Samsung dice que sólo en 2017 enviamos más de 5.000 millones de emojis. Sí, esas caritas amarillas con las que decoramos nuestros mensajes en WhatsApp, Telegram, Facebook, Twitter y cualquier otra vía que lo permita. Con este claim se introducía la presentación de los AR Emojis, una de las novedades que traen los Galaxy S9 y también una de las más divertidas a la par que controvertidas. ¿Alguien dijo animojis?
Que la marca surcoreana se fija mucho en lo que hace Apple no es ningún secreto, y la llegada de los AR Emojis es el ejemplo más reciente. Tras la llegada de los animojis al iPhone X el pasado mes de septiembre, Samsung responde con su propia versión. Durante el Mobile World Congress quisimos poner a prueba ambos sistemas para ver todas estas diferencias en vivo y en directo. Dicen que una imagen vale más que mil palabras, así que un vídeo es todavía mejor. Juzgad vosotros mismos.
AR Emojis: un avatar personal con muchas opciones
Aunque no son la función más destacada de los Galaxy S9, probablemente sea una de las que más interés ha generado en la feria. La característica estrella de los AR Emojis es poder crear un avatar virtual con tu propia cara, bueno, más o menos… El reconocimiento de las facciones no es fiel, sino que crea una especie de caricatura del rostro. Tenemos dos modos, el más realista que combina modelo 3D con texturas tomadas a partir de una foto de nuestra cara y un segundo modo con un aspecto más ‘cartoon’.
Una vez creado el AR Emoji, podemos personalizarlo eligiendo peinado y color de pelo, gafas y también ropa, aunque tampoco es que haya mucha variedad. En el paso siguiente podemos guardar una galería con 18 GIFs con expresiones faciales que podemos compartir en cualquier plataforma que soporte este formato. Pero ahí no queda todo, los AR Emojis también son capaces de imitar nuestras expresiones mientras miramos a la cámara.
Durante la presentación nos dijeron que el reconocimiento se hace mediante la cámara delantera y toma como referencia hasta 100 puntos faciales. El resultado es eso, resultón, pero no esperes que copie todos tus gestos con total fidelidad. Sí abres la boca, el emoji abre la boca, pero si hablas, los movimientos son sólo aproximados y no llega al punto de poder leerle los labios o imitar a la perfección gestos más complicados. De hecho, muchas veces la expresión es muy distinta a la que estamos poniendo, en mi caso había veces que el emoji parecía estar enfadado y yo estaba sonriendo. También hay veces en las que se queda un poco atascado y en general el lag es habitual.
Animojis: el secreto está en el mapeo
En el caso de los Animojis del iPhone X, lo que propone Apple es que podamos seleccionar uno de los doce emojis disponibles para que imite todos nuestros gestos. Aquí la única opción es enviarlo como Animoji a través de iMessage o crear una película en formato '.mov' que podremos enviar a otras apps. La pega es que el receptor tendrá que pulsar sobre el clip de vídeo para reproducirlo, no como los GIFs que se reproducen automáticamente.
Pero lo que pierden en funciones lo ganan en calidad a nivel de mapeo. El iPhone X usa el sistema FaceID para proyectar hasta 30.000 puntos sobre el rostro y así detectar hasta el más mínimo cambio en nuestra expresión. El resultado es que los Animojis reflejan a la perfección todos los gestos, hasta el punto de que si hablas, puedes leerles los labios diciendo exactamente lo mismo. En este caso no hay lag, aunque sí es cierto que pasado un tiempo el iPhone se calienta un poco.
Queda claro que la premisa de los AR Emojis es algo distinta a la de Apple, de lo que no tenemos duda es de que sin los Animojis, no tendríamos AR Emojis. ¿Con cuál te quedas? ¿AR Emojis o Animojis?
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