Las elecciones que oficialmente dieron como ganador a Nicolás Maduro han sido calificadas como fraudulentas por diversos sectores de la sociedad civil y organizaciones internacionales.
Aunque cuesta imaginar un fraude en un sistema de votación que se supone es "uno de los mejores del mundo" por su tecnología y seguridad, la realidad es que este sistema ha sido duramente cuestionado y hoy la evidencia entregada por la oposición no deja dudas de que el triunfo, en efecto, fue para su candidato.
La estrategia de la oposición
Menos de una hora después del anuncio oficial del Consejo Nacional Electoral (CNE), la líder opositora María Corina Machado afirmó tener un resultado diferente que indicaba la victoria de Edmundo González Urrutia y aseguró contar con las pruebas necesarias para demostrarlo.
La clave son los testigos electorales de la oposición, que enfrentaron la difícil tarea de observar los comicios y salvaguardar las actas de cada mesa.
La estrategia de la oposición incluye duplicar, para hacerlas accesibles a cualquiera, las bases de datos del registro electoral y crear una aplicación para subir y verificar las actas en línea con las cédulas de los votantes. Este esfuerzo conjunto involucra a programadores y expertos que han robustecido el sistema desde diferentes partes del mundo.
Estas pruebas están respaldadas por la labor de hasta 600.000 ciudadanos que vigilan la integridad del proceso. Mientras que la oposición tiene actas verificables de los votos, lo que consideran pruebas de la derrota de Nicolás Maduro, el Gobierno venezolano no ha habilitado manera alguna de ver actas que respalden la tesis de la victoria del oficialismo.
El conflicto empeora mientras las fuerzas de seguridad al servicio del gobierno aumentan la represión. Según cifras de organismos de Derechos Humanos son ya más de 1.000 los detenidos en el marco de las protestas en Venezuela.
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