Imagina la posibilidad de arreglar una incidencia o reparar un equipo simplemente poniéndote unas gafas de realidad mixta y siguiendo paso a paso las indicaciones que ves proyectadas. Imagina también ver el holograma de un objeto con propiedades físicas que puedes dejar caer al suelo o depositar en una mesa. E incluso imagina tener ante ti un corazón humano que puedes girar, agrandar e incluso indagar en su interior.
Parece todo bastante futurista, ¿no? Pues del mismo modo que pudimos comprobar las propiedades del primer modelo de HoloLens en un quirófano, ahora hemos tenido la oportunidad de probar de primera mano esos escenarios de uso -el de la avería, el del objeto virtual con gravedad y el del corazón- con las HoloLens 2. Y los resultados son realmente sorprendentes.
Identificación y seguimiento de la mirada
Antes de nada, hay que recordar que, aunque la segunda generación de HoloLens fue presentada hace un año y está disponible en varios países europeos como Alemania, Francia, Irlanda y Reino Unido, aún no ha salido a la venta en España. La unidad que hemos podido probar en las oficinas de Microsoft ha sido facilitada por Plain Concepts, el primer partner de realidad mixta de la compañía de Redmond en España.
Con nosotros tenemos a David Hurtado, Innovation Lead de Microsoft en España, y José Antonio Lozano, de Plain Concepts, que lo primero que hacen es resumirnos en qué consiste HoloLens 2. Básicamente, se trata de "un ordenador con Windows 10 y el añadido holográfico", nos dice Lozano. Y Hurtado nos resume los tres elementos principales de este visor o dispositivo -Microsoft prefiere que no lo llamamemos "gafas":
- Un display que genera la imagen y la proyecta en nuestros ojos.
- Unos sensores delanteros que escanean el entorno para crear un mapeo espacial.
- Dos pequeños sensores en la parte inferior que realizan tres funciones: autenticación biométrica, identificación de tu cara para la calibración y seguimiento ocular (sabe dónde estás mirando).
Según nos cuenta David Hurtado, el objetivo de HoloLens 2 no sólo es lograr una experiencia de realidad mixta lo más inversiva posible, sino que, además, esa experiencia sea lo más cómoda posible. Para ello, HoloLens 2 cuenta, por ejemplo, con una visera que puede levantarse, un peso menor que la generación anterior y un acolchado en todo el perímetro de la cabeza.
Se conecta por WiFi a Internet y por Miracast a los televisores; en nuestra prueba, se empleó una Microsoft Surface Hub 2 para que todos los asistentes de la sala pudieran ver lo mismo que el usuario de HoloLens 2. Respecto a la batería, Hurtado nos asegura que una carga completa ofrece entre 2 y 3 horas de autonomía (dependiendo de lo exigente que sea la aplicación que se está usando), pero remarca que sólo tarda en cargarse 45 minutos.
HoloLens 2 viene preparado para varios escenarios desarrollados por Dynamics 36 Guides, la suite de aplicaciones de negocio donde Microsoft engloba HoloLens. Un ejemplo es la asistencia remota, como una videollamada entre un usuario con HoloLens 2 y otro con un móvil o un PC usando el software de videoconferencia Teams. Otro caso de uso serían las guías y entrenamientos para aprender paso a paso una tarea con instrucciones holográficas. La idea, nos dicen, es desarrollar también apps que puedan contemplar escenarios colaborativos (varios usuarios con HoloLens 2 interactuando).
A partir de ahí, se pueden desarrollar escenarios a medida para su uso específico en entornos como el industrial, el energético el sanitario, el logístico, la arquitectura o la ingeniería. También en educación o incluso en el rediseño de espacios interiores (en este sentido, nos asegura Hurtado que en Redmond están usando HoloLens 2 para rediseñar la sede de Microsoft).
Una taza que se cae y un corazón que nos deja entrar en él
Pasamos ahora a la prueba propiamente dicha y lo primero que hacemos es ajustar el dispositivo a nuestra cabeza con la rueda de la parte trasera para que nos resulte lo más cómodo posible (la idea de HoloLens 2 es llevarlo puesto durante horas).
El siguiente paso lo lleva a cabo el dispositivo automáticamente: reconoce nuestro iris y realiza la calibración haciendo el seguimiento ocular. Para ello, nos pide que, dejando quieta la cabeza, movamos los ojos para mirar los distintos objetos que van apareciendo. El proceso dura apenas unos minutos y, a partir de ahí, cada vez que nos pongamos esa unidad de HoloLens 2, reconocerá nuestro iris (identificación biométrica) y se calibrará automáticamente.
Después, el dispositivo realiza el mapeo espacial de la sala donde nos encontramos (reconociendo objetos y distancias) y ya está listo para usarlo. Lo siguiente que debemos hacer, por tanto, es lanzar una app y, para ello, basta con levantar la mano izquierda con la palma mirando hacia nosotros y tocarnos la muñeca con la derecha. En ese momento, aparece un menú de aplicaciones (virtual) a nuestro alrededor para que busquemos la que nos interesa y la toquemos con el dedo.
La aplicación que hemos elegido muestra ante nosotros una colección de objetos 3D que permiten interactuar con ellos. Por ejemplo, tenemos tres botones que podemos apretar, un mini piano con teclas que podemos pulsar con los dedos índices de ambas manos para hacer música y un queso que podemos cambiar de tamaño y mover de un sitio a otro.
Para ello, basta con estirar nuestras manos, cerrar los puños para cogerlos (como si estuviéramos agarrándolos), abrir las manos para soltarlos o separar/juntar los brazos para hacerlos más grandes o más pequeños, respectivamente. Incluso podemos girarlos. Todo ello con gestos muy naturales e intuitivos, una gran resolución y sin ninguna muestra de latencia o retardo.
Mención especial merecen los objetos con propiedades físicas (gravedad) que aparecen sobre una mesa virtual y que podemos "agarrar" para depositarlos en una superficie real, como una mesa o una silla. Se trata de un par de cubos de colores, una nave espacial de juguete y una taza.
Menos mal que esta última no estaba llena de cafe, porque se nos ha caído varias veces al suelo y ahí HoloLens 2 sí que experimentaba algunas dificultades para reconocer nuestras manos a la hora de volver a cogerla y levantarla. Aquí, nos dicen, es fundamental que el objeto virtual no salga del campo de visión de HoloLens 2 y que no se interponga entre medias una superficie real (la mesa o una silla de la sala).
Antes de pasar al siguiente caso de uso, tenemos la oportunidad de probar un último escenario: aparece ante nosotros la representación en 3D de un corazón humano, que podemos girar, hacer más grande o más pequeño, cortar transversalmente con una bandeja e incluso podemos entrar con nuestra cabeza lentamente en él para ver su interior. En nuestro caso, resulta bastante curioso, pero hay que reconocer que las posibilidades que esto ofrece en el ámbito de la medicina y la educación son enormes.
Instrucciones holográficas en remoto
El siguiente escenario que hemos podido probar ha sido creado por Plain Conceps a partir de la herramienta Dynamics 365 Remote Assist, que permite a los técnicos resolver problemas en tiempo real y en remoto sin necesitar para ello el traslado de especialistas al lugar del incidente.
De esta forma, nos cuenta Lozano, es posible desarrollar un trabajo colaborativo que traslada virtualmente al experto al lugar donde debe desarrollarse la intervención para ver lo mismo que el técnico que está allí (nosotros, en este caso) e interactuar con él por medio de anotaciones o indicaciones holográficas.
Así pues, nos situamos delante del panel creado por Plain Concepts, nos ponemos HoloLens 2 (que reconoce nuestro iris al instante) y lanzamos la app correspondiente para solucionar la avería simulada. Aquí, hay que tener en cuenta que el visor de Microsoft tiene un acceso completo a los esquemas y documentos técnicos de la maquinaria en cuestión, por lo que es capaz tanto de realizar el diagnóstico como de darnos las instrucciones para una intervención en remoto.
Esas instrucciones son audiovisuales, es decir, las oímos y las vemos proyectadas holográficamente en el panel de instrumentos en forma de flechas, luces e incluso manos que nos muestran cómo debemos poner las nuestras.
De esta manera, vamos realizando mediciones y tomando fotografías para enviárselas al especialista, que a su vez nos va diciendo qué automatismos o fusibles debemos activar/desactivar. Todo es tan sencillo que podría hacerlo cualquiera, por muy inexperto que sea. El resultado final: incidencia solventada. Y sin tantos problemas como con la taza.
Mientras nos despedimos de David Hurtado y José Antonio Lozano, les hacemos la pregunta del millón: ¿cuándo estará disponible HoloLens 2 en España? Por desgracia, nos responden lo que ya suponíamos: aún no hay fecha de llegada, a pesar de que, nos aseguran, existe una fuerte demanda en varios sectores. ¿Y el precio que tendrán aquí? Tampoco se sabe todavía (recordemos que Estados Unidos cuestan alrededor de 3.500 dólares). Tendremos que seguir esperando entonces.
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