es Trini?

Y vean ustedes, tal vez la de Drax sea la mejor pregunta para esta historia, al punto de que ha inundado las redes sociales en las últimas horas, con miles de usuarios intrigados por esta misteriosa youtuber que parece estar, de pronto, en boca de todos.

Y es sumamente fácil caer en la espiral de videos de youtubers y tiktokers expresando su indignación por Trini y lo que hizo.

La respuesta, sin embargo, es más simple de lo que parece: Trini no existe. Pero hay tanta gente jugando a que sí, que es… la verdad… aterrador.

Detrás de este enigma viral se encuentra Kappah, un popular creador de contenido en TikTok con 2,4 millones de seguidores. En un video publicado el pasado domingo, Kappah lanzó un peculiar desafío a su comunidad: inventar un rumor sobre una youtuber llamada Trini y propagarlo por internet.

La propuesta, como era de esperar, encontró terreno fértil en la dinámica frenética de TikTok. Memes, videos, comentarios y publicaciones comenzaron a surgir como la espuma, alimentando el misterio en torno a Trini y sus supuestas hazañas.

Miles de tiktokers subieron reacciones a un video de Trini, otros se sumaron explicando la ‘controversia’ de Trini y miles más aseguraban haber sido, por años, seguidores de Trini.

Pero lo cierto es que todos son parte de la misma dinámica de imitación, que premia a quienes están en el juego, a menudo a costa de quienes no lo están. Algunos venededores usan el gancho de la tendencia para mostrar los productos que Trini compró y no pagó, en tanto otros te piden que sigas sus cuentas porque, “muy pronto”, van a desenmascarar a Trini.

Ah, y por supuesto que hay cientos de videos de gente diciendo ser Trini.

¿Realidad o ficción? ¿A alguien le importa?

Más allá de la historia de Trini -que, de nuevo, no existe- lo preocupante de esta saga es cómo la línea entre la realidad y la ficción se difuminó tan rápidamente. Claro que muchos actuaron a sabiendas, pero también muchos usuarios, sin percatarse del origen del rumor, se sumaron a la conversación con genuino interés, buscando descifrar quién era Trini y qué la había convertido en el centro de atención.

Y, como pasa tan a menudo en esta era de la posverdad, el mito tiene integradas maneras de replicarse: ¿Nunca habías visto a Trini? Hay versiones que dicen que nunca mostró la cara. ¿No has visto el video que causó la polémica? Ah, es que es tan chocante que ella misma lo eliminó. Y si no habías escuchado en tu vida el nombre de Trini, ¿basta eso para asegurar que no existía?

Kappah, por su parte, no se ha quedado de brazos cruzados. Ha publicado nuevos videos, actualizado su perfil con la leyenda "Trini's version" y ha utilizado la coyuntura para reflexionar sobre el poder de las redes sociales y la facilidad con la que se propaga la información, tanto veraz como falsa. En un video subido en la tarde del lunes, dijo: “Era todo una mentira, un experimento social. Y lo sé porque lo empecé yo”.

La iniciativa de Kappah, más allá de ser un simple juego viral, ha puesto de manifiesto varias realidades preocupantes: la rapidez con la que se difunden los rumores, la poca capacidad de discernimiento de algunos usuarios y la facilidad con la que se cae en la desinformación.

Sin embargo, también ha dejado una lección positiva: el poder de las plataformas digitales para entretener y activar a los usuarios cuando el contenido despierta su interés y les involucra de forma activa.

La gran pregunta que queda por responder es: ¿Hemos aprendido algo de esta experiencia?

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