Lo que publicas en nuestras redes sociales puede ser utilizado por hackers para vulnerar la seguridad de tus cuentas.
Es por eso que crear contraseñas para tus cuentas en redes sociales y correos electrónicos que almacenan una gran cantidad de información personal y profesional, no debería ser un detalle menor.
Muchas personas no le prestan la debida atención a la seguridad de sus contraseñas y esto las puede hacer vulnerables a ataques y robos de información.
Porque crear contraseñas seguras no solo protege nuestra privacidad, sino que también es una barrera fundamental contra los ciberataques que ocurren con más frecuencia de lo que imaginamos.
En este apartado, te explicamos cómo puedes mejorar la seguridad de tus contraseñas y, con ello, proteger mejor tu vida digital.
La base de una buena contraseña
Uno de los principales factores que determinan la seguridad de una contraseña es su longitud. Se recomienda que las contraseñas tengan al menos 12 caracteres, aunque idealmente deberían superar los 16.
Esto se debe a que las contraseñas largas son mucho más difíciles de descifrar mediante ataques de fuerza bruta, donde los hackers prueban múltiples combinaciones hasta encontrar la correcta.
Además, una contraseña fuerte debe incluir una combinación de letras mayúsculas y minúsculas, números y símbolos especiales.
Cuidado
Es común que las personas usen datos personales como fechas de nacimiento, nombres de mascotas o números de teléfono en sus contraseñas. Sin embargo, esta información es fácilmente accesible a través de redes sociales o búsquedas en línea, lo que facilita que los hackers las descubran.
También es recomendable evitar patrones como "123456" o "qwerty", ya que son combinaciones extremadamente comunes y vulnerables.
Existen varios métodos que los hackers utilizan para acceder a nuestras cuentas en línea. Uno de los más comunes es el hackeo basado en diccionarios, que emplea un programa automatizado para combinar palabras de uso frecuente o patrones comunes que los usuarios suelen elegir para recordar más fácilmente sus contraseñas.
Por otro lado, muchos hackers aprovechan la información personal compartida en redes sociales. Nombres, fechas de nacimiento o incluso equipos deportivos favoritos son detalles que suelen incluirse en las contraseñas, y esta información es relativamente fácil de obtener navegando en los perfiles públicos de las víctimas.
Además, está la suplantación de identidad, donde los estafadores se hacen pasar por organizaciones o personas de confianza para robar datos personales.
Finalmente, es importante cambiar las contraseñas de forma regular. Aunque una contraseña sea fuerte, con el tiempo puede quedar comprometida debido a filtraciones de datos o vulnerabilidades en los sistemas.
Realizar actualizaciones periódicas, al menos cada seis meses, es una buena práctica para garantizar la seguridad de tus cuentas.
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