Puede que no os suene mucho el nombre de Movidius, pero esta es la empresa responsable de la producción de los chips Myriad que han sido claves en el célebre Project Tango. Hemos tenido la oportunidad de hablar con sus responsables en el Mobile World Congress y hemos podido entender hacia dónde va dirigida su tecnología.
Jack Dashwood y Gary Brown, responsables del departamento de marketing, nos explicaban los orígenes de una empresa que se inició dirigiendo sus pasos hacia la computación de alto rendimiento y que ha dado un giro radical para hacer una sola cosa, pero hacerla muy bien. La idea: democratizar la computación visual, y llevar a todo tipo de dispositivos unas prestaciones hasta ahora inaccesibles para el mercado.
VPUs, no GPUs
En realidad Project Tango fue solo una demostración de hacia dónde podían dirigirse los pasos de sus chips Myriad, que ellos definen como Visual Processing Units, y que contrastan con dos tipos de procesadores mucho más genéricos, las CPUs y las GPUs que utilizamos en el día a día tanto en nuestros equipos de sobremesa y portátiles como en nuestros dispositivos móviles.
En Movidius han avanzado de forma notable desde aquella primera edición de estos chips: los nuevos Myriad 2 cuentan ya con 12 núcleos de procesamiento específicamente destinados a tareas relacionadas con la computación visual: 3D Sensing, reconocimiento de profundidad (similar a lo que vimos con Kinect), reconocimiento de gestos o reconocimiento y detección de objetos entre ellas.
Todas esas tareas tienen la peculiaridad de poder correr de forma paralela en estos chips que se han beneficiado de una reducción en el proceso de fabricación y en la propia microarquitectura desarrollada por esta empresa nacida en Irlanda y que poco después acabaría trasladando su sede a Silicon Valley.
Computación visual con alta eficiencia energética
Como nos explicaban sus responsables, es cierto que una GPU tiene ciertas similitudes con el concepto en el que se basan sus VPUs, pero la diferencia clara es la de la eficiencia energética: los Myriad tienen un techo energético de tan solo 1,2W que hacen que puedan funcionar de forma paralela tanto a la CPU como a la GPU, descargándoles de este trabajo para el que estos procesadores de propósito general (o al menos no tan específico) están preparados.
Los campos de aplicación de estos chips son muy numerosos, pero por ejemplo se alejan en principio de escenarios como el de los coches autónomos: aquí ni el tamaño ni el consumo energético son requisitos especialmente limitados, y en Movidius dirigen sus pasos hacia otros campos.
La realidad virtual es uno de esos campos, y estos desarrollos de Movidius evitarán por ejemplo tener que contar con cámaras externas que tendremos que calibrar para disfrutar de un entorno virtual adecuado. Algo similar ocurre con la realidad aumentada y desde luego con los drones: atentos porque estos chips proporcionan la capacidad de detectar objetos y evitar colisiones, algo crucial para el futuro de unos vehículos no tripulados que teóricamente podrían surcar los cielos en un futuro no muy lejano.
La empresa no pudo darnos detalles sobre productos concretos en los que estaban trabajando con varios partners, pero sí pudieron confirmarnos que dos de ellos aparecerán antes de que termine este primer trimestre de año. Estaremos esperando, porque es evidente que Movidius y sus chips Myriad podrían tener un impacto notable en campos que generan tantas expectativas y en los que la computación visual y su combinación con ámbitos como las redes neuronales y el Deep Learning prometen muchas (y buenas) sorpresas.
Más información | Movidius
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