Numerosos multimillonarios, incluidos Bill Gates, Mark Zuckerberg, Richard Branson y Larry Page, han ocupado titulares recientemente por haber comprado grandes extensiones de tierra en islas.
En ellas, según reportan medios que van de Business Insider a The Wall Street Journal, están construyendo estructuras que solo pueden ser descritas como búnkeres, conectadas por intrincadas redes de túneles y con defensas que parecen sacadas de un videojuego post-apocalíptico.
Por ejemplo, Zuckerberg está construyendo, a un costo de cien millones de dólares, un búnker de 465.000 metros cuadrados debajo de su propiedad en construcción Ko'olau Ranch en la isla hawaiana de Kauai.
Wired confirmó que, una vez terminado, el búnker estará abastecido de alimentos, tendrá energía autosuficiente y contendrá ascensores, una piscina, una sauna, una cancha de tenis, un gimnasio de tamaño completo y hágame usted el favor, 30 habitaciones.
El cofundador de LinkedIn, Reid Hoffman, reveló recientemente que “casi la mitad” de sus amigos multimillonarios de Silicon Valley tienen escondites secretos o están trabajando en uno.
Y, bueno, a nadie escapa que acabamos de pasar una pandemia, que todos los días vemos los efectos del cambio climático y que la mitad de EEUUU todavía cree que volver a poner a Donald Trump en la Casa Blanca, pero… no por ello dejqa de sentir uno que debe haber una razón para que los más ricos de los ricos estén construyendo fortalezas postapocalípticas, y sea cual sea la razón, la cosa no luce particularmente bien para quienes vivimos en endebles casas sobre el suelo.
Un mercado en auge
La noticia de la construcción de Zuck supuestamente causó un frenesí de compras de personas que se apresuran a construir sus propios búnkeres postapocalípticos y hay, por supuesto, un número de empresas listas a capitalizar sobre sus miedos.
Tomen, por ejemplo, a Strategic Armored & Fortified Environments, una compañía de búnkeres con sede en Virginia, que diseñó una fortaleza de cinco estrellas con un foso inflamable. Voy a repetir eso: un foso inflamable. Si alguien -una multitud de invasores vivos o revividos, por ejemplo- intenta entrar, se acciona un interruptor y el cerco completo estalla en llamas.
Buena idea para el apocalipsis zombie. Habrá que ver si funciona en el apocalipsis robot.