Inminente alza del diésel en Colombia: el impacto económico que no tendrá marcha atrás

La situación en torno al aumento del diésel en Colombia se ha vuelto crítica. El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, confirmó que el incremento será inminente y se aplicará sin un acuerdo con los gremios transportadores, quienes ven en esta medida una amenaza para sus operaciones y un impacto directo en los costos de productos básicos.

Bonilla subrayó que esta decisión es inevitable para corregir el déficit en el Fondo de Estabilización del Precio de los Combustibles, y su implementación podría generar más tensiones sociales y económicas en el país.

Por otro lado, el presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, explicó que el precio del diésel podría subir entre 2.000 y 3.000 pesos por galón.

Esto impactará directamente a sectores como el transporte y la producción agrícola. Además, la importación de gas desde Venezuela está en la mira para satisfacer la creciente demanda interna.

Aunque el precio de la gasolina no aumentará por ahora, el déficit proyectado para el fondo aún es significativo, y afectará la sostenibilidad económica. El incremento del precio del diésel afectará especialmente a los transportadores y a la cadena de distribución, lo que se traduciría en un encarecimiento de productos básicos.

Los expertos también advierten sobre un posible aumento en la inflación, ya que el costo de la energía y el transporte influye en la mayoría de los sectores productivos.

En medio de este escenario, el gobierno busca soluciones para equilibrar las necesidades fiscales con el impacto en la población, lo que incluye debates sobre subsidios y ajustes graduales.

La medida también ha generado preocupación en el ámbito político, donde algunos sectores critican la falta de alternativas viables para mitigar los efectos en las clases populares.

El aumento en el precio del diésel se suma a un conjunto de políticas diseñadas para enfrentar los retos económicos del país, con el propósito de reducir el déficit del Fondo de EPC.

La falta de acuerdos con el sector transportador sugiere que, además de la estabilidad fiscal, se podrían desencadenar presiones inflacionarias y tensiones sociales en los meses venideros.